El plan estratégico que busca desarrollar, fortalecer y comunicar la oferta turística de Alta Montaña contó en su formulación con el valioso aporte científico del Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas (Iadiza), dependiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
El recientemente presentado Plan de Desarrollo Turístico de Alta Montaña (PEAM), promovido y liderado por el Ente Mendoza Turismo (Emetur) y el Instituto de Desarrollo Rural, involucró en su proceso el asesoramiento y la asistencia de una consultora internacional y un concienzudo y sostenido proceso de interconsultas entre ministerios, entes de control, municipios, prestadores de servicios y pobladores.
Es destacable el valioso aporte constituido por el informe sobre el Sistema Territorial de la Alta Montaña, elaborado por Clara Rubio, Cecilia Rubio, Fabián Díaz y Elena Abraham, miembros del Instituto Argentino de investigaciones de las Zonas Áridas (Iadiza), dependiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). El trabajo es el resultado de la imprescindible y provechosa sinergia entre los sectores gubernamental y científico al formular políticas públicas. De este modo, el proceso de planificación impulsado por el Gobierno de Mendoza, orientado al desarrollo de un turismo sustentable en la zona de la Alta Montaña, cuenta con un soporte científico que aporta información sistematizada del territorio relativo a aspectos biofísicos y socioeconómicos.
El informe
El informe sobre el Sistema Territorial de la Alta Montaña (STAM) de Mendoza propone una caracterización en la que se establecen singularidades respecto de otros paisajes de altura. De tal forma, se valoran favorablemente la majestuosidad y cercanía a la ruta internacional, como también la ausencia de vegetación, que permite una percepción inusitada de colores y formaciones geológicas.
Así también, postula que la solidez del paisaje natural halla un equilibrio en la dimensión cultural, dada la impronta de épocas prehispánicas y coloniales representadas por sitios arqueológicos y antiguas construcciones, presentes en un corredor que adquirió desde temprano un status de paso internacional.
Sin embargo, la riqueza del informe estriba en su carácter eminentemente científico. Para el más profundo análisis del Sistema Territorial de Alta Montaña, los autores se valen de tres unidades de análisis territorial: Área de intervención, Villas y parajes cordilleranos y Atractivos de interés turístico sustentable. A su vez, el Área de intervención es abordada a partir de tres subsistemas: físico-biológico, socio-económico y político-institucional.
El cotejo de geoformas, recursos hídricos, geología, biodiversidad, clima, usos del suelo, asentamientos humanos, límites administrativos, legislación, infraestructura y servicios, entre otros, permite establecer la valoración y un inventario de los componentes de los subsistemas físico-biológico y socio-económico que integran el informe sobre el Sistema Territorial. Esas variables y categorías, especialmente las geomorfológicas, han sido seleccionadas de modo de facilitar el estudio de los riesgos asociados a los procesos de remoción en masa de la región, insumo fundamental para la planificación turística sustentable y el ordenamiento territorial del área.
A la vez, el informe sistematiza y mapea los atractivos culturales, materiales e inmateriales que presentan alta potencialidad para el desarrollo del turismo sustentable. Entre estos se destacan los mencionados sitios arqueológicos de valor patrimonial preincaicos e incaicos (entre ellos el QhapaqÑan o Camino del Inca), la red de construcciones coloniales conocidas como Casuchas del Rey, los sitios emblemáticos de la gesta libertadora del general José de San Martín y la importante infraestructura del Ferrocarril Trasandino.
Todas las coberturas de información mencionadas se hallan espacializadas e integradas en un sistema de información geográfica (SIG), cuyo diseño permite el análisis espacial, actualización y monitoreo a través del tiempo de las variables de interés para el Plan Estratégico. Esto asegura la continuidad del sistema como herramienta de análisis e insumo para la toma de decisiones.
La georreferenciación y verificación de la información requirió un intenso trabajo de campo, que incluyó relevamientos fotogramétricos con uso de drones en las villas de montaña y permitió obtener información de alta resolución espacial. Esta tarea fue realizada por el equipo de trabajo del experimentado fotógrafo y andinista Pablo Betancourt. Entre la información generada a través del levantamiento altimétrico y el análisis del relieve, se destacan la microtopografía, la distribución de pendientes, orientación de laderas, mapa de sombras, índice de posición topográfica y modelo tridimensional del terreno, entre otros datos clave.
Las villas y parajes cordilleranos susceptibles de análisis fueron Polvaredas, Punta de Vacas (sector oeste), Paraje Km 151 (Mundo Perdido y Pircas), Penitentes, Los Puquios, Puente del Inca y Las Cuevas. De cada una se realizó un estudio a detalle de los usos del suelo existentes y un mapeo exhaustivo de las características morfométricas del terreno, a partir de los cuales es posible evaluar la vulnerabilidad y las posibilidades de crecimiento o expansión.
El aporte de la ciencia
El desarrollo sostenible es un horizonte para la humanidad, y la actividad turística no está exenta de este planteamiento, en virtud de que a los beneficios conocidos que conlleva la actividad deben adicionarse los potenciales severos impactos a los entornos natural y sociocultural.
En la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la ONU fijó un conjunto de objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que se traducen en medidas acordadas a nivel global, tendientes a proteger el planeta y sus habitantes, asegurar la paz y la prosperidad y enfrentar el cambio climático. El importante rol del turismo en relación con los pilares del desarrollo sostenible propició que los ODS fijados en la Agenda 2030 fueran adoptados por la Cumbre Mundial de Turismo Sostenible de 2015.
En el documento resultante, las partes destacaron la relevancia de la actuación de la industria turística y del Sistema de Turismo Sostenible para el cumplimiento de los ODS de la ONU. Así, analizó la contribución que puede hacer cada componente del sistema turístico mundial: gobiernos y organizaciones internacionales, destinos y comunidades locales, la industria turística, los consumidores de productos turísticos, lo investigadores, formadores y desarrolladores, y las redes y ONG.
El PEAM generado e impulsado por el Gobierno de Mendoza a través del Emetur pone en marcha un valioso instrumento de planificación, en línea con las pautas consignadas en la Agenda 2030 y con las premisas que la Organización Mundial de Turismo (OMT) ha fijado para el desarrollo turístico sostenible: la conservación de los recursos naturales, históricos y culturales, la necesidad de una adecuada planificación y gestión de la actividad, la satisfacción de la demanda y el amplio reparto de los beneficios del turismo por toda la sociedad.
En este marco, el conocimiento científico constituye un insumo y una fortaleza indispensables para propulsar el desarrollo sustentable con equidad. El nivel de análisis y las herramientas que provee posibilitan miradas estratégicas a largo plazo que sortean la improvisación, permiten la toma de decisiones oportunas y acertadas para el logro de la sostenibilidad, tienden al uso racional y la preservación en el tiempo de los recursos disponibles, y a una mayor equidad e inclusión en la participación social de los beneficios económicos.
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