Aunque desde el Gobierno provincial consideran que la variación de precios continúa siendo “alta”, la buena noticia es que “se está estabilizado hacia valores más bajos de lo que habíamos observado originalmente cuando –en mayo– retomamos la medición”, comentó el titular de la Dirección de Estadística e Investigaciones Económicas (DEIE), Facundo Biffi.

El rubro alimentos y bebidas, que es el que más impacta sobre el  Índice de Precios al Consumidor (IPC), ha comenzado a desacelerarse. Así, durante julio la inflación núcleo, que en el período abril-mayo superó los seis puntos, este mes marcó una variación porcentual del 2,8% respecto del anterior.

Biffi estimó que la baja responde no sólo a los componentes estacionales  sino que también deviene de una racionalidad de los supermercadistas debido a un freno en el consumo.

Apuntalado por las vacaciones de invierno, y teniendo en cuenta que Mendoza es una provincia de atracción turística, el rubro esparcimiento marcó un alza del 10,3% respecto de la medición de junio, debido a su estacionalidad.

Mientras que el IPC en indumentaria descendió 1,6%, debido a las liquidaciones de temporada, en atención médica y salud el aumento fue del 6,4%, empujado por el incremento en las cuotas de las prepagas.

Estos índices son el resultado del relevamiento de 353 variedades de productos representativos, en 1.277 puntos de toma y sobre un total de 30 mil precios, en el Gran Mendoza.

Consultado respecto de la evolución del índice inflacionario desde que se retomó la medición, el funcionario evaluó  que “vamos por buen camino” y adelantó que están trabajando en la toma de datos para confeccionar el porcentual de la canasta básica “que se publicará en los próximos días”, Hacia fin de año, el objetivo está centrado en tener mediciones sobre indigencia y pobreza.