La propuesta aún no tiene apoyos suficientes en el Congreso, pero se abre paso imparable en las redes sociales
Argentina fue uno de los primeros países de América Latina en aprobar el matrimonio homosexual, con gran oposición del entonces cardenal Bergoglio y ahora Papa Francisco,pero está siendo uno de los más atrasados en flexibilizar la ley del aborto. Los países de alrededor, con excepciones como el muy conservador Paraguay, van ganando la partida a Argentina y la explicación fundamental de ese retraso se coloca en Cristina Fernández de Kirchner, que promovió la ley del matrimonio homosexual pero siempre se ha mostrado contraria al aborto por convicciones religiosas.
Políticos veteranos del radicalismo cercanos al Gobierno como Ricardo Gil Lavedra, uno de los jueces que mandó a la cárcel a la Junta Militar, también se mostró a favor. Sin embargo, desde el Gobierno, ha habido voces en contra, como la del ministro de Interior, Rogelio Frigerio. «Yo estoy en contra del aborto, estoy a favor de la vida. Es un tema que hemos planteado desde el gobierno de la Ciudad, en el cual es difícil tener una posición. Tiene muchas aristas, cuestiones personales, religiosas… El Estado tiene una enorme responsabilidad en términos de evitar embarazos no deseados», dijo Frigerio a radio La Red.
El asunto concentró 78.000 tuits en pocas horas y también desató una campaña de grupos católicos en sentido contrario con un #SiALaVida que recabó mucho menos apoyo. El movimiento empezó hace un par de semanas, cuando uno de los presentadores estrella de la televisión, Jorge Rial, se declaró «machista en recuperación» y empezó a usar su espacio para dar voz a las feministas más conocidas que llevaban la reivindicación del aborto libre.
Poco a poco el asunto ha ido creciendo hasta convertirse en una cuestión política de primera magnitud. Juliana Di Tullio, que fue jefa de los diputados kirchneristas antes de que Macri llegara al poder, detalló recientemente las discusiones que mantuvo con la expresidenta por este tema, que Di Tullio quería llevar adelante. Nunca pudo hacerlo, explicó, porque no había votos suficientes en el Congreso para sacarlo sin el impulso de la expresidenta. Pero ahora ella y otras mujeres políticas no solo del kirchnerismo, sino de todo tipo de grupos, confían en generar un ambiente favorable para un cambio legal trascendental.
Se calcula que hay cerca de 500.000 abortos clandestinos al año, que se han convertido en la principal causa de muerte de gestantes. En Argentina la interrupción del embarazo es delito excepto en casos de violación y de peligro para la vida o la salud de la madre. Dentro del grupo del Gobierno hay fuertes divisiones. En general, los principales dirigentes, de tradición católica, se muestran contrarios. Pero el principal asesor de Macri, el ecuatoriano Jaime Durán Barba, siempre se mostró a favor de legalizar el aborto y sostiene que este tipo de posiciones conservadoras son arrasadas por el avance de la sociedad. Hay una aparente cuestión generacional. La propia Cristina Fernández de Kirchner admitía que era su hija la que más le discutía su oposición al aborto libre. El hijo, Máximo, también se sumó a la campaña en las redes sociales.
Fuente:https://elpais.com/internacional/2018/02/19/argentina/1519068828_887518.html
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