San Rafael, Mendoza 24 de noviembre de 2024

El futuro es este cable, pero causará más de un dolor de cabeza

En agosto de 2014 el foro de implementación de USB -el organismo que rige el estándar USB- presentó la versión definitiva del conector USB tipo C, un nuevo puerto con el que sustituir los conectores USB que existían hasta el momento y lo suficientemente versátil como para suplir conexiones entre dispositivos y periféricos, conexiones de datos entre dos dispositivos diferentes o simplemente proveer carga eléctrica.

Es realmente un puerto para acabar con todos los demás puertos, la única conexión que deberíamos necesitar -salvo casos muy específicos- de ahora en adelante. Ha comenzado a llegar a teléfonos y PC. También al Mac, con la peculiaridad de que Apple -como suele hacer con estas transiciones- ha decidido apostar todo a él. En los nuevos Macbook Pro son los únicos conectores disponibles (bueno, no es de todo cierto, también hay un conector de auriculares tradicional).

Pero aunque la transición es necesaria y se agradece, no va a estar exenta de molestias. La principal es que hasta ahora era bastante común que cada conector tuviese un protocolo propio y diferente al del resto. Esto puede sonar un poco confuso, pero voy a tratar de explicarlo de forma sencilla. El puerto o conector es sólo una terminación encargada de recibir las señales eléctricas (o luminosas en algunos casos muy concretos) que circulan por un cable. El protocolo es el conjunto de instrucciones que dice a los dispositivos (el PC, la impresora, la cámara digital, el teléfono, la batería externa…) como interpretar estas señales.

USB Tipo C lleva esta diferencia hasta el extremo. Es un puerto dinámico que puede utilizarse no sólo para conexiones bajo protocolo USB, sino también para conexiones Thunderbolt -más veloces-, HDMI o DisplayPort. Desde una misma conexión, es posible conectar una amplia variedad de dispositivos con diferentes funciones y a diferentes velocidades.

¿Dónde está el problema? En los cables. Son todos iguales en aspecto externo, pero no todos están preparados para soportar todos los protocolos.

El ejemplo que ha inspirado este post es precisamente el cable que viene por defecto con los nuevos Macbook y Macbook Pro. Es el cable que se utiliza para conectar el ordenador al transformador de corriente y cargar la batería. Tiene dos conexiones USB Tipo C a cada extremo, obvio, pero el cable en sí mismo sólo es compatible con conexiones USB 2.0. Si queremos conectar un dispositivo Thunderbolt 3 o transferir algo a mayor velocidad de la que permite USB 2.0, no es posible, a pesar de que el ordenador es capaz de usar ese mismo puerto para esa tarea con otro cable del mismo aspecto que tenga soporte 3.1 o Thunderbolt 3.

Ya existen cables Thunderbolt 3 compatibles también con USB 3.1 -si vas a invertir en cables próximamente, compra estos- pero son todavía caros. Lo normal es que los cables incluidos de serie con los equipos sean más limitados.

Esta situación va a generar bastante confusión en los primeros años del puerto USB Tipo C. En unos años la mayoría de los cables a la venta soportarán la mayoría de protocolos, o todos. Asunto resuelto. Pero hasta entonces va a ser común encontrar cables que en apariencia deberían funcionar, que conectan dos dispositivos entre sí, que incluso permiten que circule carga eléctrica y carguen los dispositivos… pero que fallan en la transferencia de datos por falta de soporte de un protocolo concreto.

Fuente: http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/el-gadgetoblog/2016/11/11/el-futuro-es-este-cable-pero-causara-mas.html

 

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

Sé el primero en comentar en «El futuro es este cable, pero causará más de un dolor de cabeza»

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*