La tristemente célebre resolución 548/12 del Departamento General de Irrigación será derogada parcialmente. Se trata de la norma que obligaba (a los aspirantes a obtener un pozo de agua) a presentarse en un concurso público y competir con otros aspirantes.

Esa “subasta” es la que sería eliminada de las condiciones para acceder al permiso de perforación en los próximos 15 días por el Honorable Tribunal Administrativo (HTA). 

Por otro lado, se mantiene el remplazo de pozos en desuso para trasladarlos a otros terrenos dentro de la misma cuenca. Este remplazo de pozos también generó polémica en su momento porque supuestamente abría un “mercado de los pozos”.

La semana pasada, el titular del Departamento General de Irrigación, Sergio Marinelli, hizo el pedido al HTA para que deroguen parcialmente esa norma que impulsó la gestión anterior de Irrigación, conducida por José Luis Álvarez. Se espera que el tema sea debatido por ese órgano los próximos días.

El pedido de Marinelli es una derogación parcial; en realidad propone derogar casi todos los artículos de la 548/12; el único que quedaría en pie es el ocho, que dice en su primer párrafo: “Facúltese a Superintendencia a reglamentar las condiciones para acceder a un nuevo permiso de perforación en remplazo de otra existente en la misma cuenca y/o acuífero”. Es decir que se mantiene el “canje de pozos” en desuso dentro de la misma cuenca.

El segundo párrafo del artículo 8 dice que “mantendrán su vigencia las actuales áreas de restricción de perforaciones y sus condiciones de acceso a nuevos permisos de perforación”; es decir, siguen vigentes las restricciones a perforar acuíferos pobres en recurso.

El resto de los artículos, del 1 al 12, se derogarían, en caso de que el HTA decida admitir el pedido de Marinelli.

El nudo de la polémica

La polémica resolución 548/12 fue emitida en noviembre de 2012. Los Andes informó sobre la medida el 18 de noviembre de ese año. La decisión del ex superintendente generaba el temor de que la obtención de un pozo se transformara en un lujo accesible para pocos.

En el artículo 2 de la 548/12, se indicaba que con informe técnico de disponibilidad de agua, que no pusiera en riesgo al acuífero, Irrigación llamaría a concurso de postulantes. En el artículo 3 se establecían las condiciones para acceder al pozo. Una de ellas despertaba las iras de pequeños productores: por un lado se ordenaba el uso eficiente del recurso hídrico; por el otro, el postulante debía ofrecer un aporte pecuniario para conformar un fondo para obras hidráulicas.

Para los detractores, esa última condición transformaba al concurso de aspirantes a perforar en una subasta, en la que los poderosos serían los ganadores de todos los permisos a partir de la vigencia de la resolución.

En aquellos días, asociaciones de productores ponían el grito en el cielo por la condición del aporte pecuniario. Ahora, el motivo de las iras de los productores sería derogado, por lo menos ése fue el pedido del nuevo titular de Irrigación.

La semana pasada, Marinelli se reunió con los miembros del HTA y les adelantó la medida que impulsa. Durante el encuentro explicitó que pretende mantener las actuales restricciones para nuevas perforaciones en las dos zonas más problemáticas en cuanto al nivel de recurso en sus acuíferos: margen derecha del río Mendoza, en la zona de Agrelo, y Valle de Uco. Por ese motivo es que sigue vigente el artículo 8 de la resolución 548.

El problema de ese artículo es que queda en manos del superintendente, es decir Marinelli, la facultad de remplazar pozos en desuso por otros que podrían ponerse activos, siempre dentro de la misma cuenca. Eso también forma parte de algunas polémicas desatadas en noviembre de 2012, cuando la resolución fue firmada por Álvarez y el HTA.

A favor del mantenimiento del remplazo es que si alguien no usa un permiso, se le pueda pasar a otro particular que quiera producir en sus tierras; los detractores dicen que se ha generado un mercado de pozos, al que sólo acceden los que pueden comprar el remplazo, mientras que la restricción impide al pequeño o mediano acceder a una perforación.