Soltarse el pelo es siempre peligroso en un campo de fútbol, donde se paga la soberbia como en pocos lugares. Una razón para, si no existiera, inventarlo. No obstante, hay días y días, noches y noches, y la visita del modesto Legia, cuyo ruido lo ponen sus bárbaros, a palos, era una de las pocas oportunidades para realizarlo. Zidane lo hizo y entregó el partido a sus futbolistas, más aún de lo que ya les pertenece, que, en el caso del Madrid, es mucho. Con cuatro defensas de los que únicamente dos se sienten como tales, y dos delanteros más a los costados del mediocentro, el Bernabéu se entregó a un partido muy pop, sin ataduras, desmelenado. Bien está por un día, aunque el fútbol, hoy, es otra cosa. [Narración y estadísticas (5-1)]
El primero que lo tiene claro es Zidane, pero el francés, al que todavía falta crianza en la barrica de entrenador, sabe un rato de egos, filias y fobias de vestuario. Tenía el suyo, aunque supiera mantenerlo a cubierto con contrición. Lo tiene James y lo tiene hasta Asensio, porque de otra forma no se puede llegar adonde están. Es necesaria una mezcla de ambición y de egoísmo, propia de la mentalidad de un niño. La solidaridad, digan lo que digan, llega con la maduración.James y Asensio aparecieron a los costados de Kroos. Son delanteros, no centrocampistas, pero en este Madrid es donde más palpable resulta la teoría de Darwin. Con la BBC por delante, era evidente que un fallo del alemán iba a provocar el mismo efecto que retirar el tapón de la fregadera. Sucedió en los primeros minutos para conceder al Legia un mano a mano.
La calidad dijo lo demás, tanto en esa acción como en el lanzamiento posterior de Odjidja al palo y en el de Bale a la red, apenas al cuarto de hora. Inconsistencia defensivaEsas dos ocasiones en contra no inquietaron al Madrid, ni a su entrenador, ni a la grada. El equipo polaco, a pesar de la evolución de su selección, apenas brilla por los destellos otoñales de Guilherme. El único gol lo consiguió de penalti, después de un derribo clarísimo de Danilo en el área, un reflejo más de inconsistencia defensiva. Seguramente, ese aspecto no era del agrado de Zidane, pero ya lo podía presuponer al confeccionar la alineación. Con la entrada de Lucas Vázquez, en la segunda mitad, más Kovacic intentó compensar la contemplativa crecida del Legia y reequilibrar al equipo, pero la naturaleza empuja al primero al área, de la misma forma que a Morata al espacio. Dos canteranos, dos socios para un gol, el cuarto, de puro Madrid.
El movimiento y el golpeo de Bale en el primer tanto fueron propios del mejor Cristiano. Tuvo desborde, fuerza y definición. El crecimiento del galés en los últimos ejercicios es innegable. De alguna forma, compensa la dosificación, voluntaria o involuntaria, del portugués, ayer, sin gol y desesperado hasta ver una tarjeta amarilla. Cristiano, no obstante, estuvo en el trámite del tercer y quinto goles, al dejarlos envueltos para Asensio y Morata, grandes en la definición.Espacio para BenzemaEl liderazgo, sin embargo, es otra cosa, una palabra de demasiado calado, al menos por ahora, para Bale.
El galés, además, tiene la cualidad de ser decisivo en los días señalados, hecho que adquiere un valor capital en un equipo como el Madrid, irregular en la continuidad, hecho que explica sus escasas Ligas en esta era, pero el mejor competir de finales. Pesa lo que pesan sus títulos.La escasa agresividad defensiva del Legia, salvo cuando intentaba frenar a Kroos, ofreció espacio a Benzema, cómodo en los movimientos, aunque algo desesperado por los reflejos de Malarz, anclado a la cruceta. Defender tan atrás ante rematadores como los del Madrid es suicida. Si algún futbolista se adapta al pop en un campo de fútbol, es Marcelo. En realidad, siempre juega a su ritmo, para bien más que para mal.
Le gusta el área contraria más que la propia, y ahí estaba para rematar y que el balón acabara en la red, con ayuda de un defensa, en el segundo gol de una noche fácil y redonda, salvo por el gesto de Cristiano, con tres goles de jugadores de la cantera. Aunque no sirva como unidad de medida, hay días, y noches, para todo.
Fuente: http://www.elmundo.es/deportes/2016/10/18/58068bd722601dbd068b456e.html
Sé el primero en comentar en «El Madrid golea en una noche pop»