El oficialismo obtuvo un claro triunfo nacional en las elecciones legislativas. Ahora quedan dos años de mandato para enfrentar desafíos postergados que amenazan el desempeño económico, después de que la actividad recuperó numerosos indicadores positivos.

El primer tramo de la gestión de Macri se identificó con el gradualismo. El salto cambiario de diciembre de 2015 y la suba de tarifas en 2016 y 2017 podrían encuadrarse entre las medidas más drásticas en términos económicos, aunque la continuidad del déficit fiscal, la inflación persistente y el aumento de la deuda pública todavía subyacen a una actividad general que crece a una tasa del 3% anual.

Aun cuando la intención oficial es promover el crecimiento económico para acometer con el «ajuste» presupuestario, en los próximos dos años, con un escenario político despejado, el Gobierno deberá priorizar acciones sobre cinco grandes desequilibrios que pueden minar el futuro si no se corrigen a tiempo.

5 DESEQUILIBRIOS DE LA ECONOMÍA POST ELECTORAL

ROJO FISCAL. El desequilibrio de las cuentas públicas es fundamental, porque su continuidad en el tiempo obliga a buscar fuentes de financiamiento, que replican eninflación alta y endeudamiento externo.

El proyecto de Presupuesto 2018 estima que la meta del déficit primario (que no cuenta los pagos de capital e intereses de deuda) cerrará el 2017 en 4% del PBI. Ecolatinaconsideró que «reducir dicho rojo a 3,2% del PBI en 2018 luce complejo. Sin ingresos adicionales por blanqueo, con casi la mitad del gasto primario indexado» por la suba de salarios y la Reparación Histórica a jubilados, «el Gobierno apuesta a reducir nominalmente los subsidios y concretar proyectos de inversión público-privado».

Ecolatina señaló que con leve aumento en la carga de intereses de deuda (+0,1% del PBI), el déficit financiero pasaría del 6,2% del PBI en 2017 a 5,5% en 2018, gracias al menor rojo primario estimado. En este caso, la reducción del desbalance de las cuentas públicas estará explicado en términos relativos por el crecimiento del PBI, previsto en 3,5% en 2018 según el cálculo oficial, antes que por un recorte de partidas.

ENDEUDAMIENTO. Un capítulo central en la dinámica de la balanza de pagos, que contabiliza la entrada y salida de divisas de la economía por todo concepto, es el de la cuenta financiera.

Con una trayectoria creciente, hasta alcanzar aproximadamente el 60% del PBI en 2018, el endeudamiento público de la gestión macrista crece a un ritmo de USD 35.000 millones por año y ya supera los USD 300.000 millones.

De acuerdo con un informe de la UNDAV (Universidad Nacional de Avellaneda), «el endeudamiento es la principal variable de cierre del sistema. Según los números expuestos recientemente, el crecimiento neto de la deuda pública trepará a USD 100.000 millones, con el consolidado 2018″, en los primeros tres años de la gestión de Macri. «Esto también se trasluce en el pago de intereses, que aumentarán un 10,3% (netos de inflación) el año próximo», acotó.

DÉFICIT COMERCIAL. Una de las consecuencias del elevado endeudamiento público y de empresas en el exterior es la abundancia de dólares, que condice con la apreciación real del peso, que en términos callejeros se traduce en un dólar «barato» o «atrasado». Así, por el aumento de costos locales y el efecto cambiario, los productos nacionales se encarecen en relación con los del exterior; al contrario, los productos importados resultan más baratos y «competitivos» para los consumidores argentinos.

Esta dinámica contribuyó a engrosar el déficit comercial, que este año podría superar los USD 6.000 millones, una tendencia que probablemente no se revierta en 2018. Es una señal de alerta, pues Argentina requiere consolidar la generación genuina de divisas por el canal comercial, para salir de la dependencia del endeudamiento, eficaz en el corto plazo, pero nocivo si se perpetúa, en especial si se endurecen las condiciones financieras internacionales.

Un análisis de IDESA (Instituto para el Desarrollo Social Argentino) refiere que «es preocupante que se exporte poco, con alta incidencia de productos primarios y con profundas divergencias entre regiones del país. Para revertir este proceso se necesita mejorar la inversión en capital humano y en infraestructura, profesionalizar la diplomacia y las agencias de promoción de exportaciones, eliminar burocracia y regulaciones prebendarias y dejar de dilatar la reforma impositiva».

En la comparación regional, IDESA detectó en el primer semestre de este año que Argentina exportó unos USD 28.000 millones, equivalentes a unos USD 640 por habitante. «En el mismo período Chile generó USD 1.800 y Uruguay USD 1.000 de exportaciones por habitante», refirió.

Clave en este aspecto es el déficit de intercambio con Brasil, principal proveedor de mercancías para Argentina y principal destino de las exportaciones locales. Dante Sica, director de Abeceb.com, manifestó que «el déficit argentino se ha convertido en estructural. Y 2018 no será la excepción, ya que si Brasil crece como estimamos al 2,4%, el desequilibrio en el intercambio será de USD 8.600 millones, por encima del rojo de USD 7.600 millones que se espera para este año«.

Este déficit comercial, «tomado en forma aislada no representa mucho, menos si contribuye al crecimiento y si son (importados) bienes de capital o mercaderías para agregarle valor. Pero si se acopla a que hay un déficit fiscal enorme y en mercado de frontera, no ayuda«, comentó el economista Gustavo Neffa, socio y director de Research for Traders.

GASTOS EN EL EXTERIOR. Un drenaje incesante de dólares es causado por el turismo y gastos de los argentinos en el exterior, sustentado por el notorio diferencial de precios inclusive con países vecinos, debido al lento avance del dólar y la alta inflación en la Argentina. En 2017 el ítem servicios se convirtió en el mayor lastre de la cuenta corriente: el déficit por turismo alcanzará los USD 10.000 millones.

Un informe de Balanz Capital consignó que entre agosto de 2016 y agosto de 2017 la salida neta de divisas por turismo en el exterior acumuló USD 10.312 millones. «Los turistas argentinos fluyen a través de la frontera con Chile cada fin de semana, para capitalizar los precios inferiores en hoteles chilenos, centros comerciales y restaurantes», agregó. Dichos arribos al país vecino crecen a una tasa del 25% anual en 2017.

DEUDA CUASIFISCAL. El déficit fiscal obliga a la emisión monetaria del Banco Central, que debe imprimir muchos pesos para comprarle al Tesoro los dólares recaudados por la emisión de títulos públicos.

En contrapartida, la entidad monetaria debe emitir sus propios bonos, las Letras LEBAC, para absorber del mercado la liquidez generada, a tasas elevadas del 26% anual, que acrecientan su stock de deuda, llamada «cuasifiscal», hoy en unos 1,1 billones de pesos. Este monto está holgadamente sobre los USD 870.000 millones de Base Monetaria (billetes y monedas en circulación, cheques cancelatorios y depósitos de la banca en las arcas del BCRA) y el respaldo en activos internacionales de esta última, lasreservas del Banco Central.

EVOLUCIÓN DE LA BASE MONETARIA, LEBAC Y RESERVAS DEL BCRA
EN MILLONES DE PESOS