Es la gran cuenta pendiente de la Selección desde hace tiempo. La idea y los nombres que piensa el técnico para resolver el gran dilema. Es lo más importante que tiene que definir la Selección. Para la lista de Rusia y para su identidad de equipo. Messi necesita socios que lo ayuden a brillar y hacer brillar al resto.
Y no están claros los nombres, aún. Jorge Sampaoli se inclinó por los cuatro defensores y lo que sigue a partir de allí será un volante central (Biglia o Mascherano), dos interiores (la gran incógnita), Leo de enganche (libre) y dos puntas (Agüero o Higuaín) y Di María.
Esto es un 4-3-1-2 pero puede ofrecer variantes. La más importante es la que el cuerpo técnico quería probar en esta gira: Higuaín y Agüero juntos otra vez, como lo hicieron en la última etapa de Bauza, en algunos partidos de Sabella y no mucho más. La lesión del Kun le pone puntos suspensivos al ensayo, que implicaría una flexibilización del dibujo. Agüero se tiraría más atrás, para juntarse con Messi y Di María. No es más que el «moderno» 4-2-3-1. En ese caso habría que definir quién es el socio del 5.
¿Y Dybala? En el imaginario popular aparecía como el socio ideal de Messi, pero está lejos de serlo. Se trata de un caso extraño. Esta es la primera vez que Sampaoli no lo convoca. El zurdo de la Juventus estuvo en los ocho partidos del ciclo, jugó seis (5 como titular y en 3 fue suplente). Lo marginó la lesión y algo más. Su dificultad evidente y hasta reconocida públicamente por él para asociarse con Messi lo puso en modo pausa.
La observación indica que Dybala tiene cosas de Messi, por ejemplo la pegada de pelota parada, la diagonal desde la derecha para buscar luego al arco, pero está claro que es un terminador de jugadas más que un generador. Y en su exitosa sociedad con Higuaín suele ser el Pipita el que habilita a Paulo y no al revés. La lógica dice que Dybala es mucho más un suplente de Leo que un socio, pero desde el cuerpo técnico de la Selección dicen, en voz baja pero contundente: «El suplente de Messi no existe». Si no juega Leo, se juega a otra cosa. Así de simple.
Pero el tema clave sigue estando en el mediocampo. No tiene Argentina un Xavi, un Modric, ese volante cerebral que maneje los hilos y le haga llegar la pelota a Messi con ventaja, para que juegue donde es imparable y no tenga que bajar tanto a buscarla. Y allí, en ese rubro, la pelea por un pasaporte ofrece muchos candidatos, parejos en líneas generales.
Pablo Pérez se sumó aquí en Manchester pero había estado en el banco contra Ecuador. En principio corre de atrás, pero gusta. Paredes es otro caso particular. Presente en los ocho partidos de la era Sampaoli apenas jugó 14 minutos ante Singapur (hizo un gol) y 7 más el descuento frente a Ecuador. En esos amistosos se definirá su futuro. Al cuerpo técnico le encanta, pero le cuesta encontrarle un lugar. Es un diez que suele jugar de doble cinco. ¿Podrá ser interior por derecha?
Maxi Meza está haciendo sus primeras experiencias en la Selección. Ofrece desequilibrio en los últimos metros, más que organización en el medio. Está en competencia.
También para Giovani Lo Celso, otro zurdo que encandila al cuerpo técnico pero al que les cuesta ubicar en el sistema. En Paris Saint-Germain tuvo mucha continuidad como volante central, aunque el exCentral es claramente un volante ofensivo. Estuvo en los últimos dos partidos, no rindió ante Rusia y mejoró un poco contra Nigeria. Lo están probando a fondo.
El rubro laterales parece estar más claro. Mercado está adentro, el Toro Salvio (hoy lesionado y con bastante tendencia a reincidir) se ofrece como opción. Lo mismo ocurre con Marcos Acuña, que puede ser 3 o interior por izquierda, pero que está seguro. Fabricio Bustos es la opción por la derecha y Nicolás Tagliafico por la izquierda. Al del Ajax lo favorece su nuevo destino y el cambio a cuatro en el fondo, con tres tenía pocas chances.
Sé el primero en comentar en «El plan de Jorge Sampaoli para encontrar los mejores satélites de Lionel Messi»