El argentino, de 18 años, es el líder del ranking ITF; fue finalista de Wimbledon y del US Open; sigue estudiando en Stanford
La ITF comenzó a publicar oficialmente los listados con las posiciones de los mejores juveniles (hasta 18 años) en 1978 y fueron muchos los argentinos que estuvieron entre los más destacados, pero pocas las raquetas nacionales que alcanzaron lo más alto del ranking junior en singles. Federico Browne en 1994, Mariano Zabaleta en 1995, Brian Dabul en 2002, Gabriela Sabatini en 1984, Patricia Tarabini en 1986, Cristina Tessi en 1988, Florencia Labat en 1989 y María Emilia Salerni en 2000. Geller, campeón del Orange Bowl Sub 14 en 2013, se suma a la lista. El jugador de 1,91 metro, diestro y de revés de dos manos, maravilló tenísticamente en la gira sobre césped, superficie en la que nunca había jugado hasta ese momento: ganó G1 de Roehampton (el mismo sitio donde los más grandes juegan la clasificación para Wimbledon) y, ya en el All England, perdió la final individual y ganó el título en dobles. Además, perdió la final del US Open y fue tercero en el Masters Junior, en Chengdu.
«El año lo arranqué, en realidad, con la pretemporada de diciembre de 2016 en la academia de Fabián Blengino en Parque Norte, con muchos jugadores profesionales muy buenos, como Nico Kicker, el portugués Gastao Elias, Agustín Velotti y el ecuatoriano Emilio Gómez. Algunas otras veces con Diego Schwartzman, Guido Pella. Y trabajando físicamente con Martiniano Orazi. Ese trabajo era diario y me ayudó para agarrar buen nivel. Ese año había ido mucho al colegio y no tenía ranking. Arranqué este 2017 muy retrasado. Nunca me imaginé que iba a llegar al número 1», le cuenta Geller a la nacion, desde la Universidad de Stanford, en Palo Alto, su nuevo hogar.
A diferencia de la mayoría de los jugadores argentinos de su edad, el joven hincha de Independiente optó por otro camino en el tenis. Luego de contactarse con distintas universidades de los Estados Unidos, se ganó un lugar en la prestigiosa Stanford (allí estudió, entre otros, el creador de la red social Instagram, Kevin Systrom), donde proyecta estudiar economía y finanzas, paralelamente a su desarrollo deportivo. Jugar en la liga universitaria estadounidense no le impide competir en certámenes profesionales ni sumar puntos para el ranking (de hecho, a principios de octubre debutó en el Challenger Tour, en Fairfield), pero sólo puede cobrar el dinero que cubra sus gastos. No más.
«El momento clave del año fue el primer torneo grande que gané, un Grado 1 en Ecuador. Me faltaba competencia, los primeros torneos no jugué mal, pero en Ecuador se me dieron las cosas y arranqué. En marzo me fui a entrenar a la academia de IMG en Bradenton, me ayudó para mejorar un par de cosas, tenía un buen grupo de chicos con los que entrenar todos los días y jugar. En la gira de polvo en Europa no gané tantos partidos como me hubiera gustado, pero jugué muy buenos partidos y en Milán, antes de Roland Garros, jugué definitivamente bien pese a no ganar el trofeo. Ese día estaba bastante enojado y triste, pero aprendí un montón de cosas que pude aplicar en la gira de pasto, que fue donde mejor jugué. Wimbledon fue lo más lindo, más que nada por el torneo y porque mi sueño es ganarlo como profesional. Después de Londres logré un ranking muy bueno y todo el mundo empezó a verme más. El proceso fue muy lindo», narra Geller, cuyos referentes tenísticos son Juan Martín del Potro, el ruso Marat Safin, el checo Tomas Berdych y el croata Marin Cilic.
«Es lindo llegar al número 1, pero tampoco me quiero hacer la cabeza con eso -aclaró Geller-. Es lindo decir que llegué a esa posición, pero a futuro no tiene tanto significado. No me puedo confundir. Soy un junior, no un profesional. Ese es el pensamiento que tengo y es lo que hizo decidirme a venir a la universidad. Siento que todavía me faltan cosas para poder meterme en el circuito profesional de lleno y que me vaya bien. En Stanford me están ayudando mucho para mejorar física y tenísticamente. Mi entrenador (Paul Goldstein, 58º de ATP en 2006) está muy comprometido».
Geller, que en el Masters en China anotó un saque a 238 km/h -el más rápido de un junior del que se tenga registro-, no volverá a competir en lo que resta de la temporada. Continuará estudiando y formándose deportivamente en Stanford. «Voy a dedicarme a hacer un buen bloque físico. El año próximo tendré varios torneos universitarios para jugar, pero además voy a usar todos los wild card que me gané este año como junior, algunos de ellos por haber clasificado al Masters. Y así, poco a poco, trataré de empezar a meterme como profesional», aventura Geller, con madurez. El número 1 del ranking junior es una recompensa para un año sensacional, pero tiene los conceptos tan claros que no se perturba y mira más allá, pensando en grande.
Fuente:http://www.lanacion.com.ar/2079803-axel-geller-reina-entre-los-juveniles-del-tenis
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