Julio Grondona falleció el 30 de julio de 2014. Pero su pesada herencia, resiste perenne. Como un fantasma huidizo, prolonga el espanto en el que está sumido el fútbol argentino. Los mamarrachos dirigenciales son los coletazos de sus 35 años de conducción prebendaria y antidemocrática. Desnuda y sin rumbo deambula la AFA. En Viamonte 1366 se montaron dos gobiernos: el cuestionado pero oficial de la Comisión Normalizadora, y el de la Asamblea dominada por el Ascenso. La AFA es de los clubes, es cierto, pero lo actual es caótico. Por ello no debe sorprender que Argentina haya perdido representación en la FIFA. El Consejo, que sesionará este martes en Zúrich, tiene 36 miembros, cinco de la Conmebol: Wilmar Valdez (Uruguay), Fernando Sarney (Brasil), Ramón Jesurún (Colombia) y María Sol Muñoz (Ecuador). El colombiano, el último elegido, tomó el lugar del desplazado Luis Segura en la AFA. Y ahí aparece el fantasma Grondona: “La Conmebol nos juega en contra. Alejandro Domínguez se alió con las federaciones del Pacífico, que con Grondona siempre fueron postergadas por las del Atlántico”, expuso un directivo que conoce los movimientos en Asunción y en Zúrich. Grondona, con el paraguayo Nicolás Leoz y el uruguayo Eugenio Figueredo, solían definir esas designaciones. Argentina perdió su silla en la FIFA tras 28 años de permanencia ininterrumpida, entre Don Julio y el suspiro de Segura.

Para la AFA, la Conmebol funciona como nexo con la FIFA. Y Gianni Infantino está informado al detalle de los desatinos. Empero, el fantasma de la desafiliaciónno tendría mucho asidero, creen tanto en la Primera como en el Ascenso. Los rebeldes dan su explicación: “La Asamblea del jueves no violó ninguna disposición de la FIFA y se ajustó a lo dispuesto por la Justicia”, dijoun directivo. Sostienen que la orden del 16 de diciembre de la jueza María Servini de llamar a elecciones de inmediatole “abrió la puerta” a la Asamblea. Eso sí: en la FIFA molestan tanto el desmadre dirigencial cuantola intromisión de la Justicia y del Gobierno.

En Viamonte aguardan para esta semana el boceto del nuevo estatuto, proveniente de Zúrich. La composición de la nueva Asamblea, el punto clave, tendría un reparto sin mayorías absolutas, lo que abre un escenario incierto para definir candidaturas, porque nadie estaría en posición de ganar la elección con votos propios. De todos modos, la actual alianza del Ascenso y el Interior es transitoria y se romperá con la próxima pelea, cuando más allá de la General Paz quieran discutir por qué los clubes de Capital y GBA, unos 350,se llevan el 95% del dinero y el resto, unos 3.500 , se conforme con las migajas.

Tampoco ven factible en el Ascenso que la FIFA permita la elección del presidente con el viejo estatuto (con el que prevalece el poder de Claudio Tapia y sus aliados) ni que avale el 15 de febrero como fecha para elegirlo. Pusieron ese plazo para evitar que la CN siga hasta junio. «Sison en marzo, perfecto», admiten. Hoy,con Armando Pérez fuera de escena por su debilitada salud, el poder real hoy lo tiene Javier Medín, un alfil del Gobierno. Pero el plan de la Casa Rosada de conducir con control remoto la AFA «por uno o dos años», tal como lo presagiaban pocos meses atrás, se desvanece porque la intervención no fue eficaz. Igual le queda la última carta por jugar: lograr la aparición de la Superliga y abrirles las puertas a las sociedades anónimas. Los 350 millones de pesos que necesitan los clubes para la reanudación del fútbol, a principios de febrero, es la llave que creen tener en Balcarce 50 para lograrlo. ¿Lo conseguirán?