Ganó 5-0 con una nueva función estelar del argentino, que suma otra pelota a su colección. Piqué y Suárez coronaron la goleada.
Lionel Messi festeja el segundo de sus goles para el triunfo de Barcelona contra Espanyol.
Alcanzaba con ver lo que pasaba en cada área para darse cuenta la diferencia de jerarquía entre un equipo y otro. Un clásico sin equivalencias. Un duelo desigual en una ciudad que obviamente tiene dueño. Barcelona desfiló contra Espanyol. De la mano de Lionel Messi, claro.
En el área del Barsa, los defensores locales tocaban con una paciencia envidiable. Siempre un segundo antes de que llegara la presión tardía de los delanteros visitantes, Umtiti tocaba hacia el costado o Piqué gambeteaba o Jordi Alba enganchaba para el medio sin temores.
Allí se construía el ataque. Ahí comienza a forjarse la idea blaugrana. Y enfrente se hace letal. En el área rival la velocidad pasa de 0 a 100. Y donde parece que no hay espacio siempre asoma un hueco por el que pasa la pelota filtrada. La invitación al gol.
Así llegó la primera obra de arte de Messi, a los 26 minutos para romper el cero. Tras un pase genial de Rakitic que encontró al argentino en posición de 9 y un paso adelantado. Pero La Pulga no dudó: enganchó hacia adentro, se sacó dos rivales de encima y la colgó del ángulo para el 1-0.
El doblete llegó tras una combinación con Jordi Alba, uno de sus principales socios. Y otra vez con Leo de centrodelantero, para estirar la punta del botín en el área chica y vencer a Pau Lopez una de sus víctimas predilectas.
Messi y todo Barcelona celebran el segundo del argentino para el 2-0 de Barcelona ante Espanyol. AFP
No había finalizado la primera parte y ya no había partido. La única jugada clara de Espanyol llegó en el arranque del complemento tras un error de Jordi Alba. El defensor quiso pararla para salir jugando y le dejó la pelota servida a Pablo Piatti. El argentino le pegó bombeado por encima de Ter Stegen pero salió besando el poste derecho.
¿Después? Un monólogo de los de azul y rojo. Jugaban a que Luis Suárez convirtiera. pero el uruguayo que volvía tras su lesión, no estaba en su noche.
Entonces fue otra vez Messi. Y nuevamente en el centro del área, un sector en el que se hace difícil encontrarlo con la camiseta de la Selección. Recibió en el punto penal y la acomodó de zurda para completar la faena, hacer el triplete y sumar otra pelota a su colección.
Fue un baile. Barcelona trituró al clásico de la ciudad de principio a fin, de un área a la otra. Para coronar un partido redondo, Ousmane Dembele ingresó a falta de 22 minutos y empezó a codearse con sus compañeros de ataque con la idea de transformarse en el reemplazante de Neymar.
En el cierre llegaron dos gritos para el 5-0. Primero fue Gerard Piqué con un buen cabezazo ofensivo en un córner desde la izquierda. Y luego Suárez, que se sacó la mufa con un buen toque de zurda tras una exacta habilitación de Dembele.
Así, se cerró la persiana de un encuentro que siempre tuvo dueño. Así, el Barcelona sigue son su arranque perfecto: ganó los tres partidos que jugó en la Liga y llega de la mejor manera al arranque de la Champions, el martes como local ante Juventus, nada más y nada menos.
Con la independencia como contexto
El derbi se jugó en un particular contexto político y social. El presidente de la Liga, Javier Tebas, se metió de lleno en la campaña que desde Madrid pretende tumbar la referéndum previsto para dentro de tres semanas y cuya suspensión fue ordenada por la Corte Constitucional de España. Los líderes del nacionalismo catalán ya advirtieron que lo realizarán de todos modos
“Los clubes catalanes, si este proceso avanza, yo espero que no, no podrían jugar en lo que quede de España. Espero que esta ilegalidad no salga adelante”, disparó Tebas, quien se permitió afirmar que si el proceso independentista catalán progresa, el Barsa “dejará de ser un gran club de Europa”.
Fuente:https://www.clarin.com/deportes/futbol-internacional/barcelona-espanyol-liga-espana-horario-tv-formaciones_0_BJOeiF-cZ.html
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