En los últimos días refinanció los 46 millones de dólares residuales de los 100 millones que otorgó al gobierno de Celso Jaque y que utilizó el de Francisco Pérez. Además, prestó otros 100 millones de dólares al gobierno de Cornejo.

Ayer fue oficializada como la adjudicataria del “servicio de organización y colocación de títulos de deuda de la provincia de Mendoza en el mercado internacional”.

El nuevo Mendobono en ciernes será el mayor de la historia de la provincia: alcanzará los 300 millones de dólares, contra los 250 millones del Bono Aconcagua de Arturo Lafalla, aunque la autorización permite una ampliación hasta los 500 millones (dos Bonos Aconcagua).

“Si la tasa a pagar se acerca al 7 por ciento, es muy probable que -en una o en dos veces- la emisión total del Gobierno llegue a los 500 millones autorizados”, estima un avezado operador financiero.

Mendoza pagó 10 por ciento por el Bono Aconcagua y está pagando 5,5 por ciento por el ‘Mendoza 18’, la refinanciación de Julio Cobos. En tanto la Nación comprometió un promedio de 7,2% por la deuda que tomará para pagar a los fondos buitre.

Todo sucede en medio de una controversia nacional creciente entre un oficialismo que aplaude “la vuelta al mundo” y una oposición que condena “la recaída en el sobreendeudamiento”.

Cornejo apuesta a superar la financiación de corto plazo, que justamente hoy lo obliga a cancelar 90 millones de pesos de la Letra que emitió por 210 millones para atender gastos corrientes. Aspira a remplazarlo por un financiamiento a más largo plazo que le permita salir de las urgencias y manejar otros tiempos.