Si algo caracteriza a la historia de la economía argentina son sus numerosos episodios inflacionarios e hiperinflacionarios, un caso de estudio en todo el mundo por la frecuencia e intensidad con las que se presentaron. Un informe reciente elaborado por la Unidad de Estudios y Proyectos Especiales de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), muestra que durante los últimos 100 años, la tasa de inflación promedio del país fue de 105% anual, con un máximo histórico de 3079% en 1989.
Es más: desde 1944 hasta hoy, de 26 presidencias analizadas solo cinco registraron variaciones de precios menores a los dos dígitos, mientras que en el extremo opuesto, seis presidentes tuvieron inflaciones anuales de tres dígitos. Las tasas de inflación anualizadas más altas se presentaron en los gobiernos de Reynaldo Bignone (401%) y Rául Alfonsín (398%), con el pico máximo registrado en 1989, con un 3079% y una devaluación histórica.
El estudio se elaboró en base a la variación interanual de precios desde que el Indec posee una serie mensual y la inflación registrada en cada una de las presidencias en términos anualizados.
Desde la década del cuarenta hasta la muerte de Perón
En el extremo opuesto se ubica Héctor José Cámpora, con una inflación
anualizada de -30,1%, ya que durante su único mes de gobierno la variación de precios fue de -2,9%. Pero Cámpora ejerció la presidencia desde el 25 de mayo hasta el 13 de julio de 1973, por lo tanto, el estudio solo contabilizó la inflación del mes de junio de 1973.
Los setenta y los ochenta: de la alta inflación a la hiperinflación
«En los años siguientes a la muerte de Perón, en 1974, comenzó una etapa de profunda inestabilidad económica y social para la Argentina, en un contexto de crisis de la deuda latinoamericana«, destacó la CAC para presentar los datos de las décadas del ’70 al ’80.
En 1989 se alcanzó la máxima tasa de inflación del país, bajo la presidencia de Raúl Alfonsín. La variación de precios promedio de ese año fue de 3079%, registrándose también una devaluación histórica: el tipo de cambio registró un aumento de 4771% anual con respecto al dólar.
La pérdida de valor de la moneda fue tan importante que durante este período se realizaron dos cambios de símbolo monetario: en el año 1983 se reemplazó el peso Ley por el peso argentino, que en 1985 fue sustituido por el austral.
El presidente que registró una mayor inflación anualizada durante el período fue Reynaldo Bignone con un 401,7%.
La convertibilidad y la posconvertibilidad
A partir de la Ley de Convertibilidad del año 1991 —que fijó la paridad del austral con el dólar y luego con el peso— comenzó en la Argentina un período de «drástica reducción de la inflación y posterior estabilización del nivel de precios, incluso con años de deflación», resumió el informe.
Sin embargo, la inflación promedio durante la presidencia de Carlos Menem fue significativamente elevada (69,7% anual), como consecuencia de la variación de precios registrada durante los primeros años de su gobierno. Con todo, el informe advierte que la inflación fue alta en su primer mandato (147,5% anual) y nula en el segundo (0% anual).
La inflación volvió a ser un tema de preocupación nacional desde 2007, cuando la tasa anual superó el 20%
La recesión de finales de los años noventa se tradujo también en un período de deflación: durante los dos años de la presidencia de Fernando de la Rúa la variación de precios fue negativa, con una tasa anualizada de -1,1%. La devaluación de 2002 impactó en el nivel de precios durante la presidencia de Eduardo Duhalde que tuvo una inflación anualizada de 29,3%.
«Tras un período de estabilidad de precios, la inflación volvió a ser un tema de preocupación nacional desde 2007, cuando la tasa anual superó el 20%. Estos niveles de inflación —no reflejados en los indicadores oficiales de precios— caracterizaron a la mayor parte de los años de gobierno de Cristina Kirchner.
Para elaborar su estadística de inflación, la CAC tomó datos de inflación alternativos a los del Indec, elaborados por Graciela Bevacqua, que fue directora del IPC del organismo hasta 2006.
«La administración de Mauricio Macri, enfrentada a los efectos inflacionarios de la unificación cambiaria y la actualización de las tarifas de los servicios públicos, que habían estado virtualmente congeladas durante más de una década, hasta la fecha no ha conseguido reducir estos guarismos», señaló el informe.
Con todo, los autores del informe aclaran que no analizaron otros factores que van más allá de la inflación como la pérdida de valor adquisitivo, las distorsiones en los precios, la redistribución de riqueza y el incremento del llamado «impuesto inflacionario«.
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