Valverde: "Es un problema de vista"

Como Leo Messi todavía se resistía a creer que aquello pudiera haber sucedido, cuando concluyó el primer tiempo, y cuando acabó también el segundo, decidió acompañar al colegiado del encuentro, Ignacio Iglesias Villanueva. Como si el argentino se hubiera disfrazado de Caronte, el barquero de las almas solitarias en el infierno. El árbitro y su asistente se encogían de hombros, sin estridencias ni malas maneras, aunque ya con el gesto propio del que sospecha un error de esos que marcan trayectorias vitales. Y Messi trataba de explicarles con las manos la distancia que había entre el balón y la frontera del gol.

A partir de aquí, la secuencia de los hechos que los implicados en la acción revisitarán por largo tiempo. Corría el minuto 30 de partido. El Barcelona de Ernesto Valverde estaba completando, probablemente, su mejor primer tiempo de la temporada. El Valencia, el segundo clasificado de la Liga, no podía más que resguardarse en su campo ante la imponente presión de los azulgranas. En ésas, y después de un pase de Luis Suárez que desconcertaba a la defensa local, Messi remató libre de marca. El balón, centrado, no debía inquietar al portero Neto, pero…

Aquel 1-1 en el Villamarín

Sí, ocurrió lo inesperado. Al guardameta se le escurrió el balón entre las manos, se coló entre sus piernas, y acabó rebotando en el interior de la portería antes de poder sacarla de allí. El asistente, que no tenía obstáculos en su línea de visión, no advirtió que la pelota había sobrepasado por completo la raya de gol. Los futbolistas del Barcelona que estaban por allí se fueron a la banda a celebrar el tanto. Aunque el colegiado obviaba toda celebración y permitía seguir el juego. De hecho, Zaza estuvo a punto de marcar a la contra.

El Barcelona no tuvo que ir demasiado atrás para encontrar un error arbitral similar. El pasado mes de enero, en el Benito Villamarín, los azulgranas acabaron perdiendo dos puntos (1-1) -decisivos en el desenlace del torneo- después de que el árbitro Alejandro Hernández Hernández no percibiera cómo la pelota entraba por completo tras un remate en propia puerta de Pizzini que Mandi sacó desde dentro.

Hernández Hernández, tiempo después, admitió en Movistar+ su pesar: «Cuando termina el partido y ves la imagen te quedas tocadísimo. Sería mentir si dijera lo contrario. Está en juego tu prestigio profesional como árbitro. Una jugada tan groseramente clara te hace un daño importante. No profesional, pero sí mediático y futbolístico».

«Contra el Málaga nos benefició»

El caso es que el fútbol español todavía insiste en vivir en la edad de piedra, por mucho que Javier Tebas, presidente de la patronal, haya ya anunciado que el sistema de videoarbitraje (VAR) comenzará a aplicarse a partir de la próxima temporada. No así el de la tecnología de la línea de gol, conocida como Ojo de Halcón, que hubiera zanjado cualquier atisbo de polémica en Mestalla y de la que no hay noticia alguna. Dicho sistema, asequible y de sencilla aplicación, se está utilizando en todos los partidos de la Champions desde esta temporada.

Jordi Alba, que al menos logró atrapar el empate ya en el último tramo tras el gol de Rodrigo que avanzó al Valencia, mostró sus quejas a la conclusión del choque. «Ha sido un error garrafal del árbitro. Todos [los árbitros] se equivocan. Hasta yo lo vi desde el centro del campo. No se puede pasar por eso. El año pasado ya se escapó la Liga en el campo del Betis por lo mismo. Cuando la pelota entra tres metros [sic]… Eso se tiene que ver», zanjó el lateral, más reivindicativo que Ernesto Valverde: «La jugada fue muy clara. Es un problema de vista. Pero contra el Málaga [una pelota que salió fuera y que Deulofeu convirtió en gol] nos benefició. Que estemos todavía con estas cosas…»