San Rafael, Mendoza 23 de noviembre de 2024

La vida en el espacio daña el hígado de los ratones ‘astronautas’

ratonesPasaron sólo 13 días y medio en el espacio, pero fueron suficientes para que sus hígados sufrieran las consecuencias de la exposición a un ambiente de ingravidez. Se trata de un grupo de ratones que formaron parte de uno de los experimentos con animales que habitualmente se llevan a cabo para investigar los efectos en los organismos del ambiente espacial. Según explica un estudio publicado esta semana en la revista PLOS ONE, los investigadores detectaron daños incipientes en los hígados de los ratones tras su breve aventura espacial. También sufrieron pérdida muscular, un efecto en la salud bien conocido desde hace tiempo.Los ratones volaron al espacio a bordo del Atlantis en 2011, en el último viaje de este transbordador, y con el que la NASA puso fin a este mítico programa de transporte espacial. Con frecuencia, las naves en las que viajan los astronautas y los cargueros no tripulados llevan experimentos con animales.

Según detalla a EL MUNDO Karen Jonscher, investigadora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado (EEUU) y autora principal, su estudio era parte de una investigación más amplia dirigida por la multinacional farmacéutica Amgen para estudiar un medicamento contra la osteoporosis. Jonscher usó roedores que no habían sido tratados. Quince ratones fueron enviados al espacio y otros 15 se quedaron en tierra encerrados en condiciones parecidas y siguiendo la misma dieta. «Los 15 regresaron vivos y, dos horas después del aterrizaje del shuttle, les extrajimos los tejidos», explica. «Normalmente los ratones suelen vivir, como mucho, dos años. Viven más tiempo los que están en cautividad. Los 13,5 días que pasaron en el transbordador espacial serían equivalentes a un año de vida para un ser humano», compara.Antes de este estudio, recuerda Jonscher, no había mucha información sobre el impacto de los vuelos espaciales en el hígado.

La mayoría de las investigaciones se habían centrado en la pérdida de masa ósea y muscular y en problemas cardiovasculares o de vista. No obstante, los estudios realizados durante años con los astronautas que viajan a la ISS sugerían que los humanos desarrollaban síntomas parecidos a la diabetes, lo que apuntaba a que el hígado, el principal órgano involucrado en el metabolismo, podía ser una de las partes del cuerpo vulnerables a la ingravidez. Esos síntomas remitían cuando los astronautas regresaban a la Tierra por lo que el impacto que el entorno espacial tiene en el hígado, dicen los autores del estudio, seguía sin estar claro. Grasa almacenada en el hígado al analizar sus órganos internos y compararlos con los de los roedores que se habían quedado en tierra, observaron que se había incrementado la grasa almacenada en su hígado.

Esto fue acompañado de una pérdida de retinol, una forma de vitamina A que se da en animales. Como consecuencia de ello, explican los científicos, los ratones mostraron signos de esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), una inflamación del hígado que puede ser un indicador del inicio de la fibrosis. «Normalmente se tarda mucho tiempo, meses o años, en provocar fibrosis a un ratón, incluso cuando toman una dieta poco saludable», explica Jonscher. «Si un ratón muestra los signos incipientes de fibrosis sin haber experimentado cambios en su dieta en sólo trece días y medio, ¿qué les ocurre a los humanos? «, se pregunta la científica. Para averiguarlo, señala, serán necesarios estudios más largos que permitan ver si sus organismos ponen en marcha mecanismos compensatorios que puedan protegerlos de daños más graves.¿Se pueden revertir los daños en el hígado causados por la ingravidez, como ocurre con la pérdida de masa ósea y muscular? «Depende. La enfermedad del hígado suele ser progresiva. Cuando hay grasa en este órgano, generalmente puede revertirse la situación con ejercicio y dieta.

Pero a veces se produce inflamación y comienza a haber más daños, particularmente cuando se da la fibrosis. Recientemente se ha demostrado que en esa fase es reversible también, al menos en algunos casos. Pero hay veces en las que sigue evolucionando y se desarrolla fibrosis aguda. En ese punto, el hígado tiene cirrosis y normalmente necesita un trasplante», relata.Por otro lado, los científicos creen que el estrés experimentado durante el vuelo espacial de ida y la reentrada a la atmósfera terrestre durante el vuelo de regreso podría haber jugado también un papel en el daño ocasionado al hígado. Los incipientes daños detectados en el hígado de los roedores, argumentan los autores de este estudio, puede tener implicaciones de cara a la preparación de futuras misiones de larga duración, como un viaje a Marte. Además de la pérdida de masa ósea y muscular que sufren los humanos que han vivido en el espacio, se han detectado problemas cardiovasculares, metabólicos, en la vista, debilitamiento del sistema inmune o trastornos de sueñoLos estudios realizados con animales, como ratones y gusanos, son un complemento a las investigaciones que se hacen con humanos, tanto en el espacio, como en tierra, donde se reproducen las condiciones de inmovilidad que se dan en el espacio.

Scott Kelly y Mikhail Kornienko han concluido recientemente una misión de un año de duración en la Estación Espacial Internacional (ISS) centrada en estudiar los efectos en la salud. Sin embargo, enviar animales como los ratones permite extraer sus órganos para examinar los daños de la ingravidez. ¿Podrá una persona sobrevivir a un viaje a Marte? «Cuando se pasan largos periodos sin gravedad se producen muchos efectos que desconocemos. Y todavía no sabemos si los escudos contra la radiación protegerán el cuerpo humano. El análisis detallado de los efectos en la salud de la estancia de un año en el espacio de Scott Kelly debería ofrecernos algunas claves sobre cómo el cuerpo se adapta a este nuevo entorno y compensa los cambios. Para saber si un humano sobrevivirá al viaje Marte habrá que hacer el experimento. Pienso que una persona podría sobrevivir, pero no estoy segura de que al regresar a la Tierra no se produzcan a largo plazo consecuencias irreversibles», reflexiona Jonscher.

Fuente: http://www.elmundo.es/ciencia/2016/04/20/57176361e2704ea6488b4589.html

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