De oficio agricultor Juan  Garau Capo, dedicó su vida a la labranza de la tierra. Hombre de principios y muy solidario, nació el 28 de septiembre de 1928 en la ciudad de Tunuyán, Mendoza. Sus Padres, Juan Garau y Catalina Capó,  inmigrantes españoles oriundos de Mallorca. Un día,  leen en el periódico,  la venta o renta de unas tierras en Calle Larga, San Rafael, y deciden  trasladarse hacia aquel paraje, donde comenzaron  a cultivar las tierras. Haciendo en ellas plantaciones de chacra, con el fruto de su esfuerzo pudieron pagar las tierras arrendadas. 

Sus hermanos: Margarita, Clemente, Catalina, Francisco y Barbarita. Juan, vivió su niñez en el paraje de Casas Viejas, San Carlos,  luego en la estancia El Cepillo donde cursó sus estudios primarios.

Cumplió el servicio militar en la base militar El Plumerillo, donde realizó el curso y se recibe de piloto, como anécdota cuenta,  que cuando se inaugura la cancha de fútbol de Atuel Norte, tuvo el honor de sobrevolar la cancha y tirar la primera pelota.

Contrajo matrimonio en 1953 con Magdalena Mateo, tuvieron dos hijas Norma y Viviana, de las cuales tiene 6 nietos y 7 bisnietos. En el año 1966 muere su padre y las tierras fueron divididas ente sus herederos. Los que vivían lejos deciden vender y Juan fue comprando paulatinamente sumándolas a sus tierras, de esta manera logra mantener las hectáreas originales.

Sus cultivos son viñas y frutales. Para la época de vendimia, manejaba su camión y llevaba las uvas a la bodega Resero de Salto de las Rosas donde quizá se pasaban toda la noche en fila para poder descargar y volver a la finca al otro día para llenar de nuevo el camión. Después de la muerte de su padre se traslada a vivir a San Rafael, alquila una casa, hasta que en 1975 compra su casa en la calle Independencia; donde  también alojó a tres de  sus sobrinos para que pudieran estudiar. En el año 1976 compró la bodega hoy llamada “Nueva sierra nevada S.R.L.” donde elabora sus vinos.

Continua viajando todas las tardes a la finca para controlar los trabajos siempre allí lo espera su empleado de toda la vida y ahora su gran amigo Pelado Giménez quien tiene la misma edad que él y continua viviendo en la finca.

Siempre con optimismo y alegría contagiosa pudo hacer de muchas amistades, persona ejemplar como esposo, padre, abuelo bisabuelo, suegro, tío y hermano y también padrino porque cuenta con 9 ahijados.

Vive siempre dando gracias a Dios, por todos los beneficios recibidos, le encantan los almuerzos familiares y los disfruta como un niño junto con Magdalena su compañera incondicional. Y así también sus mañanas compartidas con sus amigos de café. Los domingos son comidas familiares o visitas a todos sus sobrinos que viven lejos de San Rafael, manteniendo así la unidad familiar.