Dado que cuestan entre 50 y 60 euros (no son una ganga) y que tienen componentes electrónicos, comerse un videojuego puede ser algo peligroso para un niño. La idea que han tenido en Nintendo para evitar esto es bastante original: recubrir el plástico exterior con una película de benzoato de denatonio, un químico amargo, pero que no es tóxico. Es algo que yase venía rumoreando en distintas páginas web y que ahora se ha confirmado.

EL MUNDO ha dado a probar dos cartuchos a dos de sus periodistas y ambos corroboran el «sabor alcalino», a «matarratas» e «intenso y desagradable» de los videojuegos 1-2-Switch y The Legend of Zelda: Breath of the Wild, dos de los juegos de lanzamiento de la videoconsola. El efecto del benzoato en la boca, además, deja mal sabor durante «al menos media hora».

Tradicionalmente, los cartuchos de otras videoconsolas han sido bastante grandes y difíciles de ingerir, pero con el lanzamiento de Nintendo DS en 2004, estos empezaron a ser mucho más pequeños y podrían tragarse con facilidad. Los cartuchos de Switch son poco más grandes que una tarjeta SD, por lo que Nintendo parece haberse cubierto las espaldas ante posibles demandas de padres que dejan sus videojuegos a la vista en lugar de en sus cajas.

Nintendo Switch es una nueva consola de Nintendo con una propuesta original, pues es un dispositivo portátil que también se conecta al televisor a través de un soporte, todo de manera sencilla y rápida. Aunque no es perfecto, merece la pena tenerlo en el radar como posible regalo para dentro de unos meses, cuando haya recibido más videojuegos y haya bajado un poco de precio.

Fuente: http://www.elmundo.es/tecnologia/2017/03/02/58b701c5468aeb6d668b46c8.html