¿Podemos controlar nuestras emociones? ¿Es lo mismo la emoción que el sentimiento? ¿Aquel que maneja sus emociones, es más feliz? Estas son algunas preguntas que plantea el doctor Daniel López Rosetti en su nuevo libro Emoción y sentimientos.

«No somos racionales, somos seres emocionales que razonan», así presenta su reciente trabajo, donde propone un enfoque sensible y multidisciplinario, a través de un entretenido recorrido de personajes como Sigmung Freud, Osiris, Séneca y Shakespeare. 

La emoción es lo que vemos a diario expresado en los rostros: alegría, ira, miedo, tristeza, asco, sorpresa, mientras que el sentimiento «es cuando las emociones básicas se mezclan y se resuelven en el cerebro«, puntualiza.

Daniel López Rosetti (60) es especialista en Clínica Médica y cardiólogo universitario. En el último tiempo trascendió por su labor diaria en diferentes medios de comunicación. Actualmente se desempeña en Telefé Noticias y en Radio Mitre como columnista. En todas sus obras busca que se tome conciencia acerca del bienestar psicológico con un lenguaje sencillo y claro para que todos puedan autoconocerse y empezar a manejar un poco más el cerebro y el corazón.

Este libro se lo dedica a su esposa, Ana, quien para él “maneja mucho mejor sentimientos y emociones”. Además, sostiene que si volviera a tener 30, les enseñaría a sus hijos a que dominen más sus emociones.

-Las emociones y los sentimientos parecen sinónimos pero no lo son..

-No lo son. Emoción es una cosa. Sentimiento es otra. La emoción es toda vivencia que tiene rostro: el miedo, la ira, la alegría, la tristeza, el asco y la sorpresa. Estas seis son reconocibles por cualquier persona en cualquier parte del mundo y no se aprenden, son parte de cualquier programa biológico. Un ciego de nacimiento nunca vio un rostro de alegría o de tristeza, pero pone esa expresión cuando siente alegría o tristeza. Generalmente estas emociones duran poco tiempo, minutos u horas. Y son intensas, te dan taquicardia, palpitaciones, se te revuelve el estómago o algo cambia. El sentimiento es cuando las emociones básicas, las que nombramos, se mezclan y se resuelven en el cerebro.

-¿Los sentimientos se piensan?

-Se piensan en la conciencia y se convierten en sentimientos, por ejemplo, amor, odio, fe, orgullo, vergüenza, culpa, envidia. No son agudos sino que son menos intensos que las emociones, pero como contrapartida duran mucho tiempo y a veces toda la vida.

–¿El miedo se transforma en ansiedad?

-Muy probablemente. La ansiedad es un estado vivencial que dura en el tiempo. Uno puede sentirse bien con una persona pero todo eso se mezcla, es como si tuviéramos una batidora grande y nosotros somos un licuado. Pero no de razón, no de pensamientos. Somos un licuado básicamente de emociones y sentimientos, y si lo licuamos sale un color y todos tenemos colores distintos. Si la mezcla del licuado es negro, está Hitler. Si la mezcla del licuado es blanco, está la Madre Teresa de Calcuta. En el medio estamos todos nosotros.

 –¿El corazon decide y la razón justifica?

-Exacto. Vos decidís hacer algo porque lo sentís y la razón lo hace explicable al resto de las personas para que sea vendible socialmente. La razón justifica lo que sentimos. Por eso cuando te dicen «pensá muy bien lo que vas hacer», es cierto, lo tenés que pensar, pero nunca debería ser un pensamiento y una decisión que vayan en contra de un sentimiento o de una emoción porque te va a dar angustia o no se va a poder sostener en el tiempo.

-¿Qué relación hay entre la memoria y los sentimientos? 

-Yo diría que el principal segmento de la memoria son los sentimientos y las emociones. Recuerdo que lo que más aprendí en el colegio secundario o en la facultad fue de aquellos profesores que le agregaban emoción a lo que me estaban explicando.

-¿Es estanco lo que vivimos y guardamos como emoción o sentimiento, o muta y va cambiando?

-Va cambiando. Toda autografía, autobiografía, es naturalmente mítica porque vos reconstruís. En general, van a quedar los aspectos positivos o negativos que potencialmente puedan estar grabados. Entonces la memoria, sumada a la emoción vivida, se va modificando continuamente; por eso al testigo de un accidente o de un evento criminal no es lo mismo interrogarlo ese día o al día siguiente que al año.

–¿Uno se vuelve más vulnerable con el tiempo?

-Sí. La vulnerabilidad es como si cada saco de memoria fuera una caja con agujeros donde entra nueva información y se modifica. Esto es algo vivo. Va cambiando.

