El nuevo iPad Pro tiene una pantalla más grande, pero unos marcos más pequeños; y en su interior alberga un potentísimo procesador
Junto con iOS 11, Apple se ha propuesto, esta vez de verdad, que pueda ser un sustituto de pleno derecho de un ordenador tradicional
El iPad Pro original llegó al mercado en septiembre de 2015 y estaba destinado a acabar con la idea de que las tabletas son un buen dispositivo para consumir contenido pero no para crearlo.
Tenía una pantalla de mayor tamaño, un procesador potente, más memoria, un lápiz digital y soporte para varias apps simultáneas en pantalla. Se presentó como una alternativa a medio camino entre las tablets y el PC, un equipo con el que trabajar en tareas creativas de forma mucho más intuitiva y con el que Apple buscaba animar un mercado que parecía aletargado.
A ese iPad le siguió un modelo Pro de 9,7 pulgadas presentado el pasado año. Prestaciones parecidas pero en el tamaño de un iPad convencional. Más ligero y manejable, pero también con algo menos espacio para trabajar en la pantalla.
Los dos son buenos ejemplos de los pasos gigantes que se han dado en la llamada era PostPC. El iPad no tiene aún una década pero para muchos usuarios se ha convertido en una plataforma válida para trabajar. Entre ellos me incluyo. Desde hace un año y medio la mayor parte de mi trabajo lo hago en un iPad Pro de 12,9 pulgadas. No necesito mucho más y tiene la ventaja de ser un buen dispositivo también para usar en el sofá, la cama o un viaje en avión.
La semana pasada, durante la WWDC, Apple renovó la gama iPad Pro. Repite dimensiones y diseño en el modelo de 12,9 pulgadas, pero el iPad Pro más pequeño ha sido replanteado y ahora incluye una pantalla un poco más grande, de 10,5 pulgadas y 2.224 x 1.668 pixeles.
He estado probando este último modelo durante la última semana y creo que en combinación con la nueva versión del sistema operativo iOS 11 Apple está muy cerca de conseguir por fin que la plataforma iPad se convierta no sólo en una alternativa a los ordenadores convencionales (Mac o PC) para la gran mayoría de los usuarios sino en una máquina muy superior para cierto tipo de tareas creativas.
Más (y mejor) pantalla
Hay dos características que definen al nuevo iPad Pro. La primera es la pantalla y la segunda es el procesador. Las prestaciones son similares en ambos modelos pero me centraré en el que he podido utilizar durante estos días, -el de 10,5 pulgadas- que se ha convertido rápidamente en mi tamaño favorito de iPad.
Empecemos por la pantalla. El nuevo iPad tiene la mejor pantalla que se ha integrado hasta el momento en una tableta. Perfecta representación de color con el estándar P3, tecnología True Tone -que ajusta la temperatura de color a la iluminación de la sala-, 600 nits de brillo y una capa antireflejos -hace que se pueda leer incluso en exteriores- y una velocidad de refresco de 120 Hz que el sistema operativo puede adaptar según las necesidades de cada aplicación en cada momento concreto.
A la hora de hacer scroll en una web, por ejemplo, la velocidad aumenta hasta los 120 ‘frames’ por segundo para ofrecer un desplazamiento fluido en el que es posible leer los textos incluso cuando se desplazan a gran velocidad. Si estamos viendo una película, el sistema reduce el refresco a 30 cuadros por segundo para ahorrar batería y mostrar el vídeo de forma fiel. ¿Un documento estático en pantalla? Lo mismo. La velocidad baja porque no es necesario refrescar la imagen de forma tan frecuente.
Nadie en su sano juicio se habría quejado de falta de fluidez en los iPad de hace un año pero la nueva velocidad de refresco hace aún más suave el movimiento al cambiar de aplicaciones o desplazarse por documentos. Es difícil de demostrar en un vídeo (por razones obvias) pero es una de esas características que una vez se experimentan, resulta difícil abandonar.
Gracias a esta velocidad variable de refresco el iPad mantiene la misma autonomía – unas 10 u 11 horas de trabajo – que en las versiones anteriores a pesar de ofrecer 120 Hz en algunas interacciones. El principal beneficiado es el Apple Pencil, que gana precisión incluso cuando se realizan trazos muy rápidos en la pantalla.
Deja en pañales a muchos PC (y Mac)
Bien, eso en lo que respecta a la pantalla. Hay alguna otra novedad en estos iPad, como la cámara trasera, ahora con la misma resolución y calidad que la del iPhone 7, o que gracias al nuevo tamaño la funda de este iPad más pequeño puede albergar un teclado de tamaño completo. La tableta mantiene también el puerto de auriculares y el botón físico en el frontal -ambos abandonados en la gama iPhone- y los cuatro altavoces internos. Suena muy bien.
