En una sesión que por momentos tuvo bastante de show, la Cámara de Diputados aprobó la ley que permite a la Policía retener las réplicas de armas y los objetos contundentes cuya portación no se pueda justificar.

Pero lo más llamativo fue la división del peronismo a la hora de votar y las discusiones entre sus integrantes, que provocaron por la tarde la renuncia del jefe del bloque, Javier Cófano.

La sesión fue tomando un color impensado, ya que el día anterior el tema se había discutido en la comisión y tanto el oficialismo como la oposición habían firmado el despacho.

Pero ese acuerdo duró poco y ayer, en el debate final, hubo varios encontronazos entre los diputados del Partido Justicialista, que se partieron: cinco aprobaron la iniciativa del Ejecutivo, tres se opusieron y seis se abstuvieron.

Por su parte, el FIT votó en contra, Marcos Niven (PD) se abstuvo y el resto del oficialista Cambia Mendoza aprobó la ley. Este marcador variado y hasta extraño se fue conformando a partir de una discusión que tuvo mensajes cruzados y peleas internas.

El debate se comenzó a calentar cuando el FIT y parte del PJ cuestionaron la iniciativa por considerar que deja a criterio del policía evaluar si quien lleva un objeto contundente lo hace de manera justificada o no. Ante esto, pidieron más tiempo para analizarla.

“Es una ley que deja mucho espacio para la interpretación. Entonces las ferreterías son ahora arsenales”, ironizó el justicialista Gustavo Majstruk. “Es otra ley para la gilada”, calificó Jorge Tanús (PJ) y provocó enojos propios y ajenos. “Nuestro sistema confió la discrecionalidad en los jueces, no en la policía”, agregó.

El calificativo enojó al oficialista Jorge Albarracín, para quien se trató de un “término descalificante”.

En este punto intervino Cófano, quien reprobó los dichos de su compañero y evidenció la interna: “No me hago cargo de lo que diga cada diputado de mi bloque”.

El renunciante presidente del bloque responde al presidente partidario y principal candidato en la última elección, Omar Félix.

Con este panorama y con el enojo desatado dentro del PJ, la sesión pasó a un cuarto intermedio que duró más de una hora.

En ese tiempo, el justicialismo se retiró del recinto y hasta se reunió con Venier, quien tuvo que ir sobre la hora a la Legislatura.

Luego retomó el debate y se dio la votación dividida en tres, con una mezcolanza de sectores en cada uno de los grupos.

“Puede que, de este modo, se facilite la búsqueda de coincidencias y acuerdos para el mejor funcionamiento del bloque”, agregó.

Desde otro sector interno, habían asegurado poco antes que la división a la hora de votar se había dado porque se había acordado durante el cuarto intermedio que cada uno votara “como lo sintiera”.

Al parecer, el acuerdo no había sido visto así por todos.

Una ley contra armas “no convencionales”

La implosión peronista se dio durante el tratamiento de las modificaciones al Código de Faltas propuestas por el gobierno de Alfredo Cornejo, que básicamente apunta a retener aquellas armas “no convencionales” que puedan utilizarse para amedrentar y cometer un delito.

Por mencionar un ejemplo, para el agente de seguridad ya no será lo mismo un albañil que ande con sus herramientas por la calle a que una persona lleve un destornillador en la madrugada y sin poder justificar por qué.

La lista incluye tijeras, una barreta y hasta un cuchillo. “Aproximadamente un tercio de los delitos se comete con réplicas o armas que no funcionan. El problema es que la víctima no va a esperar a ver si funciona o no”, fundamentó el ministro de Seguridad, Gianni Venier.

Se prevé una multa que va de los $ 4 mil a los $ 8 mil y 10 días de arresto.

La nueva ley modifica dos artículos del Código de Faltas en los que establece que no se podrá circular con “arma blanca u objeto cortante o contundente, ballesta, arma accionada por aire comprimido, gas comprimido o similares”.

En todo caso, se deberá justificar “si la persona acredita su uso con motivo del oficio o actividad que desempeña, siempre que no se haga ostentación pública de la misma”, establece el nuevo párrafo.

A la lista se agregan las réplicas y las armas que no funcionan pero que sirven para “asustar”. La ley considera que la pena será incrementada en los casos en que se porte en un lugar con concurrencia de personas y cuando se haga ostentación.

En el Ministerio de Seguridad aseguran que entre las armas secuestradas se han encontrado muchas tumberas y cuchillos. “Las tumberas muchas veces las llevan desarmadas y escondidas en caños. El Policía sabe cuándo se dan estas situaciones y ahora van a poder decomisar”, explicó Venier.

Sobre la discrecionalidad del policía, en el oficialismo explicaron que el sospechado podrá recurrir a un juez de Faltas.