A través de Emesa, en Capital y Godoy Cruz se hará una prueba piloto para certificar eficiencia energética. Relevarán 200 hogares.
La mirada del Estado está puesta en concientizar a la población sobre los beneficios que acumulan los hogares que son eficientes en materia de consumo energético de gas o electricidad. El camino comienza con un relevamiento para catalogar las viviendas, según la eficiencia, para que esta información sea un distintivo al momento de comprar o alquilar un inmueble.
En este contexto, hoy se firmó el acta mediante el cual se pone en marcha una prueba piloto en los departamentos de Godoy Cruz y Capital para medir la eficiencia energética en 20 viviendas.
“La etiqueta de certificación es un instrumento similar al de los electrodomésticos que sirve fundamentalmente para brindar información al consumidor respecto a la variable de consumo energético, a la hora de tomar decisiones de compra o alquiler de una vivienda”, explicó la subsecretaría de Eficiencia Energética de la Nación, Andrea Heins.
Claro está que para el comprador o inquilino no es lo mismo un hogar que rápidamente se puede calefaccionar o refrigerar que otro que no posee las previsiones que le permitan ahorrar energía. Por eso, esta certificación se convierte en una herramienta técnica que permitirá introducir en el mercado una variable de diferenciación de precios inmobiliarios a preferencia de los usuarios por viviendas más eficientes en función de su consumo energético.
La funcionaria explicó que “la certificación dice qué tan eficiente o no es la vivienda y lo que va a cambiar si una vivienda es más eficiente o no, es el índice de prestación energética que resulte de esa evaluación”.
Por otra parte, el relevamiento que se realizará con esta prueba piloto de certificaciones se convertirá en un instrumento útil para generar políticas públicas en los distintos niveles de gobierno para incentivar la eficiencia.
“Desde el Estado Nacional estamos impulsando este programa y promoviendo esta prueba piloto para poder tener un diagnóstico de cómo es la performance energética de las viviendas en las distintas zonas bioclimáticas del país”, indicó Heins.
Para realizar estas pruebas, desde la Subsecretaría de Energía, se capacitará a 40 personas respecto al uso de la Norma IRAM 11900, que explica el procedimiento de evaluación para entregar la etiqueta de eficiencia energética para una vivienda.
“Para que la muestra sea representativa se seleccionarán 200 viviendas de diferentes estratos sociales para tener, a fin de año, un indicador de hacía donde tenemos que ir”, explicó Pablo Magistocchi, director de Energía de la provincia, quién indicó además que este es un primer paso para que Mendoza empiece a recorrer un camino que nos lleve a que todas las viviendas estén etiquetadas, lo que va a tener consecuencias inmobiliarias en el futuro.
Las capacitaciones profesionales comenzarán en junio y en agosto los relevamientos de la prueba piloto que se pretende extender al resto de la provincia.
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