San Rafael, Mendoza 23 de noviembre de 2024

Los campos de batalla de la economía mundial en la era digital

economiaEn los años posteriores a la crisis financiera, los países encontraron formas innovadoras para ayudar a las industrias nacionales. Pero a los economistas les preocupa que una nueva ola de proteccionismo en reacción a ataques cibernéticos afecte el crecimiento global

Los ataques comenzaron en febrero de 2010, cuando un supuesto e-mail del director ejecutivo de US Steel llegó a la bandeja de entrada de dos docenas de empleados. En semanas «UglyGorilla», un hacker chino, había ingresado supuestamente al menos en 1700 de las computadoras y los dispositivos móviles de la empresa. 
Según US Steel, los verdaderos resultados se conocieron un año más tarde, cuando hackers chinos apuntaron a la computadora de un investigador de la empresa utilizando métodos similares. En cuestión de días les habían robado archivos secretos con detalles de cómo producir tipos de acero de ultra alta resistencia que se utilizan en la industria automotriz. La empresa estadounidense afirma que menos de dos años después Baosteel de China ampliaba sus propios productos, luego de haber sorteado un obstáculo técnico utilizando herramientas que a US Steel le llevó más de diez años desarrollar.

Los ataques se detallan en documentos elaborados para dos casos independientes. Parecen thrillers cibernéticos del siglo XXI. Las ramificaciones podrían incluir una antigua guerra comercial entre las dos economías más importantes del mundo, y el incidente es un ejemplo de los nuevos campos de batalla de la economía mundial.
En un reclamo presentado esta primavera, US Steel argumentó que los ataques cibernéticos no solo beneficiaron a Baosteel, sino a toda la industria de acero china: un supuesto ejemplo de robo auspiciado por el Estado que justificó la prohibición de todas las importaciones de acero chino a Estados Unidos.

Si la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos falla a favor de US Steel, abogados especialistas en derecho comercial y otros expertos sostienen que será la primera vez que un ataque cibernético supuestamente apoyado por el Estado tenga como consecuencia que un país imponga sanciones comerciales a otro. El caso de US se presentó conforme a un artículo comúnmente utilizado de la Ley arancelaria de 1930, que permite prohibir importaciones vinculadas con propiedad intelectual robada. Pero la relación con un supuesto robo cibernético muestra que el rápido auge de la tecnología digital está creando disparadores de conflictos comerciales, muchas veces porque no existe ninguna ley internacional en materia de hackeo, cifrado y otras áreas.
«Es un caso innovador», afirma Chad Bown, exasesor económico del presidente Barack Obama que ahora se desempeña en el Instituto Peterson de Economía Internacional de Washington. «Este va a ser un caso interesante.»

Sin barreras

Desde la crisis financiera de 2008, el mundo trató de evitar un nuevo ciclo de proteccionismo. Muchas personas temían que eso generara una nueva imposición ojo por ojo de las barreras al comercio, las que economistas consideran que fueron el motivo que extendió la Gran Depresión de la década de 1930.
Sin embargo, a los legisladores les preocupan los nuevos métodos que los países están usando para proteger sus industrias. Ya sea por el uso innovador de leyes viejas, como en el caso de US Steel, o de nuevas normas en materia de cifrado y etiquetado, el comercio mundial está experimentando una nueva ola de proteccionismo que algunos economistas sostienen que está afectando el crecimiento mundial.

