La escasez de materia prima, el aumento de robos y las nuevas empresas que presionan sobre la demanda de agave, empujan los costos del destilado y preocupa a los pequeños productores.
En el corazón de la industria tequilera mexicana, que vive un auge, los productores del estado de Jalisco parecen preocupados. Frente a los enormes hornos de metal donde se cocina el agave Tequilana Weber, materia prima del famoso tequila, un productor lamenta tener que usar plantas tiernas, de casi la mitad de la edad requerida de siete años, por la creciente escasez de la mata. Al usar agaves más pequeños aumenta el número de tallos necesarios para elaborar tequila y se requieren más plantas. Eso, aunado a la mayor demanda de la mata y los crecientes robos en las plantaciones, está presionando los precios de una industria con tierras de cultivo limitadas por las reglas de denominación de origen.
En medio de un auge internacional del tequila, los costos del agave se han sextuplicado desde 2016, no sólo por la escasez del producto, sino también por el nacimiento de nuevas industrias que usan esta planta y por los robos, que han llevado que el parlamento de Jalisco aumentara a fines del 2017 las penas por el hurto de agave de 5 a 15 años. Industriales tequileros entrevistados por Reuters aseguran que la falta de agave maduro se agravará en 2018, en gran medida porque los productores se han visto obligados a echar mano de plantas jóvenes reservadas a las cosechas futuras.
«Crisis de éxito»
Para la actual temporada de cosecha se sembraron, en 2011, 17.7 millones de plantas de agave Tequilana Weber: menos de la mitad de los 42 millones que requerirá la industria este año para satisfacer las necesidades de 140 empresas tequileras acreditadas en México, según cifras del privado Consejo Regulador del Tequila (CRT). Y el problema podría extenderse incluso hasta 2021, coincidieron cerca de una decena de productores entrevistados por Reuters.
La pregunta que se hacen muchos tequileros es cómo hacer frente al rotundo éxito mundial del tequila, en un mercado donde solo la demanda de Estados Unidos –el principal comprador– creció cerca del 60% en la última década, según reportes de Distilled Spirits Council. «El crecimiento nos está rebasando, es una crisis de éxito de la industria», confesó Francisco Soltero, director de planeación estratégica de Patrón (la firma estadounidense de tequila que Bacardí compró recientemente por acordó la semana pasada comprar por u$s 5.100 millones).
Más robos, más industrias… mayores precios
El problema también adquirió tintes policiales y el incremento de robos de agave está obligando a muchos pequeños productores a salir del mercado: según datos del Consejo Regulador del Tequila, el año pasado fueron robadas 15,000 plantas, más del triple que en 2016.
José de Jesús, un productor que ha dedicado su vida a la siembra de la planta reconoce que sus atractivos precios han despertado la codicia de la delincuencia que, utilizando grandes camiones y mayormente de noche, extrae el agave maduro de zonas donde pululan grupos violentos ligados al narcotráfico.
Sumado al aumento de hurtos, hay cada vez más industrias –de insulina y jarabe de agave, por ejemplo– que utilizan unas 8.000.000 de plantas al año, casi un 20% de las más de 42 millones de plantas que requerirá toda la industria tequilera en 2018.
A su vez, esto desemboca en una escala de precios: entre 2016 y enero de 2018, el precio de la planta creció casi seis veces: pasó de $3,85 el kilo en promedio hasta los $22 actuales, lo cual preocupa a pequeños productores que asumen que no podrán mantenerse en el mercado a esos costos. «A más de $20 pesos el kilo es imposible competir con otros destilados como vodka y whisky», dijo Salvador Rosales, gerente de Producción de Tequila Cascahuín, una microempresa mexicana.
En años recientes, versiones premium de licores como el vodka y el tequila han incrementado su popularidad en el mercado estadounidense, a medida que los consumidores más jóvenes optan por alternativas a la cerveza.
La creciente población latina en Estados Unidos también ha impactado positivamente en las ventas del tequila. Pero sus versiones más baratas tienen cada vez más problemas para venderse porque los altos precios del agave las lleva a estar sobrevaluadas con respecto a otros destilados de su categoría.
Preocupación
Sin embargo, las grandes empresas, como Patrón y Tequila Sauza, por ahora no se muestran preocupadas frente a este escenario. «Si vendes valor, los costos no te preocupan (…) ¿Qué nos tiene preocupados? Que tengamos el agave, cueste más o cueste menos», dijo Soltero, de Patrón. Tequila Sauza, emblemática en el país por sembrar la gran mayoría del agave que necesita, señala que contar con sus propios campos mitiga sus costos por lo que no ven problemas por el momento, dijo Servando Calderón, director de la empresa.
Pero algunos tequileros confiesan que la escasez empieza a preocuparlos, pues no saben hasta cuándo podrán atender el consumo mundial que se prevé pasará de las 30.2 millones de cajas actuales a casi 35 millones en 2021, según la firma de investigación inglesa IWSR drinks market analysis.
Para Raúl García, presidente del Comité Nacional Sistema Producto Agave Tequila, organización que congrega a la mayoría de los productores de agave, el futuro no luce promisorio.
«Estamos seguros de que esto tendrá un fuerte impacto en empresas grandes como Cuervo o Sauza», dijo a Reuters en medio de enormes plantaciones de agave en Jalisco, aludiendo a un aumento en el costo de producción. «Y no vemos que el problema se vaya a resolver pronto, eso es lo que nos preocupa».
Fuente:https://www.cronista.com/clase/gourmet/Efecto-tequila-por-que-el-exito-puede-poner-en-crisis-a-este-clasico-mexicano-20180131-0004.html
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