San Rafael, Mendoza lunes 29 de abril de 2024

¿Camino a la pedofilia?

“…ahora me llevan a mí, pero ya es demasiado tarde”                                                                                            Bertolt Brecht

Ahora vienen por nuestros hijos, aún no es tarde.

¿Es este título sólo un encabezado alarmista para llamar la atención? Al terminar de leer el artículo podrás sacar tus conclusiones.

Todo comenzó en aquel Mayo francés, cuando la izquierda entendió que la batalla política se gana desde la cultura y la educación; las elecciones son contingencias irrelevantes, consecuencias de lo anterior. Cinco décadas después, están comenzando a cosechar los frutos de esta estrategia.

Lo cierto es que, para que el individuo sea un cordero obediente al político/gobierno/estado, hay que:

*Desintegrarlo. Se debe desacreditar a la lógica como herramienta de razonamiento; es preciso generarle un sentimiento de culpa por “soberbio e intolerante”, castigo ganado por basar sus conceptos y actos en principios y fundamentados sólidos. Fomentarle un sentimiento de vergüenza y pudor al expresar sus ideas “cavernícolas y fachas”, pecados espantosos en este nuevo mundo posmoderno, sin límites en la realidad ni en la verdad. El lema “la imaginación al poder” es una sentencia impuesta por los “políticamente correctos”.

*Desarticular la familia (1). Sin familia (¿mini-pyme?), la estructura económica de las células fundamentales de la sociedad (al menos lo era hasta ahora), se descalabra. Preguntale a cualquier divorciado (genérico, aclaro para los de mente podrida) al respecto.

*Desarticular la familia (2). Sin familia, los niños suelen no tener referentes claros en los padres disgregados; sumado a esto, los posmodernistas ponen en tela de juicio a la Patria Potestad, acusando a los padres de considerar “cosas” a sus hijos. Luego, ¿quién viene al rescate de estos pobres niños

indefensos?, por supuesto que el magnánimo “Papá Estado”. ¿Y cómo lo hace?, infiltrando una estructura noble, confiable y con llegada directa a los niños, la escuela. ¿Y quiénes han invadido todas las estructuras estatales y fundamentalmente las educativas?; los posmodernistas y sus tropas de asalto: la ex-ideología y ahora perspectiva de género (cambio estratégico de nombre).

Toda pareja tiene derecho a separarse y no juzgo ese hecho, sólo me remito al análisis sobre el impacto estructural en la familia y los hijos.

Así los niños, criados en hogares desmantelados, que suelen vivir continuas réplicas del terremoto del divorcio, destacados turistas que visitan alternativamente las casas de ambos progenitores, con divisiones de bienes y consecuente descenso del respaldo económico, con dualidades de criterios educativos entre sus dos nuevas casas; sumergidos en un mar de relativismo social en el cual “todo vale” y en el que lo único que importa es el placer (mientras más primitivo mejor), en un tiempo en el que se niega el concepto de causa/efecto, o sea acto/consecuencia (lo que en el accionar cotidiano quiere decir: por mis actos debo responder); así, en este contexto, los ideólogos de este plan maquiavélico, acusan a los padres de “cosificar” a los hijos por medio de la patria potestad y se instalan como los superhéroes salvadores.

En este escenario ya establecido, los niños serán adoctrinados en las escuelas, serán despojados de todos los valores en pos de una tolerancia absoluta a los disvalores, y serán seducidos por el facilismo de reclamar derechos truchos y una vida de placeres mundanos; todo esto a cambio de entregar su razón y su lógica, fundamentos de la libertad individual y de la esencia humana. Algo así como vender el alma al diablo…

Estos ideólogos posmodernistas vienen naturalizando hechos que no son naturales, entre quienes ceden centímetro a centímetro sin percibir el engaño. Presentan como natural que una persona cambie de sexo, que dos personas del mismo sexo “tengan” (concebir) un hijo; es natural arrancarse “un puñado de células” que molestan en el útero de la mujer, es natural tener apetencias sexuales de las más variadas por lo que debemos aceptar su

exposición pública; y como el sexo es natural, este debe ser inculcado y “liberado de prejuicios” a los niños desde pequeños.

Aclaro que respeto de modo irrestricto las elecciones de vida de un adulto, sean estas laborales, sexuales, religiosas, políticas o la que sea; siempre y cuando las mismas no perjudiquen a terceros.  Pero con la misma firmeza, no acepto ni permito que se me imponga nada.

Los países que van más adelantados que nosotros en esta carrera a este precipicio, están discutiendo el derecho a la zoofilia, a la necrofilia y al “amor inter-generacional”, eufemismo que disfraza a la pedofilia.  ¿No me creés?, investigalo.

¿Exagero?, veamos.  Intento de legalizar el aborto en menores de 13 años sin el consentimiento de los padres, consulta con “especialista” sobre salud sexual a partir de los 13 años sin la presencia de los tutores, educación sexual ideologizada en las escuelas, y ataque y degradación de la patria potestad de los padres (cosificación de los hijos).  Nos están “rodeando” para el asalto final.

Para un análisis de los contenidos de los cuadernillos y del ataque a la patria potestad, remitirse a los artículos correspondientes llamados educación sexual integral.

No permitamos que nos sigan robando nuestras libertades, es tiempo de hacerse cargo, es tiempo de dar inicio a La Rebelión de los Mansos.

Gentileza: Rogelio López Guillemain – rogeliolopezg@hotmail.com

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