Según datos compilados por Global Trade Alert (GTA), los gobiernos recibieron más de 400 demandas por discriminación contra competidores extranjeros entre enero y agosto. Estas medidas también se están implementando más rápido. En comparación con el mismo período de 2009, la cantidad se cuadriplicó.
Quizás lo que más preocupa a los economistas y legisladores es que la nueva ola de proteccionismo sea la antesala del surgimiento de populistas anti-comercio como Donald Trump, el candidato republicano a presidente de Estados Unidos, y el rechazo del público a la globalización.
«Todo el proteccionismo ocurrió antes de Trump y el Brexit y cabe preguntarse qué condimento agregará el auge del populismo a esta espiral proteccionista», afirma Simon Evenett, profesor de la Universidad de Saint Gallen, Suiza, quien encabezó la investigación de GTA.
La preocupación aumentó con la caída del comercio mundial, que en 2016 crecería más lentamente que la producción global por primera vez en 15 años. La desaceleración se atribuyó principalmente a la caída de la demanda mundial, pero a los economistas les preocupa más el papel del proteccionismo, o más bien el riesgo que implicaría que dicho proteccionismo se acelere o adopte nuevas formas.
Roberto Azevêdo, director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), sostiene que los países están recurriendo al remedio equivocado para curar el lento crecimiento que muchos están experimentando. En consecuencia, están cayendo en una suerte de proteccionismo de «cortar y pegar» en el que los gobiernos imitan a los demás a la hora de introducir restricciones.
Uno de los mejores ejemplos son las normas nacionales del tipo «Compre productos fabricados en Estados Unidos» de este país, según Azevêdo. Esas reglas explotaron desde la crisis y exigen a los gobiernos dar preferencia a productos nacionales, ya sea acero para un puente o calzado para los militares.
«Uno piensa que está haciendo un gran favor a la economía y las empresas de su país, pero se pierde por otro lado porque otros [países] empezarán a comprar sus productos y no los de uno», afirma. «Es un efecto contagioso.»
Estas medidas llevaron a situaciones absurdas. En 2014, funcionarios de Morrison, Colorado, casi pierden un subsidio federal de u$s 144.000 para reparar un puente antiguo porque un contratista instaló vigas de acero enrolladas en Canadá antes de que le otorgasen una excepción.
Muchas de las demandas analizadas por GTA están vinculadas con casos antidumping. También se documentaron medidas tales como la decisión que Sri Lanka tomó en mayo de aumentar los impuestos a la importación de cebollas moradas y semillas de hinojo.

Impacto digital

Los expertos alegan que el proteccionismo es cada vez más difícil de medir. Douglas Irwin, historiador económico del Dartmouth College, New Hampshire, sostiene que en el mundo hay mucho más «proteccionismo disfrazado» en forma de nuevas normas de etiquetado que dejan a los competidores extranjeros en desventaja.
Y añade: «Lo que está claro es que el tipo de proteccionismo de ahora es mucho más insidioso que el de la década de 1980», cuando Estados Unidos elevó los aranceles a las importaciones de televisores, semiconductores y otros productos eléctricos de Japón en nombre de la protección de las industrias nacionales.
En el ámbito digital, el problema de la medición es grave porque en muchos casos los gobiernos están luchando para ponerse al día con las realidades comerciales. Esa situación llevó a enfrentamientos entre los gobiernos y la industria de la tecnología sobre cuestiones como la privacidad, casos en que se permite que las empresas almacenen recursos como datos de clientes o las normas de cifrado.

«Todavía hay muchas zonas grises en términos de lo que es aceptable y lo que no lo es», afirma Bown.
La medida exacta del efecto que la nueva ola de proteccionismo está teniendo en la economía mundial sigue siendo objeto de debate. En un análisis de los encuentros anuales del FMI y el Banco Mundial, celebrados la semana pasada, los economistas del FMI atribuyeron solo una pequeña parte de la desaceleración del comercio al proteccionismo.
No obstante, Maurice Obstfeld, principal economista del FMI, sostiene que las iniciativas de los gobiernos para proteger a las industrias de la competencia externa impulsadas por la crisis de 2008, han cobrado relevancia para la economía global.
Por otra parte, esto se ve exacerbado por el crecimiento global lento. «[La tendencia] es muy sintomática del entorno de bajo crecimiento en que nos encontramos» señala. «La torta es más pequeña y los países socavan determinados sectores».
Buena parte del proteccionismo desde la crisis se ha centrado en unos pocos sectores nuevos, entre los cuales los metales constituyen un objetivo importante. Según el último informe del GTA, los países del G20 solos adoptaron casi 820 medidas con fines distorsivos que perjudicaron el comercio de metales como el acero y el cobre desde 2008.
Muchos países culpan a China por el exceso de metales como el acero que causó un derrumbe de los precios. En Estados Unidos, esto llevó a casos antidumping que derivaron en la aplicación de aranceles de hasta el 500% sobre algunos tipos de acero de China. En Europa, los problemas de la industria siderúrgica alimentaron la oposición a los planes de la UE para designar a China como economía de mercado, como Beijing afirma que debe hacerse a finales de este año de acuerdo con los términos de su ingreso a la OMC en 2001.
Los chinos insisten en que ellos son los reyes de la producción y afirman que casos como el de US Steel se tratan lisa y llanamente de proteccionismo estadounidense. Li Xinchuang, vicesecretario general de China Iron & Steel Association, señala que el caso carece de «mérito» y es un signo de la decadencia de Estados Unidos.
«Vienen detrás nuestro y aun así pretenden imponernos límites mediante el proteccionismo», dice. «Llevan la delantera en las industrias de tecnología. Así es que, ¿cuál es el propósito de usar el proteccionismo para ayudar a una industria en decadencia?»
En una declaración publicada en abril en el momento en que se anunció el caso de US Steel, Baosteel negó las acusaciones y sostuvo sobre el asunto que se trataba de una «conjetura no verificada».

