Si el Gobierno nacional no acepta recomendaciones de la CGT a la reforma laboral, el texto de la ley ingresará sin cambios al Congreso.
El triunviro de la CGT Carlos Acuña descartó medidas de fuerza contra la reforma laboral que lanzó el Gobierno nacional y exhortó a los funcionarios a discutir el proyecto de ley con los gremios antes de enviarla al Congreso.
«Estamos esperando, porque había otros proyectos. Para nosotros fue una sorpresa la reforma laboral. Por unanimidad se decidió rechazar los artículos que perjudican a los trabajadores. Después del rechazo no tuvimos ninguna novedad del Gobierno. Si el Gobierno quiere discutir sobre esos artículos de la reforma, los vamos a discutir porque es lo que corresponde. Posteriormente, iremos a dar las explicaciones que corresponden a la Cámara de Diputados y Senadores», señaló el líder del sindicato de empleados de estacionamiento, garages y lavaderos.
«Veníamos discutiendo el blanqueo laboral, que nos parece bien que se revise y que se dé la oportunidad, con una etapa nueva. Pero después también hablamos del sistema de salud y les planteamos que tiene que haber una comisión de seguimiento con respecto a las recomendaciones de alta complejidad en las obras sociales, por ejemplo», advirtió el gremialista.
Al ser consultado sobre la letra chica de la reforma laboral, Acuña puso reparos. «Por un lado blanqueamos, pero por otro permiten que vos seas, por ejemplo, un albañil teniendo un trabajo por tu cuenta pero podes tener cuatro colaboradores. ¿Qué significa eso? Cuatro trabajadores en negro porque no tienen ninguna relación de dependencia, le genera al trabajador al falta de la seguridad social y se pierden horas extras con el banco de horas», indicó.
Una de las opciones es que el Gobierno nacional envíe por su cuenta el próximo viernes el texto de la ley al Congreso. Si eso ocurre, el líder cegetista responsabilizó al Ejecutivo por el resultado y las consecuencias. «En principio no vamos a lanzar ningún plan de lucha. Lo primero que vamos hacer es hablar con los legisladores, y (actuaremos) en función de la respuesta que tengamos. Si apoyan la posición de la CGT no va a hacer falta hacer nada, pero en caso de no apoyar será el conjunto del movimiento obrero el que va a decidir la modalidad de la protesta«, sentenció.
En ese marco, Acuña anunció que por ahora no se plegarán a las protestas que impulsan las CTA deHugo Yasky y Pablo Micheli para los días en que arranque el debate legislativo de la reforma. «Sería una falta de respeto mía hacia el movimiento obrero argentino decidir qué vamos a hacer, lo vamos a decidir en su momento. Si es coincidente con una convocatoria de ellos en la acción, lo haremos, porque todo lo que sea para perjudicar a los trabajadores nosotros vamos a ir a defender los derechos del trabajador», respondió.
Ámbito Financiero reveló que el plan de Jorge Triaca contempla enviar el proyecto de ley a más tardar el lunes, para que en caso de ser exitoso el primer paso, sea tratado en Diputados durante el período de sesiones extraordinarias.
En esa línea, rechazó la intención del Poder Ejecutivo de dar de baja unos 600 gremios, como pidió Mauricio Macri en su discurso del Central Cultural Kirchner. «El Presidente está mal asesorado. Una cosa son los Convenios Colectivos de Trabajo y otra cosa la cantidad de sindicatos que hay. En la provincia de Buenos Aires no se puede tener un sólo sindicato, hay delegaciones en cada lugar. Un compañero de Bahía Blanca no puede venir a Buenos Aires plantear algo. Los CCT cubren una zona, región o provincia, pero por cada uno hay tres, cuatro o cinco veces más de delegaciones sindicales», explicó.
Por último, Acuña se desligó de las versiones que indicaban cierto nivel de «presión» en los sindicalistas con causas penales a cambio de apoyar las reformas, principalmente con los fondos de las obras sociales. «Corre por cuenta de quien lo dice, yo no lo escuché. En los 90′ ya habían intentado privatizar las obras sociales. (Domingo) Cavallo no pudo privatizar el aporte de un trabajador porque es un salario diferido a la obra social. Esto se consiguió con un aumento de sueldo que fue a parar a un sistema de obra social que el Estado, por otro lado, no nos cubre. Ese aporte es de los bolsillos de los trabajadores, no se puede privatizar lo privado», remarcó.
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