En los últimos meses, la farándula de todos los rincones del mundo, se ha visto envuelta en escándalos. Las declaraciones del acoso sexual que varias actrices sufrieron por importantes figuras cinematográficas y mediáticas, despertó gran indignación. Y así fue como el feminismo logró, una vez más, volver a estar en el centro de la discusión.

Una llamativa situación se ha dado en la Argentina, cuando el programa Intrusos –caracterizado por llenar nuestras tardes con vacíos chimentos teñidos de machismo – abrió un espacio para debatir sobre este movimiento en ascenso. Se trata de un hecho que en nuestro país, es algo “histórico”. Así lo calificó la actriz Virginia Godoy al exponerle a Jorge Rial, no sólo el acoso que recibía por parte de Roberto Pettinato, sino también una lucha que ha ido adquiriendo mayor relevancia a lo largo de los años.

Vivimos en una sociedad que constantemente, consume de los medios la cosificación de la mujer, al punto de naturalizarla. Son muchas las familias que pasaron sus cenas frente al televisor, mirando como un “simpático” conductor se reía y aprovechaba de las mujeres. Son muchas las personas que han consumido programas que muestran a la mujer como un objeto de deseo y un sujeto al que someter. Aún en pleno siglo XXI, tiempo en el que finalmente logramos hacernos un lugar dentro de aquel mundo que no nos consideraba como iguales, son muchas las personas que tienen un concepto equivocado sobre el rol de la mujer. Y lo que es peor, son muchas las mujeres que han tenido que vivir incómodas –e incluso violentas- situaciones, de las que no se animaron a hablar por miedo a ser juzgadas, humilladas o calladas.

Sin embargo, eso está cambiando. El feminismo, ya no es visto por la sociedad como un movimiento de “tortas, zurdas, locas que gritan y rayan las paredes”. Gracias al exponencial consumo de redes sociales, el feminismo y su continua lucha por la igualdad, han tenido gran repercusión. Cada vez que uno ingresa a ellas –Instagram, Twitter o Facebook-, se encuentra con mensajes, discusiones y noticias referidas al tema. Y afortunadamente, ha podido crearse conciencia y empatía sobre la realidad que día a día vivimos las mujeres.

Teniendo en cuenta este panorama, es probable que Intrusos haya llevado este debate a su pantalla con la idea de aumentar el rating. Polémicos comentarios de Araceli Gonzáles y Facundo Arana, las fuertes respuestas de Malena Pichot, y por supuesto, las sorprendentes –o quizás no tanto- declaraciones de varias actrices por el acoso sexual recibido durante su carrera, sirvieron para atraer un nuevo público. No obstante, este no es un público cualquiera. Es más bien, un público que pertenece a una sociedad más sensible e informada respecto de las problemáticas actuales. Un público que ya no se interesa tanto por la exitosa temporada que hizo Moria Casán en Carlos Paz, ni por la separación de Pampita y Pico Mónaco. Se trata de un público, y por lo tanto una sociedad, que está cambiando.

El hecho de que un programa dedicado a los chismes del espectáculo, cree un espacio de debate que haga crecer la voz de las mujeres en torno a esta lucha, no es poca cosa. Es incluso, una puerta que se abre hacia la conciencia y al progreso de nuestra sociedad. Tener la oportunidad de demostrarle al país que ser feminista no se trata de una batalla de sexos, ni de odiar a los hombres, sino de liberar a la mujer y deconstruir la idea patriarcal que se tiene de ella, de proteger nuestros derechos como seres humanos que también somos, y de buscar la equidad, de tal manera que se genere igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.

Y aunque todavía queda trabajo por hacer, lo cierto es que este cambio puede estar jugando a nuestro favor, y que nuestra posición poco a poco, deja de estar en un lugar de sumisión.

Ana Paula Collado – Analista Internacional ana.collado@hotmail.es