El presidente de Argentina advierte a su socio en el Mercosur que “no puede seguir como está” y recibe una dura respuesta desde Caracas. El presidente de Argentina, Maurcio Macri (centro), se dirige a la rueda de prensa con medios extranjeros en Olivos. Lo acompañan el ministro de Economía, Alfonso Prat-Gay (izq.) y el jefe de Ministros, Marcos Peña. Reuters
Tras meses de silencio sobre la situación en Venezuela, el presidente Mauricio Macri ha puesto una vez más el tema en la agenda regional. En una rueda de prensa ante medios extranjeros en la residencia de Olivos, “la primera en 14 años”- como aclaró Macri-, el mandatario argentino dijo que la situación en el país petrolero “no puede seguir como está”. “Lo que hoy pido desde acá y nos ofrecemos como argentinos es que se abra algún tipo de diálogo para que esto pareporque siento que el pueblo venezolano la está pasando muy mal, muy mal, así que yo le pido al gobierno de Venezuela que abra la puerta del diálogo para que se dé un proceso de transición porque así Venezuela no puede continuar», dijo.
Ha sido la primera vez que Macri pidió a su par Nicolás Maduro una transición política, aunque Buenos Aires aún no ha decidido si apoyaría ante la Organización de Estados Americanos (OEA) la aplicación de la cláusula democrática contra Venezuela, válida en caso de que el Ejejcutivo chavista incurriese en violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos. De hecho, su ministra de Exteriores, Susana Malcorra, ha dicho el viernes durante la reunión del Organismo en Washington que, si bien la situación venezolana era “complicada”, aún no era el momento de aplicarla. «Todos tenemos que ser sumamente responsables; es una situación muy difícil. Me parece que la discusión de la carta democrática es apresurada», indicó Malcorra.
Desde Buenos Aires, Macri ha dado un paso más allá, pero sin contradecir el mandato que dio a su Canciller. «Estoy aún más preocupado de lo que estaba hace unos meses atrás con lo que pasa en Venezuela. Las noticias que llegan son alarmantes, en términos de tensión que tiene la población, falta de alimentos, medicamentos, energía». No se refirió a la situación de los considerados presos políticos.
Respuesta desde Caracas
El gobierno de Maduro respondió con dureza a las declaraciones de Macri. La canciller, Decly Rodríguez, utilizó su cuenta en Twitter para advertir al Presidente argentino que “todo el que se mete con Venezuela se seca”.
La funcionaria acusó a Macri de “servir a los centros imperiales en lugar de fomentar la unión sudamericana” y dijo que ha llevado a Argentina “por la senda de la destrucción social y económica”. “Más de 140.000 despidos han sido registrados por los sindicatos argentinos! Tarifazos en todos los servicios! Violación a libertad expresión. Macri atropella y encarcela a los líderes sociales de trayectoria histórica. Su entrega a los capitales buitres”, escribió Rodríguez. No ha habido respuesta formal de Buenos Aires a los dichos de Rodríguez.
La tensión entre Argentina y Venezuela, socios en el Mercosur junto con Brasil, Uruguay y Paraguay, ha aumentado desde la llegada de Macri al poder, en diciembre pasado. Como contrapeso de las buenas relaciones que cultivaron Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) y Maduro, Macri había prometido durante su campaña electoral que pediría la aplicación de la carta democrática de la OEA contra Venezuela, pero una vez en la Casa Rosada moderó su postura.
Inversiones y tensión social
El Gobierno de Macri ha tomado una serie de medidas económicas de gran impacto entre la población, como parte de una estrategia de “sinceramiento” de la economía, como la ha llamado. Así, devaluó la moneda casi un 50%, triplicó el valor de las tarifas públicas –que el kirchnerismo había mantenido bajas en forma artificial gracias a una política de subsidios- y acordó con los llamados fondos buitres, lo que le ha permitido volver al mercado internacional de crédito. Los resultados iniciales de esa política han sido una subida de la inflación, acompañada de despidos en la administración pública y el sector privado. Según la consultora Tendencias Económicas, que analiza datos aportados por los sindicatos, 140.000 personas perdieron su trabajo durante los primeros cuatro meses del año.
La consecuencias del ajuste elevaron la tensión social, sobre todo en la calle, donde casi a diario hay protestas gremiales. La situación ha dado aires a la oposición kirchnerista y sindical, que ha impulsado en el Congreso una ley que propone duplicar las indemnizaciones en caso de despidos. Marci ha rechazado la norma por considerarla “innecesaria”. Al mismo tiempo, elevó el tono contra el kircherismo, al que acusó de “entorpecer” su gestión. “Todos aquellos que creen que entorpeciendo se van a beneficiar en lo personal o en lo político se van a dar cuenta de que van en contra de una mayoría de argentinos que hemos decidido hacernos cargo de lo que nos ha pasado. Aquellos que entorpecen con discursos muy anti o disimuladamente anti se van a arrepentir”, advirtió Macri. Todas sus esperanzas, al menos por ahora, están puestas en el segundo semestre.
Fuente:http://internacional.elpais.com/internacional/2016/05/07/argentina/1462631744_141662.html
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