La primera tanda de entrenamientos muestra una mejora de la escudería italiana y el derrumbe del equipo de Fernando Alonso
La última jornada de la primera tanda de entrenamientos de la F-1 que se realizó en el circuito de Barcelona no ofreció novedades. En gran parte, porque se intentó realizar un día de pruebas sobre pista mojada con neumáticos extremos e intermedios de lluvia, pero resultó muy difícil que el agua que se expandió con dos grandes cubas permitiera simular las condiciones de mojado… cuando la pista sacaba humo a una temperatura de 33 grados. Los coches pasaron a rodar en 1m 37s al principio, y en 1m 22s (Raikkonen, con pista mojada, y 1m 20,8 en seco) después, con los intermedios y los neumáticos de seco.
Tiempos que se acercaban mucho a los mejores logrados por las escuderías McLaren y Toro Rosso en seco, pero que quedaban extremadamente lejos del 1m 19,7s que había conseguido Valtteri Bottas con su Mercedes el miércoles en sus últimas tandas. Ese tiempo fue el mejor que se logró en Barcelona y sirvió para demostrar algo que ya estaba latente entre la concurrencia: los coches son muchísimo más rápidos que el año pasado. Baste recordar que la pole position de 2016 en Barcelona se la llevó Lewis Hamilton con ¡1m 22s! Es decir, tres segundos más lento que los mejores coches actuales. Y la diferencia aumentará la próxima semana cuando las escuderías presenten las novedades que van a utilizar en la primera carrera, el GP de Australia, el próximo día 26.
Las nuevas reglas han obligado a los equipos a estrujarse los sesos para poder sacar el máximo rendimiento a los neumáticos mucho más anchos, a los alerones más largos, a las concesiones aerodinámicas que permiten un mayor efecto suelo y mucho más agarre en las curvas y a ciertas libertades en el tema de motores. Pero todos estos elementos han permitido un cambio sustancial en la F-1. Los coches son más grandes, su apariencia es majestuosa y son muchísimo más rápidos en términos globales.
“Sin embargo”, asegura Lewis Hamilton, “que nadie se imagine que habrá más adelantamientos que el año pasado. Todo lo contrario. Los coches correrán más, pero adelantar será mucho más complicado. Con la mayor carga aerodinámica, las turbulencias que dejará cada coche no permitirán un acercamiento del perseguidor como hasta ahora. Y, además, la frenada es mucho más corta que antes”.
En cualquier caso, eso no debe suponer un problema ni para Hamilton ni para Bottas, puesto que sus monoplazas mostraron un dominio aplastante en relación a las demás escuderías. Por tanto, ellos irán delante. En cambio, si que puede suponer un problema para los Ferrari de Sebastian Vettel y Kimi Raikkonen, que se vislumbran como sus principales perseguidores. Un problema más gordo incluso para los Red Bull, que no están encontrando en el nuevo motor Renault el potencial que necesitaban para dar el salto hacia las prestaciones de Mercedes.
Ellos tres llegaron a Montmeló con los deberes hechos. Y lo demostraron siendo los que más rodaron en las tres primeras jornadas –las que realmente cuentan-. Mercedes las cerró con 489 vueltas (más 68 hoy). Ferrari realizó 375 (91) y Red Bull, 209 (85). Y fueron estos tres coches los que también lograron los mejores tiempos. Mercedes, con Bottas, 1m 19,7s. Ferrari, con Vettel, estuvo a dos décimas. Y Red Bull, con Ricciardo, a 1,4 segundos. “Mercedes sigue siendo el equipo a batir”, señala Hamilton. Mientras Vettel asegura: “El coche es mejor en todos los sentidos: la frenada, el paso por curva, tenemos mucho más grip, e incluso cuando vas a baja velocidad y pierdes agarre aerodinámico se mantiene el grip gracias a los neumáticos. La mejora en Ferrari es esperanzadora y creo que tenemos un coche muy fiable”.
Por arriba las cosas parecen claras. En la zona intermedia de la parrilla, todo se complica. Los equipos que corren con motores Renault están teniendo más problemas de los esperados. Es el caso de Red Bull, Toro Rosso y del propio Renault. Y se esperaba algo más de las escuderías propulsadas por Mercedes, como Force India y Williams. Los equipados con motores Ferrari (Haas y Sauber) se muestran sólidos. “Estamos teniendo dificultades con el motor, pero es comprensible teniendo en cuenta el gran esfuerzo que han hecho en Renault para acercarse a los potentes Mercedes”, señala Carlos Sainz, que hoy no pudo correr tras romperse el motor. “Tengo mucha confianza en que todo irá mucho mejor la semana que viene”. Toro Rosso dio solo 182 vueltas en Montmeló en los tres primeros días.
Lo que no era previsible, era ver a los McLaren arrastrarse de nuevo en la pista con unos niveles tan bajos en las prestaciones (1m 22,5s fue su mejor tiempo). Dieron 141 vueltas (más las 66 de hoy). “Fuimos demasiado agresivos y estamos como al principio”, señaló a este diario una fuente de Honda. El primer día surgió un problema en el tanque de aceite. El segundo un motor perdió potencia, sin que aún se sepa la causa. Y los dos últimos, los McLaren circularon con precauciones extremas para poder desarrollar sus coches. “La semana que viene llegarán nuevos motores con otras especificaciones y las cosas irán mejor”, señala Yusuke Hasegawa, responsable de Honda en F-1. “Tengo buenas sensaciones con este coche, pero aún no lo he podido explorar a fondo”, concluye irónico Fernando Alonso. Tal vez lo consiga a partir del próximo martes… O tal vez, no.
Fuente: http://deportes.elpais.com/deportes/2017/03/02/actualidad/1488475830_801700.html
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