El directivo de Cippec reflexiona sobre la vocación de las intendencias por resolver los problemas de los vecinos con nuevos métodos. El rol de las TICs y el panorama que se abrió con el recambio de Gobierno.
Tras un año de receso por el calendario electoral de 2015, Cippec lanzó la convocatoria para la tercera edición del Premio a la Innovación en la Gestión Pública, que busca destacar iniciativas que fortalezcan las políticas orientadas a la equidad y el crecimiento. Gonzalo Diéguez, director del Programa de Gestión Pública de Cippec, responde acerca de la innovación en la gestión del Estado, en el marco del premio que cierra el 17 de diciembre y, por primera vez, distinguirá también a asociaciones público-privadas y al tercer sector.
– ¿Por qué los Estados tienen que innovar?
Al margen de sus obligaciones, necesidades o deseos de quienes ocupan los cargos, por cuestiones reactivas o pro-positivas, los Estados terminan innovando. Lo hacen cuando enfrentan nuevos problemas o cuando las viejas soluciones que venían implementando son insuficientes para resolver las problemáticas de la agenda de gobierno. De cualquier modo, el Estado termina intentando buscar nuevas soluciones y eso es innovar.
– ¿Es decir que el estado de Suecia no necesitaría innovar porque tiene pocos nuevos problemas y sus soluciones ya funcionan?
Es un argumento válido, pero puede verse a la inversa: los estados nórdicos, en parte por su gran capacidad de innovar, pueden dar a la población más prestaciones y de mayor calidad.
– ¿Es importante que lo sigan haciendo?
Muchas de las tecnologías que utilizamos, desde el GPS hasta el microondas, son ejemplos de innovación concretas y estuvieron a cargo del Estado, en general, por los departamentos de Defensa. ¿Por qué esas áreas innovaron? Porque fue el Estado el que asumió el riesgo. En este caso, el resultado se ve en el mediano y largo plazo, pese a que en el momento tal vez se pensaba para que se necesita innovar.
– ¿Qué características tiene la innovación en el Estado y cómo difiere del sector privado?
Al considerar las características de la innovación en la gestión pública podemos tomar varios aspectos, que son los que usamos para identificar, seleccionar, evaluar y premiar en nuestra convocatoria al Premio Innovación a la Gestión Pública. Pero es necesario comprender que no es lo mismo innovar para el municipio de Ushuaia que para el de Jujuy, y los nombro porque ambos fueron premiados anteriormente. Y esto es porque las condiciones sociales o geográficas son diferentes y los retos en materia de gestión pública son diferentes.
– ¿Por ejemplo?
El municipio de Ushuaia fue premiado por un programa llamado Vecino Cumplidor, por el que se trató de incrementar el cumplimiento del pago de impuestos. ¿Qué hicieron? Dieron atención preferencial en dependencias públicas a quienes cumplían o sorteaban entradas para eventos deportivos. Eso repercutió en favor del cumplimiento del pago de impuestos. Innovar no es solo aplicar tecnología a los procesos.
– ¿Y en el caso de Jujuy?
Se premió una Feria Franca de Abastecimiento Municipal, que mejoró los controles bromatológicos, solucionó problemas de logística y empezó a incorporar al circuito de la economía formal a los productores y a los comercializadores. Aquí el municipio no solo se hizo cargo de la implementación de esta solución sino también de diseñar la idea superadora y diferente a los múltiples problemas que tenían, propios de la zona y el contexto. Fue un municipio el que lo implementó y no un estado provincial, que tal vez cuente con más recursos, o la Nación, con otras capacidades en uso de las tecnologías de la información.
– ¿Es decir que hay más innovación a nivel local que en los ámbitos provincial o nacional?
A nivel local hay un caldo de cultivo en materia de innovación. A lo largo de los últimos años, contamos con un banco de datos de 135 experiencias y vemos que los municipios conviven a diario con los problemas, los toman como propios y son más cercanos. Los vecinos si tienen un problema van directamente a la casa del intendente y le tocan la puerta. La otra cara de la moneda es que los municipios muchas veces no cuentan con los recursos para solucionar los problemas. Y de vuelta hay que entender el federalismo: no es lo mismo un municipio del NOA que del Gran Buenos Aires. Argentina tiene 2.259 gobiernos locales y hay muchos matices.
– ¿Qué motiva a innovar en esos 135 casos?
En su mayoría, son innovaciones reactivas y no pro positivas; es decir, surgen de la necesidad de resolver un problema existente.
– ¿Hay más innovación desde los recambios de Gobierno?
Lo que se ve en el último año es cierta jerarquización, creación o reconfiguración de ciertas áreas de gobierno. Por caso, las antiguas Subsecretarías de Modernización o las llamadas secretarías de Gobierno Electrónico o Gobierno Abierto. Y eso, al margen del buen marketing que tienen esos nombres, muchas veces comienzan a trabajar en estrategias reactivas frente a los problemas. Vemos un contexto en el que las TICs y la Comunicación tienen un impacto muy marcado, tanto hacia el interior de las burocracias públicas como en la interacción entre los estados y los ciudadanos. La innovación comienza a asomarse en las agendas de las intendencias con mucha más fuerza. Crece en importancia, sin prisa, pero sin pausa.
– ¿Solo avanza lo relacionado con las TICs?
No, no queda en eso y lo vemos en el premio. Hay cuatro ejes que marcan la ruta: innovación institucional, social, económica y la vinculada a la preservación del medio ambiente.
Fuente: http://www.cronista.com/impresageneral/Los-municipios-son-una-suerte-decaldo-de-cultivo-a-la-hora-de-innovar-20161014-0007.html
Pedro Ylarri
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