San Rafael, Mendoza 23 de noviembre de 2024

En 2018, la macro se juega mucho

Marcos Peña, Federico Sturzenegger, Nicolás Dujovne y Luis CaputoMarcos Peña, Federico Sturzenegger, Nicolás Dujovne y Luis Caputo

El oficialismo perdió cierta popularidad después de la reforma previsional de diciembre. Sin embargo, el triunfo electoral fue relevante y le ha dado sustento al Gobierno que debe aprovecharlo en un año clave, como es 2018, para seguir impulsando reformas —aunque sea con  ritmo gradual— que posicionen a Mauricio Macri como  candidato a ser reelegido.

El desplazamiento de la meta de inflación corrigió al alza las expectativas de aumento de los precios, como era lógico. Se espera una política monetaria algo más laxa.

En lo que se refiere a la tasa de interés, habrá que ver durante el primer trimestre del año como se posiciona el Banco Central. El descenso de la tasa de pases no ha sido —por ahora— significativo y hay que esperar a la licitación de las Lebac. Parece un empate entre Peña y Sturzenegger.

Chile, a principios de los 90, tardó 5 años en reducir la inflación de 30% a un dígito alto y 3 años más para llegar a una tasa internacional. Eso también fue gradualismo.

La inflación núcleo se mueve en un sendero de descenso firme a pesar de que en el verano la inflación real se espera bastante alta. Las paritarias han comenzado a plantearse al ritmo de la nueva inflación esperada. Es posible que el salario real crezca como en 2017 y que esto influya en un mayor nivel de consumo, incluso con mejoras en las ventas minoristas que cayeron 1% durante 2017.

La meta fiscal, poco ambiciosa según los analistas ortodoxos, seguramente se va a cumplir pero el equilibrio fiscal sustentable aparece a largo plazo. La provincia de Buenos Aires cuenta con un presupuesto mayor que le dará recursos para obra pública. Son aportes conseguidos gracias a la negociación del Fondo del Conurbano que traerán votos claves, en especial en el interior de la provincia.

En cuanto a la racionalización del empleo público para bajar el gasto público, sólo hubo anuncios a nivel federal de poca monta y nada sustancial donde se concentra mayormente el empleo, que es en las provincias y municipios.

El endeudamiento público seguirá por tres años como puente entre el déficit fiscal elevado y la sustentabilidad. Se consiguen tasas razonables de endeudamiento y el ratio deuda a producto es lógico. El pago de la deuda se complica con un tipo de cambio más elevado.

La inversión, tanto pública como privada, seguirá firme, creciendo a buen ritmo y en dos dígitos. Los cortes eléctricos en Capital, hablan de inversión en infraestructura como siempre los hemos tenido pero de una entidad menor que otros años. Se notan las obras en el área de distribución.

Es de esperar un dólar que crezca algo por debajo que la inflación. Todavía estamos en retraso cambiario, lo que se nota especialmente en economías regionales y en el flujo negativo de turismo que es récord. La cuenta corriente es financiable pero está en valores elevados entre otras cuestiones por un dólar retrasado que el Fondo Monetario Internacional lo postula como ideal en $ 21.

La capacidad de la industria cerca del 67% mejorando en el margen respecto al año pasado. Las exportaciones industriales pueden crecer de la mano de un Brasil más dinámico. Las importaciones están muy vigorosas, en particular las de bienes de capital.

La cosecha, que suma y mucho en exportaciones, se estima ligeramente creciente con precios agrícolas sin mayores novedades. La soja aportará 7000 millones de dólares en los próximos dos años a la recaudación final.

La reforma laboral todavía pendiente de discutir en el Congreso es funcional para la competitividad de las empresas sin ser una reforma de las llamadas de ‘flexibilidad neoliberal’. Por ahora se encuentra postergada buscando un esquema nuevo de alianzas políticas para impulsarla sin el desgaste de los piquetes de diciembre.

Por otro lado, los números de pobreza del Observatorio de la UCA siguen siendo desafiantes. Macri quiere que se lo evalúe por este tema y, a fines de 2019, no sacará una buena nota porque la pobreza, como todo un logro, llegaría al 26%.

Los temas de la justicia no influyen directamente en la macro. Cabe considerar que se está avanzando en el capítulo institucional por el que Argentina perdió sistemáticamente niveles de competitividad desde 2002. Un trimestre intenso en avances de la justicia. ¿Casualidad que casi todo haya sido después de las elecciones de octubre? Es positivo para la institucionalidad del país que haya premios y castigos firmes.

Es muy prematuro decir que ha comenzado un proceso de 20 años de crecimiento. Recién veremos si hay dos años consecutivos de expansión, algo que no se observa desde 2012 cuando comenzó el serrucho.

Hace mucho no crecemos en un año par no eleccionario. El plan de obras públicas avanza con gran firmeza. A veces con cierta disconformidad de los constructores por la presión por los plazos.

Todos los ojos del mundo a la espera del encuentro en nuestro país del G20 que Macri preside. El foro de Davos al que asistirá Macri desde hoy como siempre impulsará una mirada global. Nuevamente Trump que prometió asistir con su lema ‘Primero América’ volverá a ser una nota discordante y polémica. En ese mundo, de contrastes de ideas, navega con buen rumbo y marcha no forzada la economía argentina.

Fuente:https://www.cronista.com/columnistas/En-2018-la-macro-se-juega-mucho-20180123-0097.html

 

 

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