NUEVA YORK.- El gobierno de Mauricio Macri negocia con las provincias una meta de reducción de sus respectivos déficits fiscales para el año próximo, que les imponga un «esfuerzo proporcional» al del gobierno nacional. «La idea es que las provincias tengan un compromiso parecido al nuestro en el ordenamiento fiscal. Es una meta para todas, expresada de manera tal que cada provincia haga un esfuerzo proporcional al que hacemos nosotros», dijo a LA NACION el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay.
La propuesta en discusión es que esa meta imponga un ajuste a cada provincia similar a la reducción del déficit a nivel nacional, en relación con el producto bruto, del 4,8% en 2016 al 4,2% en 2017, al que se comprometió el gobierno nacional en el presupuesto, señaló Prat-Gay.
Comprometerse a cumplir con esa meta les permitirá obtener la autorización nacional para salir a buscar financiamiento en los mercados internacionales, agregó el ministro. Varias provincias empezaron a hacerlo este año en forma creciente y pretenden aumentar esta búsqueda de fondos en 2017.
Luego de su paso por Washington, Prat-Gay viajó a Nueva York, donde ayer brindó una conferencia en la Universidad de Columbia ante estudiantes para explicar el plan económico. Allí se refirió a la situación fiscal de las provincias, ante una pregunta del economista argentino Guillermo Calvo, profesor de Columbia.
La discusión de las metas fiscales del Gobierno con las provincias forma parte de las tratativas por el proyecto de ley de presupuesto enviado al Congreso. Prat-Gay dijo que la intención es poner a las provincias «en la misma línea» que el gobierno nacional. La discusión calza dentro de una conversación más amplia sobre el vínculo fiscal entre la Nación y las provincias, en un contexto en el cual varios gobernadores quieren aprovechar la apertura de los mercados que provocó el acuerdo con los holdouts para hacerse de fondos.
Prat-Gay abrió su exposición con una breve y muy crítica descripción de la herencia kirchnerista. Luego, se dedicó a hacer un recuento de los cambios aplicados por el Gobierno, y si bien dijo que la Argentina estaba mucho mejor, marcó el presente con cautela: «Estamos todavía en el medio de la transición», afirmó. Habló en inglés ante una sala repleta en la que había, sobre todo, argentinos.
El jefe del Palacio de Hacienda insistió en el gradualismo como guía central del diseño de la política económica, habló de inflación, tarifas, la integración de la Argentina con el mundo y la reactivación de la economía. Ofreció, como dato optimista, la recuperación de la confianza del consumidor.
Al hablar de la inflación, se mostró más optimista que en otras ocasiones. «Estamos esperando y apuntando a una inflación menor al uno por ciento a fin de año», pronosticó.
Uno de los asistentes, ejecutivo de un fondo de inversión, le preguntó cómo podía garantizar que el gobierno de Mauricio Macri mantendría el rumbo fijado, en particular respecto del ajuste fiscal y el aumento en las tarifas de los servicios públicos, una de las áreas en las cuales el Gobierno tuvo más dificultades y una de sus medidas más impopulares. Antes, Prat-Gay había dicho que la gente había elegido abandonar el «populismo» de Cristina Kirchner en la última elección y que, por eso, el cambio ahora era «real».
«El desenlace puede resultar mejor de lo que esperamos», afirmó, al referirse a la revisión de los aumentos tras el fallo de la Corte Suprema que suspendió el primer ajuste diseñado por el Gobierno. «Cualquier decisión que tomemos [ahora] va a ser más robusta, legal y socialmente», afirmó Prat-Gay.
Sobre el final, ante otra pregunta, Prat-Gay planteó la elección legislativa del año próximo como un referendo sobre la gestión del Gobierno, al retomar una idea que había dejado al principio de la charla: que la gente votó el cambio.
«Tenemos un programa y se pondrá a prueba en las elecciones del próximo año, y la gente decidirá si estamos cumpliendo con nuestras promesas o si no estamos cumpliendo con el cambio sobre el que la gente decidió», apuntó. Después de la charla, Prat-Gay, que estuvo acompañado por su vice, Pedro Lacoste, y el asesor Vladimir Werning, compartió unos minutos con los estudiantes que se acercaron a escucharlo, antes de emprender su regreso a la Argentina.
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