La leche, el azúcar, la sal y la harina y el peor de los venenos blancos: la cocaína
La leche, el azúcar, la sal y la harina y el peor de los venenos blancos: la cocaína

La leche, el azúcar, la sal y la harina son consumidos a diario por el común de las personas. De manera habitual o en forma esporádica, son parte de la de la dieta de todos los días. A este cóctel químico se le puede agregar un quinto compuesto, el más agresivo: la cocaína. Los cinco ‘venenos blancos’, debido a que todas estas sustancias tienen el potencial de terminar con la vida de las personas. ¿Por qué cada uno de estos alimentos pueden ser nocivas para la salud?

Leche

Existe un concepto muy aceptado culturalmente que indica que «tomar leche es muy bueno». Podríamos comenzar a cuestionar esta afirmación a partir de un estudio científico realizado en Suecia por investigadores de la Universidad de Uppsala y el Instituto Karolinska, centro médico que elige al ganador del Premio Nobel todos los años, desde 1901. El informe demostró que la leche envejece y aumenta la mortalidad cuando se toman tres o más vasos de leche por día.

Los lácteos son una tradición en la dieta cotidiana (Istock)

Los lácteos son una tradición en la dieta cotidiana (Istock)

A nivel genético, se comprobó que la leche estimula los biomarcadores 8-iso-PGF2α y la interleucina 6 (gen IL6) que activan el estrés oxidativo y la inflamación. El estrés oxidativo (también conocido como radicales libres) es un mecanismo de daño celular que participa en los procesos de envejecimiento y de algunas enfermedades, como el cáncer o el infarto cardíaco, y de infecciones, entre otros. Inclusive, si es muy severo y no tiene freno por otros mecanismos de protección, puede causar la muerte celular.

La recomendación es no beber más de tres vasos de leche por día. De todos modos, cumplir con este objetivo no sería un gran problema, ya que la mayoría de las personas toma 60 ml/día, es decir, una pequeña cantidad para acompañar el café, el té o el mate cocido.

Sal

La sal fue una solución durante cientos de años para conservar los alimentos cuando no existían barras de hielo o una heladera. Entre los distintos factores de riesgo para desarrollar una enfermedad cardíaca, podemos encontrar: mayor de 45 años en el caso de los hombres y de 55 en las mujeres, sufrir estrés, tener presión arterial alta, colesterol alto, obesidad, diabetes mellitus, tabaquismo y antecedentes genéticos familiares.

El exceso de sal en la dieta puede ser perjudicial (iStock)

El exceso de sal en la dieta puede ser perjudicial (iStock)

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el exceso del consumo de sal causa 1.6 millones de muertes en el mundo. La OMS recomienda consumir menos de 5 gramos de sal por día, mientras que la mayoría de las personas a nivel mundial utiliza el doble (9-12 gramos por día). La Argentina forma parte de este promedio mundial: se estima que cada persona consume 11 gramos por día. En 2013, nuestro país sancionó una Ley para reducir el consumo de sodio que promovía la eliminación de los saleros en las mesas de los restaurantes. De esta manera se contribuyó significativamente a mejorar la salud de la población, ya que, según la OMS, se podrían prevenir 2.5 millones de muertes cada año si el consumo mundial de sal se redujera al nivel recomendado.

Azúcar

Recientemente, la ciencia ha demostrado que existe la adicción a la comida. En su estado natural, los alimentos no son adictivos; sólo los procesados que cuentan con un mayor contenido graso. Los naturales, en cambio, no contienen azúcar y grasa a la vez. Por ejemplo, la fruta tiene azúcar y las nueces contienen grasa.

El azúcar es uno de los grandes desafíos para los nutricionistas (Shutterstock)

El azúcar es uno de los grandes desafíos para los nutricionistas (Shutterstock)

Los investigadores que estudian esta temática indican que las sustancias adictivas «raramente están en su estado natural, pero cuando se alteran o procesan aumentan su potencial de abuso. Por ejemplo, las uvas se procesan para elaborar vino y con las amapolas se crea el opio. Por eso, aunque todos sepamos que los dulces son una debilidad y ahora, además, hayamos descubierto que nuestra tendencia es una conducta milenaria por la supervivencia, la recomendación es comerlos con moderación.

Harina

Es sabido que consumir harina en exceso favorece al sobrepeso y a la obesidad. La obesidad es más que una cuestión estética. Hasta hace unos años, esta acumulación excesiva de tejido adiposo no era considerada una enfermedad, sin embargo, es un problema de salud grave a nivel mundial y en algunos países afecta hasta al 36% de la población. No solamente existen casos en adultos sino que lo más preocupante es que está afectando a los niños.

Para muchas personas es realmente difícil dejar las harinas (iStock)

Para muchas personas es realmente difícil dejar las harinas (iStock)

La obesidad aumenta el riesgo de desarrollar varias enfermedades, como las cardiovasculares, diabetes mellitus tipo 2 o adulta, presión arterial alta, accidentes cerebrovasculares (ACV), artrosis (más frecuentemente en la rodilla), apnea del sueño y algunos tipos de cáncer como endometrial (útero), mamario y colónico.

Asimismo, para aquellas personas que sufren de la enfermedad celíaca, comer harina es una complicación muy seria, ya que deben comer sin trigo, avena, centeno y cebada (TACC). La enfermedad celíaca es más frecuente de lo que se piensa: se estima que afecta al 3% de la población. Se desarrolla debido a que el sistema inmune es sensible al gluten, una proteína que se encuentra en los cereales TACC.

Cocaína

Se trata de un estimulante del cerebro que aumenta la actividad del sistema nervioso central. En el corto plazo (puede tomar entre 5 y 10 minutos para comenzar a actuar) causa un incremento de la energía y alerta mental, y disminución del apetito. Es altamente adictiva y causa alteraciones del ritmo cardíaco, falla respiratoria, náuseas, convulsiones y accidentes cerebrovasculares (ACV).

Los síntomas del uso y la dependencia pueden incluir euforia, excitación, disminución del apetito, hablar rápidamente, irritabilidad, comportamiento agresivo, inquietud, depresión (cuando se va perdiendo el efecto de la droga, lo que se conoce como el «bajón»), congestión nasal y daño a la membrana mucosa de la nariz en los usuarios que inhalan, afectación del esmalte de los dientes, insomnio, pérdida de peso y aumento de la frecuencia cardíaca, de la presión arterial y de la temperatura. Además, puede causar síntomas psiquiátricos, como paranoia (sensación de desconfianza, y sentirse «perseguido») y alucinaciones auditivas, visuales y táctiles.

Jorge Dotto es médico patólogo (UBA) y genetista. Autor de «El ADN del placer. Cómo influye la genética en nuestros gustos y pasiones». @JorgeDotto

Fuente:http://www.infobae.com/salud/2017/06/10/los-peligros-de-los-cinco-venenos-blancos-que-ponen-en-jaque-a-la-salud/