El líder del Mundial rompe una sequía de tres carreras y aumenta su distancia con su compañero, 5º, que nunca estuvo cómodo, a 24 puntosSebastian Vettel y Sergio Pérez completan el podio; Alonso y Sainz, KOÁlbum: Las mejores imágenes de la carrera en Azerbaiyán
En sólo una semana, entre Canadá y Azerbaiyán, Nico Rosberg ha transitado entre la frustración y el éxtasis. El mismo camino, sólo que a la inversa, que Lewis Hamilton. Del quinto puesto a la victoria el alemán. De la victoria al quinto puesto el británico. En Montreal pareció que el reinado de Nico, 5º, tenía sus días contados. En Bakú, a Rosberg, tras poner fin a una sequía de tres carreras y alcanzar su quinto triunfo, sin la menor fisura, ya no se le discute.  

Los problemas durante todo el fin de semana fueron para Hamilton, mientras el líder del campeonato volvió a lucir ese palmito de tipo duro e indestructible que exhibió en el arranque del Mundial hasta Rusia, con cuatro zarpazos consecutivos. La distancia, que pasó de 43 a sólo nueve puntos en un mes, es ahora de 24, casi una carrera de margen. Un mundo o un suspiro, antes de aterrizar en el exigente verano europeo. En el podio, junto a Nico, su compatriota Sebastian Vettel, que no termina de encontrar la llave principal, y Sergio Pérez, que asaltó el tercer puesto del cajón y se confirmó como el hombre del fin de semana. [Narración y clasificaciones] [Las mejores imágenes] Y es que mientras Hamilton se pegaba con los botones de su volante, tratando de encontrar la configuración más óptima para iniciar la remontada, Rosberg galopaba sin obstáculos, desbocado, hacia la primera corona en Bakú.

El tricampeón británico suplicaba por radio a su ingeniero una pista para dar con la tecla ideal en un timón que por momentos le pareció más un sudoku killer que el mando de un monoplaza de Fórmula 1. «Lo voy a probar todo», amenazó a su interlocutor por radio, ante la ausencia de un mapa motor con el que escalar en el último tramo de una laboriosa carrera por las calles de la capital de Azerbaiyán. Y como su ingeniero no podía solucionarle el problema, ante las prohibiciones del reglamento de dar instrucciones y guiar a los pilotos, él cumplió su amenaza. Al principio no ocurrió nada, pero él, cabezón como pocos, terminó encontrando la solución, aunque demasiado tarde. Quedaban apenas 10 vueltas para el final y ya no tenía posibilidad de alcanzar un podio que ya habían dejado amarrado Sebastian Vettel y Sergio Pérez. Rosberg siguió su tranquila travesía por la inesperada autopista que encontró entre los muros de Bakú y Hamilton tuvo que conformarse que una frustrante quinta posición, que vuelve a alejarlo de su compañero y situarlo a casi una carrera de distancia (24 puntos). El zarpazo de Sergio PérezEl primer podio azerbaiyano parecía definido con los dos Ferrari, pero Sergio Pérez se empeñó en cambiar el guión. En realidad la sanción a Kimi Raikkonen -fue castigado con cinco segundos por haber pisado la línea en el pit lane- le habría llevado a la tercera posición de todas formas.

Pero él no quiso esperar y apretó con fuerza los dientes en las últimas vueltas para cruzar la meta con los deberes cumplidos. A dos vueltas para el final, el Force India del mexicano, segundo en clasificación y séptimo en parrilla por sustituir la caja de cambios, engullía a un desquiciado Raikkonen que, igual que Hamilton, pedía explicaciones sin éxito a su ingeniero. El ‘Checo’, con el séptimo podio de su cuenta, segundo del año tras el de Mónaco, otro trazado urbano, suavizó parte del trauma por la humillación de su país en la Copa América a manos de Chile (7-0).

Sergio Pérez, antes de adelantar a Kimi Raikkonen. MAXIM SHEMETOVREUTERS
No sólo no hubo premio para Fernando Alonso y Carlos Sainz, sino que sendas averías les obligaron a echar pie a tierra antes de tiempo. El primer turno fue para Sainz, al que una avería en la suspensión trasera, la misma que había dejado fuera de combate al otro Toro Rosso, el de Kvyat, le puso camino del garaje en la vuelta 34. «No ha salido nada de lo que tenía que salir», lamentaba el piloto madrileño. El segundo turno fue para Alonso, cuyo McLaren, como ya ocurrió durante la clasificación, penó y se retorció, sin potencia en su motor, por la colosal recta de dos kilómetros desde el inicio. El asturiano nunca vio como una realidad la zona de puntos y su aventura se acabó en el 45º giro por un problema en la caja de cambios. «Sin ritmo es muy complicado, quedan carreras difíciles y trataremos apañárnoslas…». La primera, en el arranque de julio, será en Austria.

Fuente: http://www.elmundo.es/deportes/2016/06/19/5766afb046163fbe458b4614.html