El comercio exterior con España mantiene una tendencia de largo plazo favorable para la Argentina, con un superávit en el último decenio de más de 10.000 millones de dólares, base que permitirá potenciar los saldos positivos en los próximos años a partir de las gestiones que realizará la misión empresaria a Madrid que esta semana encabezará el presidente Mauricio Macri.
Le siguen en importancia en el ránking de envíos: Camarones, langostinos y otros decápodos (318 millones de dólares, 20% de la canasta exportadora); Minerales de cobre y sus concentrados (114 millones, 7%); y Limones (60 millones de dólares; 4%).
La oferta local se concentra en su casi totalidad en productos primarios o manufacturas de origen agropecuario (MOA), con las solitarias excepciones de las pequeñas aeronaves colocadas en 2016 (por 44 millones de dólares) y las cajas de cambio para vehículos (vendidas por 28 millones el año pasado, una suma que decreció 23% en el último quinquenio).
Si se consideran las exportaciones por rubros, dos de cada cinco euros desembolsados por España a la Argentina provinieron de «Residuos y desperdicios de la industria alimenticia», que el año pasado crecieron 9% y ya totalizan 39% del total de envíos.
Se ubican luego «Pescados y mariscos sin elaborar» (26% de lo exportado al país europeo); «Resto de los
productos primarios» (8%); «Frutas frescas» (5%); y «Pescados y mariscos elaborados» (4%).
Las empresas españolas realizan apenas 1% de sus transacciones externas con sus pares de la Argentina, pero en sentido opuesto, el mercado del país europeo es clave para las compañías y regiones locales.
El estudio de la Agencia muestra que las exportaciones nacionales de 2016 a ese destino se originaron en un 31% en Santa Fe; 13% en Chubut y en similar proporción en Santa Cruz; 12% en Buenos Aires; y 7% tanto en Catamarca como en Córdoba.
Sin presencia de productos de mayor valor agregado, el saldo de la balanza bilateral arroja un saldo superavitario que puede parecer estructural, pero visto en detalle revela el impacto combinado de la menor actividad económica, el cierre importador y la escasez de divisas en la Argentina en los últimos años, según advierten analistas privados.
Las compras a España alcanzaron el récord de 1.396 millones de dólares en 2011, aunque se recortaron en un tercio, a 921 millones el año pasado (- 3,8% con respecto al año anterior).
En la Agencia de Comercio Internacional ven buenas perspectivas para retornar a los niveles máximos de seis años atrás, en que el intercambio bilateral rozó los 4.500 millones de dólares, con exportaciones locales por casi 3.100 millones.
De hecho, ya el año pasado se logró un aumento de 20% en las ventas a España, y tras la misión empresaria se abren oportunidades especialmente para productos denominados «estrella», cuya demanda e importancia relativa frente a otros ítems importados crecen en ese país.
La Agencia menciona concretamente a los «Aceites crudos de petróleo o de minerales bituminosos»; «Minerales de cobre y sus concentrados»; «Cajas de cambio»; «Los demás maíces»; «Los demás quesos»; «Polietileno de densidad igual o superior a 0,94»; y «Mezclas de sustancias utilizadas en la industria alimentaria».
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