Un camión quitanieves despeja una calle en Nueva York, hoy 4 de enero, durante una tormenta de nieve.
«Esta es una tormenta muy muy severa, con fuertes vientos y bajas temperaturas», afirmó el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, al proporcionar en una rueda de prensa un primer balance del impacto del temporal.
La tormenta comenzó a castigar esta madrugada a zonas de Long Island, situada a lo largo de la costa del Atlántico, y se fue desplazando hasta el interior del estado.
La nieve empezó a caer con intensidad en Manhattan a partir de las 7.30 hora local (12.30 GMT), cuando muchos neoyorquinos comenzaban el desplazamiento hacia sus lugares de trabajo.
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, declaró el estado de emergencia en varias zonas del estado, incluida la ciudad de Nueva York, poco después de que el temporal comenzara a castigar a la región.
«No es una tormenta de nieve normal, es una tormenta de nieve más vientos de gran velocidad, que crean una situación grave», afirmó Cuomo en una rueda de prensa.
Hoy se espera que en las zonas más afectadas caiga hasta casi medio metro de nieve, según los pronósticos meteorológicos actualizados, aunque la nevada irá cediendo a lo largo del día.
Pero coincidirá con fuertes vientos y rachas que llegarán hasta los 100 kilómetros por hora, lo que representa un problema grave para los equipos que están trabajando en las calles y en las rutas para quitar la nieve.
Fin de semana
El viernes y el sábado se espera una brusca caída de las temperaturas, lo que han destacado tanto Cuomo como De Blasio para resaltar los riesgos adicionales.
Las previsiones indican que la sensación térmica puede caer hasta los -29 grados Celsius, por las bajas temperaturas y los vientos helados, especialmente el viernes por la noche y en la madrugada del sábado.
El 7 de enero de 2014, la ciudad de Nueva York sufrió las temperaturas más bajas en más de un siglo, con una mínima registrada esta mañana en Central Park de 15,5 grados bajo cero, la más baja registrada desde 1896.
El aeropuerto de JFK, uno de los principales puntos de entrada a Estados Unidos, decidió suspender sus operaciones y había cancelado casi 500 vuelos con origen y destino a esa ciudad.
También quedó cerrada la terminal de vuelos nacionales La Guardia, con más de 600 vuelos cancelados.
El aeropuerto de Newark, en el estado de Nueva Jersey, que también sirve a Nueva York, se mantenía abierto porque está más lejos de la zona del impacto, pero este jueves había cancelado casi 1.000 vuelos programados.
El metro suburbano de la ciudad de Nueva York, que utilizan a diario seis millones de personas, se mantenía abierto, aunque con notables retrasos, al igual que las líneas de tren de la red de cercanías.
De Blasio también decidió declarar una emergencia invernal en la ciudad, que le permite, por ejemplo, retirar con grúas cualquier vehículo que esté bloqueando la calle.
No se ha facilitado cifras de víctimas por el temporal, pero según las autoridades de Nueva York sólo en la ciudad hubo hoy más de ochenta accidentes de tráfico, en su gran mayoría al chocar vehículos a baja velocidad.
«Estamos ante una severa y peligrosa tormenta de nieve.Todas las medidas de seguridad son necesarias», insistió De Blasio.
EFE
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