San Rafael, Mendoza viernes 29 de noviembre de 2024

Una economía intangible requiere un nuevo planteo de la política pública

Una economía intangible requiere un nuevo planteo de la política públicaLa novedad de la economía actual es que muchas de nuestras mejores ideas son inmateriales. La idea de hecho es valiosa, pero no toma forma física. Y eso cambia casi todo

¿Qué tiene de nuevo la economía actual? No es el rol que cumplen las ideas mismas. Las tecnologías que subestimamos la rueda, la cerámica cocida en horno, el arado o la máquina de vapor fueron alguna vez brillantes ideas nuevas. La novedad de la economía actual es que un sinnúmero de nuestras mejores ideas siguen siendo inmateriales. La idea de hecho es valiosa, pero no toma forma física. Y eso cambia casi todo.

Ése es el tema del intrigante libro de reciente publicación Capitalism without Capital: The Rise of the Intangible Economy (Capitalismo sin capital: El ascenso de la economía intangible), de los autores Jonathan Haskel del Imperial College y Stian Westlake de Nesta. Su argumento central es convincente: Apple, la compañía más valiosa del mundo, prácticamente no posee activos físicos. Son sus activos intangibles la integración del diseño y del software en una marca los que generan valor.

Tal vez el hecho más sorprendente de este libro lleno de sorpresas es lo grandes que son hoy las inversiones en activos intangibles: en investigación y desarrollo (I+D), en software, en bases de datos, en creaciones artísticas, en diseños, en desarrollo de marca (branding) y en procesos comerciales. Medir esto se ha convertido en una actividad intelectual importante. En EE.UU. y en el Reino Unido, la inversión en activos intangibles actualmente supera la de los activos tangibles. Esto también sucede en Suecia, pero no en Alemania, en Italia ni en España.

Este hecho es importante porque las propiedades de activos intangibles son fundamentalmente distintas a las de los tangibles. Comprender esas diferencias puede explicar algunas características de la economía moderna, como el aumento de la desigualdad y la desaceleración de la productividad.

Los autores explican las características de los activos intangibles al referirse a cuatro factores: escalabilidad, irrecuperabilidad, derrames y sinergias. Juntas, estas características trastocan el habitual funcionamiento de una economía de mercado competitiva.

«Escalabilidad» significa que una persona puede disfrutar de un bien intangible sin privar a otro de sus beneficios. Los economistas lo llaman un bien «no rival». Tú no puedes comerte el mismo sándwich que yo. Pero un activo intangible se puede usar repetidas veces. En una economía donde la escalabilidad frecuentemente turboalimentada por los efectos de red es importante, algunas empresas rápidamente se volverán enormes. Estos ganadores tal vez también disfruten de las grandes ventajas de la incumbencia.

«Irrecuperabilidad» se refiere al hecho de que los activos intangibles tienden a tener poco o ningún valor de mercado, a diferencia de, digamos, un terreno o una fábrica. Tales activos tienen valor como parte de la empresa de su propietario, y para nadie más. Esto significa que la inversión en activos intangibles es arriesgada. El hecho de que las expectativas no están fuertemente ancladas podría también generar burbujas en los precios de los activos, según los autores.

«Derrames» significa que una gran parte de los beneficios de una inversión puede recaer sobre otros. Incluso con la protección de la propiedad intelectual, gran parte del beneficio de la inversión en una idea probablemente le llegue a personas que no son los descubridores. La imitación (y el robo) es una forma gratificante de halago. La presencia de tales derrames debilita el incentivo para invertir. La respuesta radica en los derechos de propiedad intelectual, pero éstos son inherentemente arbitrarios y económicamente costosos.

Por último, los activos intangibles exponen «sinergias». Esto va en contra de los derrames. Las sinergias fomentan la cooperación entre empresas (o las fusiones directas), mientras que los derrames pueden desalentarla. ¿Quién realmente quiere darle algo gratis a la competencia? Juntas, estas características explican otras dos características centrales de la economía intangible: la incertidumbre y las disputas. La economía de mercado deja de funcionar de la manera habitual.

¿Explica el alza de los activos intangibles lo que se conoce como «estancamiento secular»? En parte. Eso no pasa tanto porque se haya subestimado el crecimiento. Pero un gran tema es la creciente brecha en el desempeño entre las compañías líderes y las rezagadas. El hecho de que estas últimas no se han beneficiado de la inversión en activos intangibles, por sí mismas o por medio de otras, puede explicar parcialmente su débil crecimiento en productividad.

De nuevo, el ascenso de los activos intangibles también puede en parte explicar el aumento de la desigualdad. Una manera en que puede suceder eso es que los trabajadores de las compañías más exitosas tienden a participar del éxito de sus empleadores. También a las personas con conocimientos relevantes les va excepcionalmente bien. Asimismo y de forma intrigante, las empresas con un intensivo componente de activos intangibles tienden a agruparse en las ciudades prósperas. Esto no sólo concentra las oportunidades, sino que eleva los valores de las propiedades, diseminando riqueza entre quienes las poseen. Por último, los activos intangibles son móviles, lo cual los hace difíciles de gravar.

Esta transformación de la economía exige un nuevo planteo de la política pública. A continuación, expongo cinco desafíos.

En primer lugar, los marcos de protección de la propiedad intelectual son más importantes. Pero esto definitivamente no significa que estas protecciones deban ser aún más favorables para los dueños de tal propiedad. Es probable que los monopolios de propiedad intelectual sean necesarios, pero, como todos los monopolios, pueden ser costosos. En segundo lugar, dada la enorme importancia de las sinergias, los políticos deben considerar cómo alentarlas, incluso a través de políticas en materia de telecomunicaciones y de desarrollo urbano. En tercer lugar, encontramos que financiar los activos intangibles es difícil. Para los préstamos bancarios tradicionales respaldados por garantías, es casi imposible. El sistema financiero deberá cambiar. En cuarto lugar, la dificultad de apropiarse de las ganancias de la inversión en intangibles podría crear una subinversión crónica en una economía de mercado. El gobierno tendrá que desempeñar un importante papel en el reparto de los riesgos. Para finalizar, los gobiernos también deben pensar en cómo abordar las desigualdades creadas por los activos intangibles, una de las cuales es el surgimiento de compañías superdominantes.

Haskel y Westlake han esquematizado los detalles de una nueva y desafiante economía. Es un mundo en el que a muchas de las antiguas normas les va muy mal. Tenemos que reimaginar la política, pero debemos hacerlo con cuidado.

Fuente<https://www.cronista.com/financialtimes/Una-economia-intangible-requiere-un-nuevo-planteo-de-la-politica-publica-20171204-0004.html

 

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