El acercamiento a Asia, un desafío necesario en búsqueda de la diversificación

El próximo lunes Mauricio Macri iniciará una nueva gira internacional que lo llevará de paso por Arabia Saudí para luego concentrarse en Asia Pacífico, con visitas a Japón y a China. Luego de giras exitosas por Europa y los Estados Unidos, el recorrido por Asia es un desafío y, al mismo tiempo, una necesidad. En un mundo caracterizado por la multipolaridad, la incertidumbre, la inestabilidad y una transición hegemónica incompleta en términos económicos, la diversificación es clave para ampliar las opciones estratégicas de la Argentina y estar preparados para enfrentar posibles tensiones futuras. El alineamiento irrestricto del pasado con uno u otro bloque a nivel internacional debe ser superado, aprovechando el alejamiento del país de los principales focos de conflicto a nivel mundial.

En las giras europeas se han logrado principalmente declaraciones de inversiones, mientras que en la reciente visita a los Estados Unidos se habría logrado un acuerdo de intercambio de información financiera y de cooperación en el área de la ciberseguridad, acuerdos poco atendidos a nivel público pero tal vez claves para el futuro del país en el mundo que se avecina. El levantamiento de trabas para la importación de limones, un gesto más bien simbólico que de alto impacto económico, debe ser igualmente considerado como un paso más en el estrechamiento de las relaciones. En la gira asiática, sin embargo, no bastarán los gestos. Deberá avanzarse en agendas de cooperación más amplias, primarán el comercio, el financiamiento y la inversión.

La economía argentina debe diversificarse para superar la monodependencia de la producción agrícola que la ha caracterizado por muchos años. El apoyo de la expansión industrial es clave en este sentido. Pero para ello, los ingresos por el comercio y el financiamiento provenientes de China serán vitales. A pesar de que su crecimiento ha disminuido en los últimos años, la potencia asiática sigue siendo un socio comercial de inmensa importancia para la Argentina, compite el primer puesto con Brasil, cuya economía apenas presenta signos de recuperación. A esto se suma su importancia como fuente de financiamiento. La cooperación en estos ámbitos debe seguir avanzando.

Sin embargo, la búsqueda de un acuerdo comercial amplio entre China y el Mercosur, única vía posible según Macri, sigue limitada. Uno de los tantos obstáculos es la falta de aceptación de Paraguay de la política de «una sola China», que es el único país de la región que reconoce diplomáticamente a Taiwán y viola así un requisito básico exigido por China para concretar acuerdos comerciales. Avanzar en el campo comercial será difícil.

Una alternativa posible para mejorar las relaciones y cosechar ganancias tangibles para la Argentina es la búsqueda de financiamiento para proyectos de energía e infraestructura. Estos podrían enmarcarse en una extensión de la iniciativa «Un cinturón, un camino» de China, proyecto multifacético y multimillonario que busca revivir las antiguas rutas de las especias y de la seda, que conecta a Asia con el resto del mundo. Sumarse al Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras puede ser un primer paso adecuado y necesario en este sentido.

Macri se ha sentido particularmente cómodo en sus visitas al exterior, cosecha éxito y elogios en un ámbito que tal vez sea hasta ahora el más exitoso de su gestión. La gira por Asia será un nuevo desafío. Pero esta vez no bastarán los gestos y los elogios. Ante una economía que sigue deprimida, la gira asiática deberá buscar las respuestas que, en el plano de las relaciones internacionales, el país necesita.