Uno de los desafíos de la investigación científica era crear antibióticos capaces de destruir bacterias sin que estas generaran, al mismo tiempo, nuevas resistencias ante sus químicos. Este mecanismo de defensa de los microorganismos impedía el éxito de muchos tratamiento médicos. Es que después de un tiempo, estos desarrollaban barreras contra los efectos de los medicamentos. Ahora, gracias a un nuevo avance biotecnológico, los remedios del futuro podrían acabar para siempre con esta problemática.
Según publicó la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), un grupo de expertos de la organización biomédica The Scripps Research Institute (TSRI), en Florida, logró otorgar «súper poderes» a la vancomicina, un antibiótico descubierto en la década de los 50 y contra el que los patógenos no fueron capaces de desarrollar resistencia hasta después de 30 años.Italia, conmovida por la muerte de un nene que recibió un tratamiento homeopático

Estos nuevos antibióticos podrían acabar con la resistencia de las bacterias.

En concreto, los investigadores descubrieron una manera de modificar estructuralmente la vancomicina para hacer una versión más potente de un antibiótico ya muy fuerte.

«Los médicos podrán usar esta forma modificada de vancomicina sin temor a que surja resistencia», consideró en el estudio Dale Boger, director de la investigación y copresidente del Departamento de Química de The Scripps Research Institute.El siguiente paso en esta investigación es diseñar una forma de sintetizar la vancomicina modificada a través de un número menor de pasos en el laboratorio, pues el método actual necesita 30 secuencias.Desarrollan un nuevo método para combatir a las bacterias

Creen que se podría comenzar a usar en los próximos años.

Sin embargo, Boger considera que esa será la «parte fácil» del proyecto, en comparación con el reto que fue modificar la molécula. Y asegura que la modificación de la vancomicina es ya un gran hallazgo que hace valiosa su producción, puesto que tiene «poderes salvavidas» al ser capaz de eliminar las bacterias que ya han desarrollado resistencia contra otros antibióticos.

La entidad a la que pertenecen los investigadores, Scripps Research Institute (TSRI), es una de las organizaciones independientes sin ánimo de lucro más importantes del mundo dedicada a la investigación en ciencias biomédicas.