Las relaciones entre la Argentina e Israel son cada día más importantes. La visita a Buenos Aires del Primer Ministro de Israel es un reflejo que reafirmará un vínculo histórico y multifacético de especial relevancia al ser el país de América Latina que alberga la mayor comunidad judía de la región, la tercera en el hemisferio y la séptima más grande en el mundo. La Argentina reconoció al Estado de Israel el 14 de febrero de 1949 y las relaciones diplomáticas se establecieron el 31 de mayo de 1949 en concordancia también con el apoyo al ingreso de Israel a Naciones Unidas el 11 de mayo de ese mismo año.
La Argentina fue un actor diplomático responsable en las negociaciones en Naciones Unidas para la creación del Estado de Israel en particular, con una posición de sensible equidistancia, en la adopción, entre otras, de la resolución 181 (1947) que recomendaba la partición en un Estado judío y otro árabe, incluyendo un Corpus separatum para Jerusalén, además de un plan para resolver la convivencia entre judíos y árabes en Palestina que se encontraba en esos momentos bajo administración británica. En ese período (1948 a 1949), la Argentina integró el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y presidió las sesiones extraordinarias para tratar la cuestión Palestina (mayo de 1948).
Pablo Manguel fue el primer embajador argentino y Jacob Tsur el primer Jefe de Misión de Israel en Buenos Aires. En 1948 se estableció la Cámara de Comercio argentino israelí y en abril de 1950 se firmó el primer tratado comercial y la Argentina fue, en esa época, el socio económico más importante de Israel en América Latina. Esa historia de complementación comercial enfrenta ahora el desafío de un relanzamiento geométrico. Es necesario, en los próximos dos años, duplicar la balanza comercial. El acuerdo de libre comercio entre el Mercosur e Israel, que prevé un calendario de desgravaciones arancelarias progresivas en cuatro fases, es una plataforma para ser aprovechada.
La reciente firma de acuerdos que promueven la investigación científica e intercambio en áreas tecnológicas de interés común, son otro ejemplo significativo en iniciativas bilaterales y asociaciones estratégicas para el desarrollo tecnológico aplicado. Ya en Davos, en 2016, el Presidente de Argentina y el Primer Ministro de Israel habían esbozado una nueva era en la relación bilateral que incluye aprovechar experiencias científicas reciprocas, entre otros sectores, en materia de riego y agricultura. Diversos proyectos argentinos relacionados con la problemática hídrica tienen origen en el conocimiento israelí como puede ser el caso del Río Negro en Carmen de Patagones o en San Juan donde se regarán arboles con el sistema israelí.
La promoción de una asociación estratégica argentino israelí en materia hídrica puede ser sumamente provechosa para el desarrollo de mecanismos de precisión para el mejoramiento de cultivos, soluciones de riego inteligente, goteo y micro irrigación, hasta en la producción de una nueva generación de maquinaria agrícola. Existen muchos otros sectores tecnológicos que permitirían un enfoque de alcance similar. La suma de capacidades bilaterales podría ser infinita.
La histórica visita de Benjamín Netanyahu es un estímulo para fortalecer una relación bilateral de enorme proyección práctica. Este paso, que renueva una relación bilateral sólida, hace a un pasado común pero principalmente permite establecer las bases para un futuro diplomático aún más promisorio entre los dos países.
Fuente:https://www.cronista.com/columnistas/La-visita-de-Netanyahu-es-un-estimulo-para-la-relacion-bilateral-20170911-0051.html
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