Obstáculos al comercio digital

Las industrias pesadas tradicionales no son las únicas que experimentan nuevas formas de proteccionismo. Independientemente de que la incertidumbre se refiera a China o a otros estados, a los funcionarios de Washington les preocupa el avance del «proteccionismo digital».
En julio, el gobierno de Barack Obama creó una unidad de «respuesta rápida» para combatir los obstáculos al comercio digital. En un informe reciente la Cámara de Comercio de Estados Unidos advirtió que la industria mundial de TI corría riesgo de sufrir una balcanización peligrosa debido a las normas proteccionistas nacionales de tecnología, y apuntó a las reglas de China, Rusia, India, Brasil e incluso la UE y Estados Unidos. «Estas tendencias plantean graves riesgos económicos a la economía global», señalaron los autores del informe.

Las empresas tecnológicas de Estados Unidos ven el «Gran Cortafuegos de China», el sistema que Beijing utiliza para controlar el acceso de sus ciudadanos a internet, como el mayor obstáculo al comercio mundial.
El cortafuegos sirve aparentemente para proteger a la población de China contra la pornografía y cualquier cosa que el Partido Comunista gobernante considere sensible. Pero el bloqueo de marcas como Facebook, Twitter o Reuters impide que grupos de internet y conglomerados de medios de Occidente compitan en China, mientras permite que homólogos nacionales, entre ellos el motor de búsqueda de Internet Baidu o la agencia estatal de noticias Xinhua, prosperen.
Las empresas y los inversores extranjeros y chinos también están preocupados por las nuevas normas de seguridad cibernética que obligan a las compañías a utilizar proveedores de TI chinos.
En agosto una coalición de algunos de los grupos empresariales más grandes, entre ellos los lobbies industriales de Japón y Europa, enviaron una carta a Li Keqiang, primer ministro de China, en la que pedían que Beijing revisara una nueva ley de seguridad cibernética y normas de seguros.
Los economistas todavía coinciden en que el tipo de proteccionismo vigente desde la crisis de 2008 dista mucho del de la década de 1930.
Un esfuerzo concertado en los últimos 70 años para reducir los aranceles y los cambios en las normas que acompañaron a la creación de la OMC en la década de 1990 ayudaron a evitar otro roce desastroso con el proteccionismo, señala Bernard Hoekman, director de economía global del European University Institute. Y, excepto por todo el proteccionismo documentado en los últimos años, «todavía estamos en un lugar mucho más liberal de aquel en el que supimos estar en el pasado».
Pero Evenett sostiene que demasiadas personas no reconocieron la llegada de una nueva era de proteccionismo. Y señala que las consecuencias nos acompañarán durante años, ya que los gobiernos nunca quieren ser los primeros en develar protecciones. «Todo acaba en un juego de astucia a la espera de que cada gobierno pestañee.»

Fuente: El Cronista

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