Salazar le estaba hablando a Google Home, el altavoz de inteligencia artificial que está sobre la barra de su cocina. «Oye, Google, configura la alarma del temporizador para que suene en 20 minutos», le dijo para activar una cuenta regresiva que le avisaría cuando el pollo estuviera cocido y listo para desmenuzarse.
Al principio, los amigos de Salazar se rieron cuando le habló al altavoz. Sin embargo, después de algunas botellas de vino, todos comenzaron a hacerle preguntas y a darle instrucciones a Google Home. «¿Cuánto ganó Jamie Lee Curtis en ‘True Lies’?» y «Cuéntame un chiste».
La inteligencia artificial, a fuego lento en la cocina
Para muchas personas, la cocina es el centro de la casa y un lugar de interacciones que van más allá de preparar e ingerir comida. Ahora las empresas tecnológicas y los fabricantes de electrodomésticos que buscan mejorar su relación con los clientes dirigen su atención cada vez más a ese sitio, sinónimo de unión.
Marcas del hogar como Whirlpool, Samsung y Bosch están compitiendo con gigantes de la tecnología como Google y Amazon para dominar la cocina con electrodomésticos conectados a internet y aparatos de cocina que incluyen heladeras con pantallas táctiles integradas, lavaplatos inteligentes y pantallas en la barra conectadas a internet con asistentes de inteligencia artificial que reaccionan cuando se les dan órdenes en voz alta.
Además de sus miedos de alterar los ritmos y patrones del corazón del hogar, puede ser que la gente dude respecto a incorporar aparatos inteligentes en sus cocinas debido a los costos de mantener ese tipo de electrodomésticos, que a menudo son difíciles de reparar y usan partes costosas como pantallas táctiles. También puede ser que les preocupe la longevidad: una heladera con una pantalla táctil podría verse moderna hoy, pero quién sabe qué tan anticuado luzca en cinco años.
Además, puesto que muchos aparatos de cocina están incorporando conexiones a internet, cámaras o micrófonos, la privacidad digital se ha vuelto una preocupación. Los investigadores de seguridad dijeron que un problema con los electrodomésticos inteligentes es que, a diferencia de las empresas de tecnología, a las marcas para el hogar les falta la experiencia de ciberseguridad necesaria para comprobar que los productos no tengan puntos vulnerables.
Julie Kim-Whinston tenía algunas de esas dudas cuando remodeló hace poco su casa en San Francisco. Para actualizar su cocina, compró electrodomésticos de Wolf, Viking y Bosch: ninguno de ellos con grandes pantallas, asistentes virtuales o conexión a internet. Kim-Whinston, consultora de ropa deportiva y prendas para exteriores, dijo que los aparatos inteligentes le parecían poco atractivos porque los componentes tecnológicos podrían volverse obsoletos rápidamente.
Además, la cocina y el comedor son donde ella, su esposo y sus dos hijos, de 5 y 7 años, se reúnen y charlan, comentó. Dijo que no quería que sus hijos estuvieran expuestos a una heladera con una gran pantalla táctil.
«Sé que son presa fácil para los aparatos adictivos, así que literalmente podrían quedarse viendo la pantalla de la heladera esperando que algo aparezca», dijo. «Estarían tocándola y moviéndola, esperando que sea un videojuego».
No obstante, la ventaja potencial para los fabricantes hace que la cocina sea un objetivo tentador. Se espera que el mercado global de los electrodomésticos para la cocina aumente a 253.400 millones de dólares para 2020, un aumento en contraste con los 175.000 millones de 2014, de acuerdo con Allied Market Research.
Esto ha ocasionado que las empresas estén extendiendo sus tentáculos tecnológicos hasta la cocina con una variedad de enfoques. Samsung, el fabricante de celulares número uno, que popularizó los teléfonos inteligentes con pantallas extragrandes, develó este año una nueva versión de Family Hub, una heladera inteligente que entiende comandos de voz y tiene una pantalla táctil de 21,5 pulgadas. El aparato tiene tres cámaras integradas que pueden transmitir imágenes en vivo del contenido de la heladera a un celular.
Samsung vende la heladera como el siguiente centro de control para el hogar, aunque es uno muy costoso. Las heladeras Family Hub tienen un precio inicial de cerca de 3500 dólares en Estados Unidos.
«De verdad nos gustaría que los clientes, en algún momento, miren en retrospectiva y digan: ‘Actualmente, una heladera sin pantalla resulta extraño», dijo Sunggy Koo, el vicepresidente de electrodomésticos inteligentes de Samsung.
El objetivo de Samsung es hacer que la gente algún día conduzca sus vidas digitales con la misma facilidad desde una heladera, un teléfono, una televisión o un auto. Alimentados con datos sobre vos en la nube -y con la ayuda de un asistente virtual-, todos los aparatos operarán en perfecta sincronía para propiciar una vida doméstica con una eficiencia máxima.
Por ahora, Amazon y Google están teniendo algunos de los éxitos más notables en la cocina, aunque sus dispositivos no son específicos para esa parte de la casa. Muchas personas utilizan el altavoz Echo de Amazon o Google Home, que tienen los asistentes virtuales de sus empresas, lo que les permite configurar temporizadores de cocina o buscar recetas.
Para aprovechar la frecuencia con que estos dispositivos terminan en las cocinas, las empresas están expandiendo estos productos con pantallas inteligentes controladas por voz. El año pasado, Amazon estrenó Echo Show, que puede cargar recetas paso por paso en la pantalla. Este año, Google develó Smart Display, un sistema de software que comparte con fabricantes como Lenovo, empresa que lanzará pantallas inteligentes este año que cuentan con Google Assistant, pueden ejecutar aplicaciones y reproducir videos de recetas.
Sin embargo, esos dispositivos también han planteado dudas sobre la privacidad. Las pantallas de Amazon y Google siempre están a la espera de escuchar comandos de voz, e incluyen cámaras para hacer videollamadas. Amazon y Google dijeron que tienen la opción de silenciar los micrófonos y apagar las cámaras.
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