Cerca de General Villegas, en el oeste bonaerense, la humedad del grano está justa, por las lluvias que se están dando en los últimos días.Por eso, Clarín Rural dialogó con productores y asesores de esas zonas,para conocer más en detalle lo que pasó. Porque toda moneda tiene dos caras.Diego Sallaberry, productor de Colonia Barón, al noreste de la provincia de La Pampa, especificó que este año obtuvieron rindes promedios de 3.500 kilos por hectárea, mientras que la media histórica en esa zona es de 2.000 kilos por hectárea.El principal factor de este incremento en los rindes fueron las buenas lluvias caídas. Desde que se sembró el cultivo, entrre el 15 de noviembre y el 15 de diciembre, hasta ahora, las precipitaciones rondaron los 600 milímetros, una cifra similar a lo que llueve durante todo el año en la zona.Diego Sallaberry, en un lote en Colonia Barón, La Pampa. Destacó que llovieron 800 milímetros desde que se sembró la soja hasta ahora.De todas formas, “el Vasco” (como lo conocen sus amigos y vecinos), viene muy retrasado en la cosecha. ”No se debe haber trillado más del 50% de la superficie sembrada. Hay problemas de humedad en los granos, por los días muy húmedos que se suceden y también problemas de piso en los lotes», dijo esta semana.Quien también habla de buenos rindes es Aldo Riesco, que asesora campos en la zona de Agustoni y Trebolares, al noreste de La Pampa, y en González Moreno y General Villegas, en el oeste de Buenos Aires.Allí, en los establecimientos en los que trabaja, los rindes fueron muy buenos. «Hubo picos de 5.000 kilos por hectárea de soja, pero los promedios andan en 4.400 y 4.500 kilos por hectárea. El año pasado los mismos campos promediaban los 3.600 a 3.800 kilos por hectárea», contó. Pero coincidió con Salaberry en que por estos días no hay piso y la humedad de la cosecha está muy justa. «Llovieron entre 800 y 850 milímetros desde que se sembró la soja en octubre hasta abril», justificó.En el oeste bonaerense también trabaja el productor y asesor Fernando Scliar. En su caso, describe una situación similar.Con 800 milímetros caídos desde que se sembró la soja hasta ahora, la cifra que suele llover en todo el año, dice que los rindes de soja en promedio alcanzaron los 4.300 kilos por hectárea, con picos de hasta 5.000. Aunque no a ese nivel, “el año pasado también hubo rendimientos muy buenos”, indicó.
Plena cosecha en Colonia Barón, La Pampa. En algunas zonas viene retrasada porque no hay piso y la soja está húmeda.
Pero es cierto también que hay zonas anegadas que no se podrán trillar, lo que hará que caiga el promedio general de la zona.En esta misma línea se expresa Juan Pablo Lago, de la empresa Pilar Insumos, quien aseguró que hay productores con excepcionalesrindes, pero que no son las mayoría.
Fernando Scliar, productor y asesor en el oeste bonaerense. Sostuvo que habrá superficie anegada que no se podrá cosechar. “En la zona de General Villegas, Banderaló, Piedritas y Cañada Seca, a pesar de tener una cosecha excelente, con rindes de 4.500 kilos por hectárea de promedio sobre la hectárea cosechada,el nivel general cae mucho cuando lo calculamos sobre hectárea sembrada, ya que mucha superficie se perdió por anegamiento y a otro tanto todavía no se puede ingresar por falta de piso”, resaltó.Lo que está claro es que los niveles de productividad de la soja son muy altos, y que ayudaron a compensar las pérdidas generadas por el temporal. Además, que el buen desempeño de la oleaginosa no se limita a la zona núcleo, sino que se extiende a regiones más alejadas. Es un buen dato para ser optimista.
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