San Rafael, Mendoza lunes 25 de noviembre de 2024

Cómo alcanzar la meta de inflación para 2018

Cómo alcanzar la meta de inflación para 2018

Está en marcha un proceso de desinflación gradual. El gobierno debe dar señales más claras.

En octubre, el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, ratificó que las metas de inflación para 2018 se ubicarán entre el 8 y el 12%.

Lo más importante, respecto a la inflación, es llegar en algún tiempo, a tener una inflación del orden del 5%. Si el BCRA emitiera dinero al 5% anual (al costo que sea), tal vez en 1 año llegaríamos a ello.

Pero “al costo que sea”, no es una buena idea. Y ya el gobierno adoptó (con el aval de la sociedad) un criterio “gradualista”, tanto en materia fiscal como monetaria.

En marcha el proceso de desinflación gradual, cabe preguntarnos por qué no se han podido cumplir las metas inflacionarias, ni en 2016 ni en 2017. Y dado que el mercado descree de la meta para 2018 (los pronósticos profesionales promedian 16,6%, lejos del 10% de la meta oficial), si hay chances de que este año “sea diferente” y las metas se cumplan.

El rol de la tasa de interés

Las altas tasas de interés tendrían efectos desinflacionarios por 3 canales diferentes, 2 de ellos “indeseados”, y uno “deseado”.

Los “indeseados” son: a) el tipo de cambio (a mayor tasa, caída del dólar), y b) el canal crediticio: a tasas muy altas, baja la demanda de crédito, y sube la oferta (aumento de depósitos). Y el sobrante entre ambos, sería capturado vía Lebac por el BCRA (nótese que el nivel de crédito debe subir menos que el nivel de depósitos cuando la política monetaria es contractiva). Este movimiento implica menos demanda de bienes y más demanda de ahorro por parte de los consumidores, y menos crédito para las empresas. Vía los efectos recesivos que esto implica, se espera que los precios moderen las subas y se acomoden a las metas oficiales de inflación.

El canal “deseado” es el de las expectativas: cuanto más se crea que el BCRA habrá de lograr las metas, los empresarios sabrán que no podrán aumentar precios (en promedio) más allá de esas metas, y por ende también, tampoco serán “generosos” a la hora de pactar salarios. Y los asalariados no deberían tener problemas en aceptar salarios nominales más bajos, a sabiendas que no perderán poder de compra, si creen en las metas. Si todos obraran así, finalmente el BCRA podría bajar las tasas de interés, sin riesgo de incumplimiento de metas.

¿Funcionan bien los canales?

El canal cambiario sí, ya que el dólar tiende a retrasarse frente a la inflación. El canal crediticio no, porque mientras el BCRA ha subido tasas para absorber, resulta que la ANSES, y varios bancos (en especial públicos), han bajado sus tenencias de Lebac y aumentado el crédito, lo cual es un contrasentido. La política monetaria no puede ser contractiva si la política crediticia (un subproducto de ella) resulta expansiva.

¿Y el canal de las expectativas? Ha funcionado insatisfactoriamente. Es cierto que los mercados vienen creyendo desde los inicios del gobierno, que la inflación descenderá continuadamente, y que llegaremos al dígito de inflación (tal vez en 2020 o en 2021). Pero, sistemáticamente, no han venido creyendo que las metas “del BCRA” se habrían de cumplir, ni aún con la fuerte suba de tasas de meses recientes.

Tema clave: el Estado y sus empleados

Ahora bien, el principal problema, ha sido que el “patrón” más importante del país, el Estado, ha dado muestras acabadas de descreimiento en las metas de inflación en la negociación con sus asalariados.

Veamos el caso de docentes en Buenos Aires, seguramente la paritaria más influyente para el resto de las negociaciones (públicas y privadas).

En febrero de 2016, a sólo 30 días de que Macri dijera que la inflación en 2016 sería más cercana al 20% que el 25%, el gobierno nacional terminó arreglando la paritaria nacional docente con aumentos del 34,5%.

El grueso de las paritarias fue cerrando aumentos por encima del 30% (en promedio, los salarios privados durante 2016 subieron un 33%).

Visto el IPC como una estructura de costos, tenemos que el 50% corresponde al costo salarial de los bienes y servicios que lo componen. Y que el margen empresarial aproximadamente representa un 20% y se guía por decisiones de “mark up” bastante rígidas (un margen por encima de los costos, en buena parte salariales).

De modo que una simple aritmética demostraría fácilmente que con aumentos del 33% en salarios, la inflación nunca habría llegado a ser menor que el 25%. Ni que hablar cuando encima tuvimos muy fuertes aumentos de tarifas, y fuerte suba inicial del dólar en 2016.

Mucho más moderadamente, el proceso se repitió en 2017. Los docentes terminaron con aumentos del 27,4% (un 21% por el propio 2017; un 3% por “recomposición” de salarios del 2016, a pesar de que el gobierno publicó profusamente que no había habido retraso; y un 3,4% por aumentos de “sumas fijas no remunerativas”). En promedio, estimamos que durante 2017 los salarios de todo el país, estarían subiendo un 27%. Nuevamente, con semejante suba, no había manera de llegar al 14,5% (meta), ni tampoco al 17% (desvío máximo). Y nadie podría extrañarse que la suba del IPC termine un poco más arriba de 23%.

Como llegar a menos del 12% en 2018 No es tan difícil. El gobierno debería anunciar que: a) “se compromete a que ningún asalariado público pierda contra la inflación”; b) “que aún no están dadas las condiciones (falta de productividad, déficit fiscal,etc) para subas mayores a la inflación”; y c) “dado que la mínima inflación a ser aceptada por el BCRA será de 8%, se harán aumentos salariales del 8%, con cláusulas gatillo cada 3 meses, siempre que la inflación supere ese 8% anual”.

En el sector privado esto se tomaría muy seriamente. Y como aquí sí hay en muchos sectores que empiezan a aumentar su productividad, los salarios podrían aumentar, por ejemplo, 11% (8% más 3% de aumento salario real), más la cláusula gatillo, si la inflación superara el 8%.

Si esto se hiciera, podemos anticipar que la inflación sería menor al 12%.

Está en la decisión de Macri, de Vidal, y de sus principales funcionarios, comprometerse con la meta del 10% y obrar en consecuencia.

Fuente:https://www.clarin.com/economia/alcanzar-meta-inflacion-2018_0_Bk6CCqgMM.html

 

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