En un mano a mano, Javier Lindenboim director del Centro de Estudios sobre Población, Empleo y Desarrollo e Investigador Principal del Conicet, analiza el empleo en la Argentina y advierte que los empresarios pyme tienen miedo de contratar personal.
Javier Lindenboim es uno de los máximos estudiosos de la situación del empleo en la Argentina. Aunque aclara que no son su especialidad, analiza cómo puede evolucionar el empleo en las pymes en 2018. Ve un año de crecimiento moderado y sin situaciones de crisis. «No es una bonanza pero tampoco es un escenario crítico», dice el director del Centro de Estudios sobre Población, Empleo y Desarrollo (CEPED) e Investigador Principal del CONICET. Advierte que los empresarios chicos tienen miedo de contratar personal.
¿Cómo ve el mercado laboral en el país en general y en las pymes en particular?
Venimos con un rezago estadístico y siempre que analizamos estamos viendo las fotos de hace tres meses. El mercado de trabajo lentamente viene desde mediados de 2016 recuperándose de una calamidad importante sufrida a fin de 2015 y en la primera parte de 2016. Ese escenario explotó en el marco del gobierno de Cambiemos pero venía mostrando signos preocupantes en el segundo mandato de Cristina Kirchner.
¿Qué podemos prever para el año?
Una continuidad de esta situación relativa. No es una bonanza o tranquilidad pero tampoco es un escenario crítico o caótico que uno escucha en muchos analistas. No hay una situación grave ni en materia de demanda ocupacional vista desde el lado de los trabajadores. Ni desde el lado de los que buscan trabajadores en los ámbitos de empresas, aunque hay matices dependiendo del tamaño de las compañías.
¿Cómo sería esto?
Las empresas más importantes atraviesan situaciones diversas en materia económica con una solidez en las espaldas que no tienen las medianas y chicas. Las pymes tienden a mirar con más atención en qué momentos demandan fuerzas de trabajo porque les preocupa las situaciones de «desenganche» que puedan sobrevenir.
¿Esto sería que las pymes dudan más si contratar o no por los altos costos indirectos del empleo y los eventuales costos de reducir personal?
En líneas generales esto es lo que está en la cabeza de tomadores de decisión de cualquier firma. Pero las chicas y medianas dicen tener una preocupación en este sentido. Si me hago cargo de todas mis obligaciones asociadas a la demanda laboral tengo que cerrar mi empresa, dicen muchos.
¿Qué puede hacer el Estado?
El Estado puede hacer cosas para simplificar la vida a los empresarios más chicos. También hay un mal hábito: en la Argentina estamos más acostumbrados a evadir que a cumplir las obligaciones fiscales. Hay una cuestión cultural que tiene ancla en la desaprensión por la responsabilidad social. La sociedad necesita autosustentarse y en parte eso lo hace con los compromisos fiscales. No estoy haciendo juicio sobre el buen o mal uso que cada gobierno pueda hacer de esos recursos. Pero es una reflexión que nos debemos como sociedad. Dentro de ese cuadro, hay situaciones empresariales más complicadas que otras.
Muchos argumentan que las políticas de este gobierno favorecen a sectores económicos que no son generadores de empleo. ¿Qué opina?
Es posible que haya algo de eso. El Gobierno, con aciertos y errores, busca iluminar un sendero de crecimiento y toma políticas que cree que apuntan a esa dirección. Una de las cuestiones que argumenta con razón es que la productividad media de la economía local creció lentamente frente a la productividad media del resto del mundo.
El tema es qué se hace con todas esas empresas de sectores sensibles utilizan mano de obra intensiva…
El Gobierno dice que preocupa que las empresas desventajosas en materia de competitividad tienen que hacer esfuerzos adicionales. La cuestión pasa por si esos esfuerzos los hace la empresa por su cuenta, lo hace con ayuda del fisco o no lo toma como preocupación y se queda esperando a que alguien la ayude.
¿Por qué se demoran las inversiones?
El Gobierno se equivocó fiero si pensaba que arreglando el tipo de cambio y pagando la deuda iban a venir inversiones de afuera. Pero tampoco vinieron las inversiones de adentro y en eso tienen que ver los grandes y los chicos. Sería bueno dejar las chicanas al costado. Estamos en deuda a la hora de discutir el modelo productivo, tanto en el Gobierno anterior como en este.
¿Será un buen año para el empleo?
Puede ser un buen año pero hasta ahí. El consenso generalizado es que pese a ser un año par vamos a tener crecimiento. La demanda laboral se puede incrementar 1% que es el crecimiento de la población. Eso significa que no vamos a empeorar pero tampoco va a haber mejoramiento. Es una situación buena modestamente hablando. Y ojalá que no sea menos que esto.
Fuente:https://www.cronista.com/pyme/innovacion/Por-que-los-empresarios-pyme-tienen-miedo-de-contratar-personal-20180215-0002.html
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