Es imprescindible elegir establecimientos conocidos y habilitados por la autoridad sanitaria, para asegurar productos de calidad y conservados con la cadena de frío adecuada.
La Semana Santa es una época del año en la que suele incrementarse el consumo de pescado. De todas formas, incorporar este alimento a la dieta cotidiana siempre resulta aconsejable.
El Ministerio de Salud, Desarrollo Social y Deportes brinda algunas recomendaciones a tener en cuenta para el consumo de pescados, mariscos, empanadas de vigilia, que forman parte de la mesa de Semana Santa, para evitar intoxicaciones y otros riesgos en la salud.
A su vez en este marco el Departamento de Higiene de los Alimentos realiza inspecciones y controles en los establecimientos expendedores, distribuidores y procesadores de estos alimentos. Además, en conjunto con
el Departamento de Educación para la Salud, difunde consejos útiles sobre las condiciones que garantizan el consumo sano, en especial, del pescado fresco.
El pescado es un alimento de excelente calidad nutricional ya que proporciona proteínas de alto valor biológico, que son aquellas que poseen los aminoácidos que el cuerpo no puede producir por sí mismo. Al mismo tiempo, es rico en vitaminas como la A y D, minerales como el fósforo, magnesio, selenio y yodo, y ácidos grasos insaturados como el Omega 3. Sus proteínas,como las de la carne, son de fácil digestión y complementan las cotidianas aportadas por los cereales y las legumbres en una alimentación saludable.
Sin embargo, el pescado es un producto perecedero que se puede alterar con facilidad si no se tienen en cuenta algunos cuidados al momento de su compra y conservación.
¿Qué debemos tener en cuenta?
En principio, es conveniente comprar el pescado entero, ya que así se pueden observar mejor todas sus características y aprovechar partes como la cabeza para preparar caldos o salsas.
El pescado fresco debe presentar:
Aroma suave. El olor intenso a pescado es una señal de que no está fresco.
Ojos siempre brillantes, transparentes y esféricos. La opacidad o el hundimiento son signos de deterioro.
Piel firme pero no tiesa. Debe ser elástica, húmeda, brillante y limpia.
Es importante que al hundir el dedo en la carne, ésta vuelva a su estado inicial. Cuando el pescado se está descomponiendo, empieza a tomar una tonalidad amarillenta.
Escamas abundantes y de aspecto brillante. Deben estar pegadas a la piel y no sueltas.
Branquias de color rojo vivo. Algunas especies las tienen de color rosa
pero jamás deben presentar manchas o colores diferentes.
Columna vertebral firmemente adherida a los músculos; si se la intentara separar de ellos, debería romperse. No tiene coloración, si está algo roja es señal de mal estado.
Mariscos: No deben desprender ningún tipo de jugo o sustancia. La carne debe ser firme, nacarada y su olor, suave.
Pulpo: La carne tiene que ser firme y los tentáculos se deben mantener firmes, pegados al cuerpo. Es mejor si no tiene manchas negras o por lo menos no en cantidad.
Bacalao salado: Debe estar seco, de color entre blanco y amarillo sin manchas rojas y olor característico.
Enlatados: Los envases no pueden estar abollados, oxidados o con pérdida de contenido en ninguna de sus partes. Es fundamental adquirir productos que se hallen rotulados, indicando nombre del producto, nº de lote, datos
del fabricante y/o importador, autorización de la autoridad sanitaria y fecha de vencimiento.
Cómo conservar el pescado
Es recomendable mantenerlo no más de 1 o 2 días en la parte más fría de la heladera y hasta 3 meses en el freezer, dentro de un recipiente tapado. Esto es muy importante para evitar que al despedir sus jugos, contamine al resto de
los alimentos.
No descongelar y volver a congelar los pescados y mariscos.
Al descongelarlos, no hacerlo a temperatura ambiente.
Una vez preparados, consumirlos lo antes posible.
Consumir los pescados bien cocidos, preferentemente a la parrilla, al
horno, al vapor o a la plancha.
Locales de venta
Se recomienda no adquirir alimentos que estén al aire libre. Hay que tener en cuenta que la congelación es el secreto de las buenas carnes, y tampoco comprar grandes cantidades para conservar.
En los establecimientos de venta al público, el pescado fresco debe conservarse a la vista en recipientes cubiertos con abundante hielo en escamas.
Adicionalmente, se recomienda que si usted está realizando la compra de varios productos de la canasta familiar, estos alimentos debe ser los últimos en comprar, de no hacerlo podría perder su refrigeración y poner
en riesgo su salud.
Una vez comprados, los pescados y mariscos deben transportarse directamente al domicilio y refrigerarlos inmediatamente para evitar que se corte la cadena de frío.
Las precauciones que el Ministerio presenta en esta oportunidad no solo deben ser tenidas en cuenta en la Semana Santa, sino cada vez que adquiera estos productos alimenticios.
Por último, en caso de denuncia, dirigirse al Departamento de Higiene de los Alimentos, San Martín y Rondeau, 2º piso, Ciudad, o comunicarse a las líneas telefónicas 0261-4290778/782 de 8 a 13 y por mail a
dinha@mendoza.gov.ar
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