El gradualismo se impuso en las recomposiciones de precios y tarifas del sector energético. Recordemos que tanto en gas natural como en electricidad las nuevas tarifas contemplan una tarifa social focalizada en los consumidores más vulnerables. Pese a la corrección parcial de la distorsión de los precios y tarifas heredadas luego de más de una década de acumular atrasos, los subsidios energéticos corrientes con impacto presupuestario rodarán en 2016 los $ 160.000 millones. El año pasado alcanzaron los 138.000 millones.
Considerando además de las transferencias corrientes, las de capital, el total de transferencias económicas al sector energético durante este año va camino a superar los $188.000 millones, lo que implica un crecimiento del 11% respecto al año 2015.
No obstante, en dólares implicará una baja de 35% y rondarán los u$s 12.580 millones. Esta caída se debe en parte a la reducción de los costos de importación del gas natural cuyo precio promedio ponderado para este año será de alrededor de u$s 4,5 por millón de BTU, lo que implica una caída del 49% respecto al del año pasado.
La caída de las importaciones energéticas de un 35% respecto al año anterior tiene también como correlato una caída del 9% de las exportaciones. Se espera entonces que el saldo comercial energético sea deficitario en u$s 2500 millones, siendo este resultado el menor déficit desde el año 2011 en el que la balanza sectorial comenzó a ser negativa. En síntesis: la crisis energética heredada sigue teniendo fuerte impacto en las cuentas públicas, pero ha aliviado la sangría de divisas por el lado de la balanza de pagos.
Durante el año 2016 se consolidó el impulso de la producción gasífera aguas arriba, que en nueve meses tuvo un crecimiento de 5,2% respecto al año anterior, acumulando un período de 22 meses consecutivos de crecimiento.
Según datos de Carta Energética se agregaron unos 6,1 MMm3 día a la producción en promedio, y de eso más del 50% corresponde al aporte de origen off-shore (3,4 MMm3d). La adopción de un horizonte de precios más acorde a la realidad de costos y de un esquema de incentivos para la producción no convencional mediante un precio diferencial impulsaron una estrategia de viraje hacia la producción de gas natural.
En contraste, la producción petrolera ha sufrido un proceso de reconversión y contracción durante el corriente año. A pesar de la decisión de sostener los precios internos por encima de las referencias internacionales, con una paulatina reducción mensual desde el mes de Agosto, se produjo una caída de los ingresos para el sector productor promedio de 15% en dólares. Los resultados alcanzados en términos productivos al tercer trimestre acumulado reflejan una caída de la producción del 3,1% respecto al 2015, y una seguidilla de 13 meses consecutivos de caída productiva al mes de septiembre.
Según la política explicitada por el Gobierno, los precios locales del crudo terminarán convergiendo con los internacionales hacia mediados del año próximo (el crudo Medanito tendrá un piso de u$s 55 por barril y el Escalante de u$s 47). Dependiendo de la evolución del precio del barril en el mercado mundial, los productores petroleros locales deberán redoblar esfuerzos para reducir costos de explotación y mejorar productividad. La actividad refinadora también se redujo un 4,3% los primeros nueve meses del año. La caída se ha acentuado en el tercer trimestre, con una disminución del 5,29%. La posibilidad de obtener un amplio margen importando derivados a precios internacionales bajos, y venderlos a precios locales que parten de un barril más caro y son más altos, resultó en un incentivo más que atractivo para reducir el procesamiento de crudos locales, sobre todo para las empresas no integradas.
En los primeros 10 meses del año la demanda eléctrica fue 1% mayor que en el 2015 (104803 GW/hora). Para atender los picos (con una oferta disponible al límite) se recurrió a saldos exportables de países vecinos. Para enfrentar ese déficit este año se adjudicaron entre generación térmica y las dos rondas de renovables 5.500 megavatios con una inversión estimada en u$s 6400 millones (se recibieron ofertas por 12.889 megavatios).
Sorprendieron también los precios de la ofertas de energía renovable: u$s 59 el megavatio hora en promedio, cuando el costo monómico (que aproxima el costo promedio total de generar electrones) es de u$s 73.
Fuente: http://www.cronista.com/columnistas/El-balance-del-ano-energetico-20161222-0018.html
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