Durante este invierno, las temperaturas han sido más que benévolas en la provincia, por lo que, tal como ocurrió el año pasado, se prevé una nueva crisis hídrica, la novena consecutiva para Mendoza.

Según lo manifestado a El Sol por Juan Rivera, investigador del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla, CCT Conicet), en la provincia sólo hay un acumulado de 20% o 40%, de acuerdo con dónde se efectúe la medida, lo cual agudiza más la situación.

Según el último boletín publicado por el Departamento General de Irrigación (DGI), ninguno de los embalses de la provincia está al 100% de su capacidad, más bien se encuentran en 70% y 90%, y, los caudales están en condiciones por debajo de sus valores históricos.

“Lo mismo sucede con la nieve y el panorama es aún más grave. Para que esa situación se revierta tendría que venir un temporal que deje, por lo menos, dos metros de nieve, como para que la curva de acumulación alcance los valores normales”, dijo Rivera.

Por lo que, con esta realidad, los especialistas aseguran que las chances de salir de la crisis hídrica son mínimas, ya que no hay pronósticos que indiquen en el corto o mediano plazo una irrupción de aire frío que genere esta situación.

Frente a esta realidad, uno se pregunta, ¿qué pasa con la nieve que ha caído en alta montaña? “Si bien ya se han producido ciertos eventos de nieve, los mismos no han persistido, ya que las temperaturas estuvieron por encima de los valores normales, lo que hizo imposible la acumulación nívea”, explicó el especialista.

También aseguró que es una decisión del DGI declarar –o no– la emergencia o crisis hídrica. “Desde el punto de vista meteorológico, puedo afirmar que estamos en condición de sequía hidrológica, y esa situación persistirá en el tiempo, al menos, un año más”, señaló.

Para salir de esa crisis hídrica en la que está sumida la provincia, Rivera explicó que se tendría que haber acumulado 50% extra de lo que debería nevar en un año normal para balancear un poco, no todos los años que se vienen arrastrando, por lo que el panorama no es ni será bueno.

“En líneas generales, los pronósticos estacionales están marcando que las condiciones de acumulación de nieve estarán, para lo que resta de este invierno y el trimestre de la primavera, por debajo de los valores normales”, aseguró.

¿Cuándo se declara la crisis o emergencia hídrica?

El responsable de determinar que la provincia está frente a una crisis o emergencia hídrica es el Departamento General de Irrigación. Así lo explicó hace unos meses a este medio Juan Andrés Pina, director de Gestión Hídrica: “El Departamento General de Irrigación determina si hay crisis hídrica cuando hace el análisis de todas las nevadas ocurridas en invierno. Ese informe se concreta a principios de octubre, ya que se considera que en agosto y setiembre aún hay chances de nevadas; las mismas comienzan en mayo, incluso, en un buen año podrían darse en abril”.

Antes de que se iniciara este invierno, varios investigadores daban cuenta de la presencia de un nuevo año de emergencia hídrica. Frente a ese panorama, el ingeniero manifestaba: “Respetamos y nos apoyamos mucho en los informes de los especialistas del Ianigla pero preferimos esperar que transcurra todo el invierno para determinar el fenómeno. Esto es así porque hay procesos de acumulación de la nieve que es importante que se generen”.

De este modo, en setiembre, el Departamento de Hidrología determinará cuánta nieve cayó en las estaciones, se harán vuelos a la cordillera para realizar cateos de nieve y determinar su altura y tipo, y, en función de eso, se hace un pronóstico que se presenta a principios de octubre y, que, si están por debajo de la media, determina la crisis hídrica.

Fuente:https://www.elsol.com.ar/se-va-el-invierno-y-se-asoma-otro-ano-de-crisis-hidrica