Pero donde realmente destaca es en la increíble potencia que tiene. El chip A10X Fusion deja a la competencia en el mercado de tabletas a años luz de distancia – sobre todo ahora que Google parece haber perdido el interés por este mercado – y no sólo es más potente que muchos PC de gama baja. Se acerca esta vez en «fuerza bruta» a algunas máquinas de gama media y alta de hace sólo un año o incluso a la venta hoy en día, tanto en Mac como PC.
Geekbench, una batería de pruebas para ordenadores y equipos móviles, arroja un resultado de 3.863 en operaciones con un único núcleo y 9.234 en multitarea. Son valores comparables a los de un Macbook Pro Intel Core i5 de 13″ de la pasada generación, a la venta hasta hace una semana. Todo esto, por cierto, en un cuerpo de 477 gramos, sin ventilador interno y con una autonomía que supera las 11 horas fácilmente.
Es increíble, y es sólo parte de la historia. Durante la conferencia de desarrolladores WWDC la compañía mostró sobre el escenario una aplicación de retoque fotográfico, Affinity, que puede considerarse como el competidor más serio de Adobe Photoshop o Lightroom.
El equipo detrás de la aplicación apunta a que gracias a la optimización e iOS y herramientas como Metal 2 – una herramienta para sacar mejor partido del procesador gráfico – el nuevo iPad Pro es capaz de realizar algunas tareas, como la aplicación en filtros fotográficos en tiempo real, 10 veces más rápido que la última generación de procesadores i7.
A la espera de iOS 11
Suena bien, ¿no? Pero el reto, para Apple, es dar salida a toda esa potencia. Al modelo anterior, después de todo, tampoco le faltaba músculo.
Aquí es donde llegamos a lo que sigue siendo el mayor obstáculo del iPad como herramienta profesional: el software. Necesita aplicaciones avanzadas y también un sistema operativo con menos limitaciones que las que impone iOS, nacido para administrar un teléfono con una pantalla más pequeña y un uso mucho más específico.
La buena noticia es que ese sistema menos limitado es iOS 11. Buena parte de las novedades de la nueva versión del sistema operativo, que llega en otoño, están centradas precisamente en mejorar la productividad del iPad.
La lista es larga: Files, una nueva app, dará a la tableta algo parecido a un explorador de archivos; un nuevo sistema de organización de escritorio permitirá recordar configuraciones preferidas de apps combinadas en pantalla e invocarlas rápidamente; el sistema operativo ganará la habilidad de arrastrar y soltar archivos o textos entre diferentes aplicaciones activas; y las nueva versión de Notas hará que sea mucho más fácil y rápido tomar apuntes con la tableta.
Es, realmente, un salto impresionante para la plataforma. Durante esta semana he estado probando este nuevo iPad con la primera versión beta de este sistema operativo y ya no hay marcha atrás.
La mala noticia es que el nuevo iPad Pro no tendrá estas características cuando salga a la venta esta semana. La versión final de iOS 11, como decía, no llegará a los dispositivos de Apple hasta otoño.
Como alternativa, los usuarios podrán acceder a una fase de beta pública a finales de este mes. Resulta extraño, en cualquier caso, ver que Apple las muestra en el anuncio del iPad Pro muchas funciones que no van a estar disponibles hasta dentro de varios meses. A todos los que compren esta tableta les recomiendo unirse a la fase de beta pública. Merece la pena a pesar de los pequeños errores que habrá que soportar.
Y esto, más o menos sirve de perfecto resumen de esta nueva máquina. Con el nuevo tamaño, la pantalla mejorada y el procesador A10x Fusion, Apple ha creado una tableta increíble, casi perfecta. Si los ordenadores y en concreto el Mac original, según Jobs, eran «una bicicleta para la mente», este iPad Pro es un Tesla con piloto automático. Pero lo es gracias, sobre todo, a iOS 11, que no llegará a los dispositivos hasta después del verano. Hasta entonces será una tableta muy potente y con una pantalla fantástica, pero aprovechada sólo de forma parcial.
El nuevo iPad Pro saldrá a la venta esta semana en dos tamaños. El nuevo -analizado aquí- de 10,5 pulgadas y el ya conocido modelo de 12,9 pulgadas. Ambos tendrán las mismas prestaciones y estarán disponibles en capacidad de 64, 256 y 512 GB. El precio del modelo de 10,5 pulgadas arranca en 729 euros. El de 12,9 en 899.
El lápiz digital Apple Pencil y el teclado se venden por separado.
Fuente:http://www.elmundo.es/tecnologia/2017/06/12/593e5637e2704e58458b45a6.html
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