De hecho, el desembolso, que será de $ 1000 millones, estará orientado a ampliar los espacios de almacenamiento de poroto y de harina de soja y potenciar la operación de cereales de la planta que la compañía posee en la localidad santafesina de San Lorenzo.

Una vez que el objetivo esté cumplido, el establecimiento se convertirá en uno de los más eficientes del mundo con capacidad para procesar anualmente seis millones de toneladas de soja y exportar dos millones de toneladas de granos.
El proyecto demandará 24 meses de obra y requerirá de aproximadamente unos 1100 puestos de trabajo en el pico máximo de actividad. Ayer, el CEO de Molinos, Amancio Oneto, visitó la Casa de Gobierno para informar de la inversión a las autoridades del Gobierno.

El ejecutivo fue recibido por Marcos Peña, jefe de Gabinete; y Ricardo Buryaile, ministro de Agroindustria, quienes luego brindaron una conferencia de prensa para detallar el proyecto. En la reunión, Peña y Buryaile coincidieron en destacar que la inversión se produce a partir de las nuevas políticas impulsadas por el gobierno nacional para promover el crecimiento económico de la Argentina, y destacaron su importancia en lo que respecta a la posibilidad de creación de empleo y aumentar las exportaciones de productos manufacturados.

Por su parte, Oneto agregó que «el agro y la exportación serán un motor relevante de desarrollo para nuestro país». Dijo que, en ese contexto, «Molinos se prepara para acompañar el crecimiento de la agricultura invirtiendo en activos que permitirán acercar la producción local a los mercados internacionales y potenciar el agregado de valor a la producción primaria de soja‘, añadió.

Actualmente, Molinos es uno de los principales procesadores de poroto de soja y semilla de girasol del país, con una capacidad de molienda de seis millones de toneladas de soja y 500.000 de girasol anuales. Representa el 50% de sus ingresos, mientras que el 50% restante se nutre del rubro minorista.

La planta de San Lorenzo que recibirá la inversión, fue inaugurada en 1991 y comenzó con una capacidad de molienda diaria de 2000 toneladas, que fueron ampliadas a 4000 en 1997. Luego, en 2003, el establecimiento inició su mayor fase de expansión con la construcción de la Línea 3 que llevó su capacidad hasta las 20.000 toneladas y del Puerto San Benito, que fueron inaugurados en 2005 convirtiéndola en una de las mayores plantas de molienda de soja del mundo. Cuenta con tecnología de última generación y más de 470 colaboradores altamente capacitados, asegurando los más altos estándares industriales, de calidad y de protección ambiental.