Reclaman una baja de las comisiones y un acortamiento de los plazos para hacer los pagos; los emisores de tarjetas, en cambio, sostienen que el servicio que prestan es de los más baratos del mundo y que los tiempos de acreditación son cortos. Las estaciones de servicio amenazan con suspender las tarjetas de crédito.
Pese a la nueva gestión en la Casa de Gobierno y el cambio de modelo económico, algunos problemas se presentan de manera recurrente en la Argentina.
Anteayer por la tarde, una asamblea plenaria de Cecha, la confederación que reúne a los dueños de estaciones de servicio de casi todo el país, decidió suspender paulatinamente a partir del 1º de enero próximo el uso de tarjetas de crédito para pagar las cargas de nafta y gasoil, por lo que los automovilistas deberán recurrir al débito o al efectivo para cancelar la compra, en una época en que suelen faltar los billetes por las Fiestas. Inicialmente, la aplicación de la medida implicará una restricción por horas y durante los fines de semana.
Es un golpe de timón por parte de los dueños de las bocas de expendio para llamarles la atención a Prisma (la empresa dueña de Visa , Banelco, Pagomiscuentas y Monedero, entre otras marcas) y a las tarjetas de crédito en general con vistas a que les reduzcan las comisiones que deben pagar los expendedores, así como también los tiempos de acreditación de los fondos.
«Las comisiones que les pagamos a las tarjetas representan entre un 15 y un 20% neto del total de nuestro margen de ganancia sobre la venta de combustibles. A eso se le suma un 30% más que nos retienen impositivamente. Si bien es un costo financiero, en muchos casos se transforma en económico, porque las estaciones de servicio tenemos constante saldo a favor en impuestos, sin posibilidad de utilizarlo», explicó a LA NACION Carlos Gold, presidente de Cecha.
En cambio, según los expendedores de tarjetas, que pidieron hablar en off the record, el arancel por la de crédito es de 1,25% (a diferencia de lo que plantean los estacioneros) y está entre los más bajos del mundo. Además, sostienen que el plazo de pago es de 18 días (no de 28) para una operación que implica financiamiento y, al mismo tiempo, garantía total de cobro.
Según la bandera que tenga su estación, un empresario pyme se queda con entre un 10% y un 12% de margen de cada litro de combustible que vende. De allí tienen que descontar los costos y obtener su utilidad.
A principios del año pasado y en 2015 los dueños de estaciones de servicio volvieron a mostrar resistencia para utilizar el plástico. Algunas petroleras implementaron políticas específicas para estimularlos. La petrolera bajo control estatal YPF, por ejemplo, les mejoró las condiciones a ciertas bocas de expendio si una parte de la facturación se pagaba con crédito.
YPF seguirá usando esa forma de pago en sus casi 200 estaciones propias en todo el país. Algo similar ocurriría con las que pertenecen al Automóvil Club Argentino (ACA). Y el resto de las petroleras haría lo mismo con las bocas propias. Pero la gran mayoría de las estaciones son de pequeños y medianos empresarios que están en conflicto con las tarjetas. Se estima que sobre un total de 4500 establecimientos en todo el país 4000 están en manos de pymes.
Gold también criticó el plazo de acreditación. Desde el momento en que el operario pasa la tarjeta de crédito por el lector y la acreditación del pago en la cuenta de las bocas de expendio, según su relato, pasan 28 días hábiles. «Es una barbaridad. Con este panorama, decidimos que si este mes no recibimos alguna propuesta superadora de la situación actual, a partir del 1º de enero de 2018 empezaremos a no recibir tarjetas de manera escalonada y progresiva», insistió.
La semana próxima, Cecha le enviará notas al ministro de Producción, Francisco Cabrera, para pedir su mediación en el tema.
Los empresarios también mantuvieron reuniones con el Ministerio de Seguridad y el Banco Central, ambos interesados en migrar los pagos de efectivo a dinero plástico para evitar robos potenciales.
La supervivencia del billete
La venta de naftas y gasoil con plásticos es una modalidad muy extendida, no sólo por su comodidad, sino también por los descuentos que ofrecen algunos bancos. Pese a eso, periódicamente algunas petroleras o los expendedores suelen poner reparos a ese medio de pago.
En 2008, por ejemplo, las bocas de expendio de YPF y de Petrobras, que por aquellos años reunían el 70% del mercado, suspendieron la venta con tarjetas.
Frente a esa situación, los pequeños y medianos empresarios analizaron comenzar a vender en tres cuotas y con un interés del 6%, pero la alternativa no prosperó.
Fuente:http://www.lanacion.com.ar/2089585-las-estaciones-de-servicio-amenazan-con-suspender-las-tarjetas-de-credito
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