Por primera vez -para la 15° edición- el concurso Mejor Sommelier del Mundo se realiza en Argentina y Mendoza es la sede. Esto implica que, durante una semana, la provincia recibe delegaciones de más de 60 naciones, periodistas especializados de unos 40 países y referentes del mundo del vino y la gastronomía de diferentes puntos del globo. Pero también, que los sommeliers podrán dar a conocer un poco más sobre su tarea y su aporte a la industria vitivinícola.

María Laura Ortiz, vicepresidenta de la Asociación Argentina de Sommeliers, planteó que “por una semana, vamos a estar en la vidriera del mundo”. En torno al certamen se ha organizado una feria en la que habrá casi 700 vinos de 84 bodegas de alta gama, seminarios, cenas de gala, visitas a bodegas y viñedos, y degustaciones. Si bien Mendoza es la anfitriona, se mostrarán etiquetas de todo el país.

Ortiz resaltó que deberán transcurrir entre 90 y 180 años para que el mundial vuelva a realizarse en el país. Además, Argentina fue seleccionada en 2012 por 38 votos a favor, mientras Francia obtuvo 7. Esto, cuando en algunos países la profesión se desarrolla desde hace cientos de años y aquí recién se creó la entidad que los agrupa en 1999.

Sergio Villanueva, gerente del Fondo Vitivinícola, indicó que la sommellerie en Argentina ha ido ganando terreno y que hay muchos profesionales en diversas partes del mundo, lo que permite que promocionen los productos locales. De hecho, en el mundial compiten dos argentinos: Paz Levinson, quien fue designada Mejor Sommelier de las Américas 2015 y trabaja en un restaurante tres estrellas Michelin en París, y Martín Bruno, quien obtuvo el segundo puesto en el Concurso Mejor Sommelier de Argentina 2014.

“Para nosotros es como el mundial de fútbol. Lo estamos viviendo con mucha ansiedad y expectativa porque creo que va a haber un antes y un después de esto, por la cantidad de personas que van a venir y su importancia”, comentó Bárbara Jones, coordinadora académica de la Escuela Argentina de Sommelieres Mendoza.

Ganando terreno
La carrera de sommelier empezó como un hobbie y en la actualidad se otorgan títulos terciarios y universitarios. Para entender hasta qué punto se ha ido profesionalizando el oficio, María Laura Ortiz señaló que en agosto de este año la Court of Master Sommeliers vendrá al país por primera vez para tomar exámenes (hay sólo 220 masters en todo el mundo). Otro dato es que en otros países suelen rendir unos 25 alumnos, pero ya hay 90 argentinos inscriptos.

Bárbara Jones detalló que este año, como se mudaron de edificio, pudieron abrir doble turno en primer año -la carrera, que se dicta con la Universidad Aconcagua, tiene dos de duración-, ya que hasta ahora tenían un límite de 40 inscriptos pero en 2016 han recibido a 60. Entre los interesados hay recién egresados de la secundaria, personas que trabajan en bodegas o restaurantes y quienes se anotan por el interés en aprender.

Si bien en la provincia se asocia al sommelier con ese conocedor que recomienda el mejor vino para acompañar un plato, en realidad es quien se especializa en y todos los productos que llegan a la mesa y no provienen de la cocina, como licores, infusiones, aceites de oliva, quesos y chocolates. Pero también es quien se encarga de hacer los pedidos y controlar que el producto se almacene del modo adecuado para preservar su calidad.

La mendocina María Laura Ortiz es economista especializada en estadística. Pensó que sería bueno hacer un curso de vinos y terminó atrapada por el mundo de la sommelerie. “Es un conocimiento infinito. No hay manera de que alguien conozca todo porque cada uno sabe de los productos de su país y su región”, describe con pasión.

Aun cuando se sepa de diversas etiquetas, hay que mantenerse actualizado porque cada añada varía cuando cae piedra, llueve o cambian el enólogo en la bodega. Sin embargo advierte que, así como el contador empieza como ayudante que hace trámites, cuando se obtiene el título de sommelier hay que prepararse para lavar vajilla y cargar cajas, ya que no existen fines de semana.

Sergio Villanueva opinó que en Mendoza se debe ir logrando que no sólo los restaurantes de alta gama cuenten con un sommelier para detallar los atributos de los vinos más caros, sino que también haya estos profesionales en otros espacios. Es que el mayor volumen de consumo corresponde a la clase media, que aspira a ir conociendo mejores productos y, en estos segmentos, es importante que se cuide que el servicio sea de calidad.

Agenda

Hoy. Comienzan las competencias con una primera ronda de pruebas teóricas, de servicio y de cata a ciegas, para elegir a los 12 semifinalistas que pasarán a la segunda instancia.
Mañana. Se realizarán la semifinal, una feria de vinos con bodegas de todo el país y una cena para celebrar el Día Mundial del Malbec.
Lunes. Los participantes recorrerán el Valle de Uco.
Martes. El Teatro Independencia será el escenario para elegir al mejor sommelier del mundo. El certamen es organizado por la Asociación Argentina de Sommeliers y la Asociación de la Sommellerie Internacional, con el apoyo del Fondo Vitivinícola Argentino, Wines of Argentina y la Corporación Vitivinícola Argentina. La gran final se podrá ver por internet desde cualquier rincón del mundo, en tiempo real. El cierre será con una cena de gala.

Llega el Día Mundial del Malbec 

La sexta edición del festejo local del Día Mundial del Malbec se realizará mañana, a partir de las 19.30, en la Nave Cultural bajo el concepto “Celebremos un clásico”. Así, la fecha que se conmemora en 70 ciudades del mundo, coincide este año en Mendoza con el concurso Mejor Sommelier del Mundo 2016. Los invitados disfrutarán de un recital de Altertango, charlas sobre arte regional, milonga, coctelería a base del varietal, etiquetas de bodegas de todas las regiones y comidas típicas del país.

La fecha fue instalada por Wines of Argentina, organización que promueve la imagen de los vinos locales en el exterior, como una iniciativa para posicionar el malbec argentino en el mundo. Este año se buscó destacar que el varietal se ha convertido en un clásico, la cepa emblemática del país.

El 17 de abril fue elegido ya que en ese día de 1853 se presentó en la Legislatura provincial el proyecto de creación de la Quinta Normal y la Escuela de Agricultura, que fue aprobado y posibilitó la transformación de la vitivinicultura argentina.

El malbec, una cepa originaria de Francia, llegó al país de la mano del francés Michel Pouget, un agrónomo contratado por Domingo Faustino Sarmiento para dirigir la Quinta Agronómica de Mendoza.