-Dos relatos que me llamaron mucho la atención son el de Esmeralda y Alicia, dos personas que a primera vista pareciera que a una le va mejor que a la otra pero termina al revés…

-Dos hechos reales. Compañeras de secundario. Una era brillante, hacía todo, era mejor alumna pero no trabajaba en equipo, no tenía en cuenta la sensibilidad de los demás, había cierto individualismo. A la otra, le costaba más estudiar, pero estudiaba en equipo, se reunía los fines de semana. La historia hizo que a través del tiempo a la que era sobresaliente no le fue tan bien y a la que era normal le fue brillante. ¿Cuál es la diferencia? El manejo de las emociones y los sentimientos.

-¿Cómo se puede tener mejor dominio de las emociones?

-Primero, tomar conciencia de ello. Yo tengo 60 años y hoy tengo cierto nivel de conocimiento, si con lo que yo sé de control de las emociones o sentimientos pudiese volver 30 años atrás, le enseñaría a mis hijos desde un punto de vista emocional. Quiero decir que uno aprende a manejar emociones y sentimientos porque aprendés a reparar en ellos. Venimos sin manual del usuario.

-¿Cómo se diferencia el aprendizaje formal del de las emociones?

-El aprendizaje formal es muy fácil: la tabla de multiplicar, trigonometría, historia, geografía, eso está normatizado. Emoción y sentimiento no están normatizados y vamos aprendiendo a los golpes. Si volviese atrás, con mis chicos de dos años, jugaría con hacer caras de distintas emociones, jugaría a poner una cara y ver que adivine qué estoy tratando de transmitir sin hablar o tomar una foto de un cumpleaños y preguntarle qué cara tiene el abuelo acá, qué habrá sentido, ¿habrá sentido orgullo?, ¿habrá sentido tristeza porque la abuela ya no estaba o al revés? Empezar a gestionar todas las emociones y sentimientos, más que razones.

 -¿La gente no se permite sentir? 

-No está tan de moda sentir, entonces puede ser que la gente no se permita sentir porque cuando uno está con un amigo o una amiga y le preguntás ¿qué sentís, cómo te sentís, qué te pasa? a lo mejor se impone la palabra razón muy rápidamente y la razón tiene mucho que ver con la lógica, la matemática, lo secuencial, lo justificable y la emoción es otra cosa.

–¿Qué común denominador encuentra en personas como Domingo Sarmiento, Manuel Belgrano, Alejandro Magno, Frida Kahlo?

-Varios. Uno es el compromiso con lo que hacen, es decir, fueron personas que lograron algo. Lograr algo no tiene que ser ni grande ni chico, lograr algo es convertir un no que está dado como tal, en un sí a través de un esfuerzo personal. Eso es lo que te hace sentir bien. Si una persona hereda un montón de dinero, fantástico, pero si una persona se gana un dinero es distinto. Lo ganó.

-Convertir un no en sí a través de un esfuerzo.

-Exacto. Primero nace como un sueño, si querés metafóricamente, en el corazón, después se piensa con la cabeza y después se construye con las manos. Por ejemplo, San Martín en el proyecto libertador, la organización del ejército y la sociedad. Belgrano lo mismo. Sarmiento en la educación, el cambio, la unificación, la sociedad. Frida Kahlo en transmitir su dolor de un modo distinto. Discépolo, su emocionalidad en un tango que manifiesta su perfil depresivo. El estar comprometido con lo que hacen es el denominador común.

-Si se manejan mejor emociones y sentimientos, ¿se es más feliz? 

-Los momentos felices se llaman alegría, no es que la felicidad son momentos. Pero sí hay un estado sensitivo, sensible, sensorial de fondo, que tiene que ver con el bienestar, y la felicidad tiene características que le son propias. En medicina lo llamamos bienestar psicológico, bienestar subjetivo percibido y se mide la felicidad en tests psicológicos cognitivos y se mide incluso a nivel de las naciones.

-¿Qué características tiene una persona feliz?

-Las personas felices son aquellas que tienen algunas características que le son propias: predominan en ellos las emociones positivas, están comprometidas con lo que hacen, tienen relaciones interhumanas buenas, se rodean de gente positiva. Son parte de algo más grande, le encuentran un significado a lo que hacen y sienten la satisfacción del logro, de convertir el no en sí. A Einstein le acreditan una respuesta que uno no sabe si fue cierta pero pudo haber sido. Después de hablar del átomo y de la bomba atómica, le preguntaron: «Maestro, ¿usted fue feliz?». Se quedó pensando y dijo: «Sólo sé que mi jardinero, lo estaba mirando al fondo, es más feliz que yo». Me parece que sí, que el bienestar tiene más que ver con las emociones y los sentimientos.

– ¿El éxito es causa de la felicidad, o la felicidad es causa del éxito? 

Creo que viene primero la felicidad y después el éxito. Creo que el éxito es sentirse bien y eso no pasa por lo cognitivo, lo intelectual. La felicidad y el bienestar están en la simpleza y tienen que ver con emociones y sentimientos.

Fuente:http://www.infobae.com/sociedad/2017/07/01/daniel-lopez-rosetti-el-corazon-decide-la-razon-justifica/