El Gobernador Alfredo Cornejo presentó a la directora de Derechos Humanos, Luz Amanda Faingold, quien comenzará a ejercer su rol a partir del 1 de agosto. “Entendemos a las repartición de derechos humanos como un servicio del Estado mucho más integral”, dijo Cornejo al explicar que la Dirección de Derechos Humano “no se circunscribirá sólo a los juicios de lesa humanidad. La dependencia contará con una agenda amplia en interrelación con el resto de los servicios del Estado”.

Por su parte, Faingold señaló: “Agradezco haber sido convocada por el Poder Ejecutivo de la provincia, para poder sumar mi trabajo, mi experiencia y también mi visión sobre los derechos humanos, tratando de adecuar todo lo que se haga en cumplimiento de los tratados internacionales que tienen jerarquía institucional desde la reforma de la Constitución del 94”.

“Estoy muy contenta y pienso articular con las distintas áreas de Gobierno y darles una visión de derechos humanos a todas los servicios sociales y educativos. También hay un gran interés en las capacitaciones en derechos humanos y en las escuelas”, dijo la nueva directora.

La flamante titular participará en la presentación del logo del Espacio para la Memoria que se realizará en horas de la tarde en el ex D2 y mantendrá una reunión con representantes de las organizaciones derechos humanos.

La presentación se realizó en el cuarto piso de la Casa de Gobierno con la presencia del ministro de Salud, Desarrollo Social y Deportes, Rubén Giacchi; el secretario de Cultura, Diego Gareca, y la subsecretaria de Desarrollo Social, Marcela Fernández.

Una militante de los derechos humanos

Luz Faingold es una activa militante por los derechos humanos e integra la Asociación ex presos políticos.

Su causa es una de las que integran el cuarto juicio por delitos de lesa humanidad que se desarrolla en nuestra provincia desde febrero de 2014.

En agosto de 1975, cuando tenía 17 años, Faingold fue detenida y trasladada al centro clandestino de detención Departamento 2 (conocido como D2). Luego de ocho días de cautiverio y padecer torturas y vejaciones, Faingold fue trasladada al Hogar de menores “Niñas de Ayohuma”, pese a que los padres habían pedido su restitución. Allí pasó otras dos semanas. Su caso es uno de los que fundamentan la denuncia penal y el juicio político contra los exjueces Luis Francisco Miret y Otilio Roque Romano.

En 1976, Faingold sufrió dos nuevos allanamientos en su casa. Paralelamente, los hoy exjueces Miret y Gabriel Guzzo solicitaron su extradición al Uruguay, la cual no le fue concedida, pero se la intimó a dejar su territorio en 24 horas. Pasó tres meses en Río de Janeiro como refugiada de ACNUR hasta que Francia le concedió la visa y se asiló en París. Diez meses después del triunfo de Alfonsín volvió al país.